Empezaré diciendo que encuentro muy necesario el artículo que planteaba La Colectividad dentro de esta página web. Me considero heredero de una perspectiva anarcosindicalista, para situarnos en el debate que se plantea.
Primero estoy de acuerdo en que está existiendo una reconcepción del anarquismo, y es visible en tanto que se están formando muchos colectivos varios por el Estado, a la vez que algunos se están planteando organizaciones bastante grandes (FEL, FAC…). Pero dudo que el Anarquismo Social sea el mayoritario en el movimiento anarquista. Primero deberíamos definir bien qué es el “anarquismo social”, y luego deberíamos definir bien qué es el “movimiento anarquista”. Yo creo que ambas categorías serían difíciles de definir, y seguramente lo que encontraríamos sería una gran variedad muy heterogénea. Si tomamos de muestra esta página, sí encontraríamos una serie de discursos más o menos definidos, pero no creo que todas las críticas, actitudes y concepciones que entre las diferentes corrientes se puedan extrapolar al conjunto del movimiento anarquista. Parto de la idea de que no existe un discurso anarquista articulado (ni social ni anti-social) más allá de pequeños grupos y las pocas personas que les gusta escribir, y que entonces es difícil medir hasta qué punto existiría esa hegemonía.
En la reconcepción que explicaba al principio, sí que existen una serie de temas que se reproducen continuamente, el hecho de salir del gueto, trabajar con otros colectivos no anarquistas, etc. Si queréis, se le podría atribuir una etiqueta de anarquismo social, pero además de inadecuado, habría que diferenciarlo de un Anarquismo Social con mayúsculas, con una serie de aspectos más diferenciados (como puede ser la estrategia de la inserción social, la visión materialista que criticas, etc.) y con una diferenciación clara de lo que es. y en especial en contraposición a lo que no es (a veces llamado anarquismo personal, individualista, etc.).
Tenemos que contextualizar el porqué de esta configuración de un anarquismo así. En mi opinión personal, es en parte a la situación de crisis en la cual muchos nos preocupamos por defender unas condiciones de vida cada vez más precarias y con menos derechos sociales, a la vez que posiblemente sea una reacción al estancamiento, aislamiento y dogmatismo de los anarquismos anteriores (estén estos estancados, aislados, etc. o no). Si combinamos estos dos factores en el hecho de que como anarquistas da la sensación de que no tenemos una fuerte capacidad de intervención en el cambio social, es normal que la gente que compone el movimiento esté en este estado de autocrítica.
El segundo punto que plantea el artículo, es sobre la concepción social. La Colectividad, apunta en que el Anarquismo Social plantea que la única vía válida enfrente a proyectos individualistas son las luchas de masas a través de dar “orientación política”, dado un análisis concreto de la realidad. Empezaré sobre esto último, que creo que es la base que lleva a la estrategia.
Sobre el análisis social
Estoy de acuerdo en que el materialismo tiene sus limitaciones, y muchas. Cualquier explicación simplista sobre un hecho tan cambiante como la sociedad, tenderá a estar equivocada. Porque cuando se realizan enunciados generalizadores, siempre ocurre que “sí, pero yo conozco un caso…” y luego, estos casos son más habituales de lo que nos creemos, poniendo la norma social en total cuestionamiento. Como un día me dijeron, los siempre, todo, nunca, etc. no son amigos de la sociología. En el otro extremo encontramos el relativismo extremo donde nada es enunciable, existiendo tantas realidades como individuos.
Este hecho creo que seria falso, pues las personas como seres sociales, tenemos nuestras particularidades y visiones subjetivas, pero también una capacidad de comunicarnos que hace que existan realidades compartidas (más o menos homogéneas). La tensión entre el materialismo y el llamado “idealismo” (y otras dicotomías como sociedad/individuo, universalismo/particularismo…) es un conflicto continuo entre las diferentes ciencias sociales, políticas, ideologías, etc. que suele depender del contexto histórico, el cual hace girar la balanza a favor de uno u otro. Y tenemos la manía de ir a bandazos.
Ya sea en la concepción de la sociedad, en la teoría o en la práctica, vamos de lado a lado. De la efervescencia organizativa de la CNT al volver del franquismo, al Insurrecionalismo anti-organizaciones formales. Y ahora parece que vamos otra vez hacia el formalismo. Entender las teorías en su contexto creo que es vital para entenderlas. Quizás, sin el Insurrecionalismo y los movimientos contraculturales (punk, okupa, etc.) hoy el anarquismo seria aun más marginal, pues estos pudieron sacar el anarquismo fuera de los locales de sindicatos que se peleaban para erigirse como los verdaderos y acercarlo a la juventud. Aunque advierto que estoy explicando una historia que no he vivido, y que la construcción de esta es a partir de pequeños relatos que voy rescatando, pero al menos lo he llegado a entender así., Creo que sería muy necesario socializar un poco la historia de los años 90 a los 10 de este siglo, para comprender mejor dónde estamos y tejer puentes con gente que quizás dejó todo esto, a la vez que sería útil para aprender de sus errores y escuchar de sus debates.
Continuando con la concepción social, la distinción sociedad (pueblo, clase, etc.) contra el Estado es una distinción que no solo ha sido tradicional en el anarquismo, sino también de otras corrientes ideológicas y asumidas por la misma gente “de la calle”. Lo cierto que del mismo modo que me gusta entender las teorías sobre la sociedad desde una perspectiva integracionista de la dicotomía “materialista-idealista” como complementarios y no opuestos, lo mismo sucede con la mayoría de hechos sociales. (Esta) sociedad y el Estado, se entrelazan entre sí y se necesitan mutuamente. Por eso hay que cambiar esta sociedad para acabar con el Estado, porque dicha contiene elementos clave para la reproducción de este. Pero el hecho de separarlos también nos es útil para señalar que el Estado institucionalizada particular e histórica, y no un hecho insalvable. Lo que no se puede destruir es el hecho social que une a los individuos. Entiendo que haya anarquistas que se definan como anti-sociales, al hablar de destruir esta sociedad, pero siempre tiene que existir un tipo de sociedad, pues somos seres sociales. Y opino que aquí existe un error, que nos lleva a otro punto, el tema estratégico.
Sobre la estrategia
Creo que es un error comunicativo autodenominarse antisocial, o nihilista. Aunque pueda tener una argumentación al detrás en la cual puede estar de acuerdo en muchas cosas, no creo que sea efectivo a nivel de extensión de nuestro mensaje. Y sí, eso presupone parte de una de las concepciones donde se enfoca el anarquismo social. Algunos de los motivos que se me ocurren, de manera rápida, son los siguientes:
—Entendiendo el cambio social como un juego de tirar a la cuerda: Según el tiempo histórico, a veces un poco menos dominados, y otras veces más. No sé si algún día ganaremos la partida, pero es importante tirar porque están en juego nuestra capacidad de decisión sobre el entorno que nos rodea. En eso si estoy en desacuerdo en algún artículo de La Colectividad donde decía que la libertad no era cuantificable, pues hay cosas concretas que si se pueden medir. Que eliminen los domingos como días festivos o prohibían el aborto, son hechos que tienen un gran impacto sobre estas. El problema es que el bando de la dominación suele jugar muy bien en equipo, y a nosotras nos cuesta mucho más coordinarnos, y muchas veces tenemos objetivos diferentes.
—Para hacer más fuerza, hace falta gente. Cuanto más esté un discurso socializado, una práctica extendida, es más probable que esta praxis se materialice. Entonces, no veo ningún problema al intentar extender la praxis anarquista. Por otro lado, contamos con aparatos de control y propaganda que son muy difíciles de contrarrestar y hacen que la sociedad que rechazamos se reproduzca y tienda aún más hacia una más controlada. Por eso es muy importante cuidar el cómo, ya que los contenidos se pueden decir de muchas maneras, pero no todas resultaran efectivas al conectar con la gente. En ese aspecto, a partir de la autocrítica y una evaluación constante de lo que somos, hacia dónde vamos y qué conseguimos, es necesaria.
—Sobre “la inserción social”, es muy importante plantear el qué queremos decir con esto. Una cosa es trabajar con unos colectivos con los que puedes compartir cosas (como el realojo de una persona) con una perspectiva propia, pero otra seria el hecho de entrar en las llamadas organizaciones “heterogenias” con la intención de orientar políticamente estas. Creo que eso conduce a batallas internas ideológicas por la lucha del control de estas, además de ser perjudiciales para la gente a la que forma parte. Quizás el punto está en dotarse de estructuras propias, que trabajen mayoritariamente problemas propios. Estas estructuras pueden estar más orientadas a la resistencia dentro del capitalismo, como la construcción de alternativas limitadas por estar dentro del capitalismo. Obviamente ni hace falta que se reclamen como anarquistas, y deberían ser puestas al alcance de todo el mundo sin distinción ideológica.
Yo creo que como libertarios tenemos un proyecto propio y luchamos por él. En ese sentido. toda persona que se adscribe a una ideología establece una jerarquía de ideas y pensamientos, ya sea el anarquista social vs el nihilista, el antidogmático vs el vanguardista o el revolucionario vs el reformista. En ese punto, creo que no hay ningún problema. Creo que este está en el cómo se socializa, pues una cosa es aportar una perspectiva y otra cosa es mediante la toma de decisiones forzar a la mayoría a actuar bajo tus parámetros incluso cuando la mayor parte no está de acuerdo. Creo que hay que trabajar con los movimientos sociales en lo que sea necesario, pero no instrumentalizarlos. Ya veremos cuáles serán los frutos del anarquismo que hoy en día se está organizando.
Últimos apuntes
Si el Anarquismo Social se ha intentado definir en base a propuestas concretas, pediría un resumen de algunas de lo que no-sea-Anarquismo Social. Estas seguramente pueden ser debatibles en una escala donde lo cotidiano tiene un valor más cercano a la realidad. Y seguramente volveríamos a cuestiones abstractas pues práctica y teoría están ligadas.
En mis textos suelo añadir que no existen soluciones mágicas (aunque priorice mucho el tema de defender los servicios sociales). Finalmente me gustaría añadir, que nadie se escapa de la sociedad, incluso la gente que la rechaza. Relaciones de poder se establecen en todos lados, y formamos parte de lo que queremos cambiar. Reconocer que tenemos incoherencias, que existen términos medios, creo que es el primer paso para trabajarlos y cambiarlos. Del mismo modo que me dijeron que todo, siempre, nunca no son amigos de la sociología, la sociedad no se cambia radicalmente de un día a otro, por decreto. Reconocer que no somos perfectos y que el cambio es difícil, nos permite ir trabajando poco a poco para cambiar estos aspectos que rechazamos.
Si vamos de lado a lado, nunca podremos reconocer las aportaciones que nos ofrecen las diferentes perspectivas, yendo de un dogma (individual) a otro dogma (social) aunque el equilibrio es difícil. Espero haber aportado algo.
Víctor A