Frenar el cambio climático a tiempo es uno de los retos más importantes que tiene la población mundial hoy en día. La concentración de CO2 en la atmosfera supera ya las 400ppm (partes por millón), cuando el límite para controlar el cambio climático fue fijado en 350ppm en su día. Esto nos ha traído ya los primeros efectos que crecen año tras año, la temperatura global a ascendido 0.85ºC desde la era preindustrial y el nivel del mar está aumentando debido a deshielos de glaciares como los del Ártico, región que ya ha perdido tres quartas partes de su extensión en los últimos 30 años. A todos estos efectos se le suman sequías, fenomenos meteorológicos extremos y la acidificación de los oceanos, si seguimos en la misma línea el aumento de la temperatura mundial podría rondar los 5ºC para final de siglo.
Ante estos problemas, del 30 de noviembre al 11 de diciembre, se celebrará en París una cumbre internacional para tomar cartas en el asunto, la COP21 (21st Conference of the Parties). En este encuentro entre naciones, después de no haber conseguido fijar una base clara en la anterior COP20 de Lima del año pasado, se decidirá finalmente las medidas que los distintos estados habrán de asumir, por ello es importante que se muestre una presió ciudadana para que los acuerdos sean lo más profundos posibles y así las medidas sean notables, y que no pase como con acuerdos anteriores como el Protocolo de Kioto que no fue repestado.
Millones de personas están centralizando sus fuerzas en este tema, para ello se ha creado un Manifiesto por la Justici Climática, entre otras cosas se pide que los países se comprometan a reducir drásticamente sus emisiones de efecto invernadero. Que este proceso sea fomentada por los países más desarrollados ya que son los que más recursos tienen para hacerlo y los principales causantes del cambio climático. Aparte también que los países más desarrollados contribuyan al desarrollo sostenible de los menos desarrollados. Por otro lado se ha de garantizar el derecho a un medio ambiente sano y el acceso a recursos de una manera sostenible. Por último, hace falta unos mecanismo para que el acuerdo se cumpla.
Para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se ha de cambiar el modelo energético. Debemos minimizar hasta eliminar la quema de combustibles fósiles, e invertir en energías renovables y limpias, pero debido a las innumerables pegas puesta por el lobby energético en España tendríamos que conseguir una democratización del sector y eliminar leyes como el llamado “impuesto al sol”, que perjudican al autoconsumo de renovables. Por otro lado se ha de reducir el consumo energético, crear sistemas que regulen el consumo electrico y no consumir más de lo necesitado. En cuanto al transporte, conviene promover el transporte público y facilitar la movilidad en bicicleta, estas medidas también ayudarían a que grandes ciudades como Madrid y Barcelona, que ahora están en riesgo, disminuyan la contaminación atmosférica mejorando así la salud y calidad de vida de sus habitantes. Es importante acabar con los proyectos de prospecciones de hidrocarburos no convencionales que se nos quieren imponer hoy en día, como el fracking, al invertir en estos recurso retrasamos todavía más el cambio de modelo energético a la vez que ponemos en riesgo el medio ambiente y nuestra salud. Además, debemos proteger áreas clave como el Ártico, ya que el hielo polar actua como un espejo reflejando los rayos de sol al espacio, y bosques como los de la Amazonia, Indonesia o África tropical, son el principal filtro de CO2 de la Tierra. Finalmente, también hay quien apunta a la reducción del consumo de carnes, ya que la industria ganadera representa casi una quinta parte de los gases de efecto invernadero. Un objetivo un poco ambicioso pero posible y eficaz sería lograr una emisión 0 de gases de efecto invernadero para 2050 en España.
Desde Embat luchamos por la nacionalización del sector eléctrico y un plan de desecentralización energética. Vemos la necesidad de la existencia de una empresa pública con participación cooperativa encargada de producción limpia, local y autocentrada de energía. También comtemplamos la necesidad de la eficiencia energética y la producción local de la energía.
De vuelta a la COP21, a pesar de las prohibiciones por parte del Gobierno francés, se espera que el 29 de noviembre y 12 de diciembre se reunan millones de personas en dos grandes marchas para visibilizar la preocupación social por el cambio climático y la necesidad de tomar medidas urgentes. También se han convocado manifestaciones por todo el mundo, Barcelona no se queda al margen, y el próximo 29 de noviembre habrá una marcha desde la Plaça de la Catedral a las 11:30.
Anímate y ven a la Marxa Mundial pel Clima.
Eneko activista medioambiental y miembro de Embat