La pasada noche emitía la televisión estatal española (TVE) unos documentales sobre la revolución rusa (que podéis ver aquí). A pesar de su excelente calidad técnica (remasterizando y coloreando las imágenes de la época y combinándolas con recreaciones actuales), el documental reproduce una serie de mitos sobre la revolución. Por otro largo, otorga una visión sesgada de ella, centrada en los grandes hechos y personajes y no en su realidad social.
Por ello, y como la informacion es también un frente de combate social y en la guerra hay que aprovechar la mínima oportunidad, me dispongo a publicar un pequeño trabajo que realicé sobre la revolución rusa vista desde la oposición de los grupos políticos a la izquierda de Lenin, para ofrecer una mayor comprensión de la realidad revolucionaria. Aviso al lector o lectora que es un mero trabajo de síntesis, en el que sin embargo se comenta una serie de obras que considero clave. Pero, para un mayor conocimiento, no dejo de recomendar ir a las obras originales, que dejaré para su descarga.
1. Justificación y fuentes.
Es habitual que, a la hora de comprender la revolución rusa, predominen dos versiones oficiales: La primera, dada por el partido bolchevique, hegemónico tras la revolución y la segunda, su opuesta, proviene principalmente de las potencias enemigas de la Unión Soviética durante la guerra fría. Sin embargo, estas dos versiones oficiales de lo que fue la revolución rusa ofrecen una visión que no atiende a la realidad de aquel periodo revolucionario.
Por ello, pretendo reflejar la pluralidad de visiones dentro del bando revolucionario, aspirando a una perspectiva más completa de la realidad social y política del periodo y, especialmente, de como lo vivió su principal protagonista: El pueblo ruso.
Considero que esta cuestión se ha dejado a menudo apartada, cayendo en una sobreestimación del papel, sea éste positivo o negativo, del partido bolchevique en la revolución.
He recurrido a testimonios y reflexiones de los principales líderes del partido bolchevique (Lenin y Trotsky) y, para realizar la tarea de contraste, de revolucionarios influyentes de otras formaciones izquierdistas. Los autores de estos documentos vivieron la revolución en sus carnes, pero no son fuentes directas, sino trabajos y análisis historiográficos elaborados tras la revolución, lo que les da una mayor perspectiva, aunque también reflejan una mayor parcialidad.
2. La revolución rusa: causas, protagonistas y consecuencias.
Antes de lanzarnos a la tarea que nos ocupa es necesario comprender que lo que entendemos por revolución rusa corresponde a un importante cambio político y social que se desarrolló en Rusia a principios del siglo XX, dividido en dos etapas principales: La revolución de febrero, producida por la alianza de fuerzas entre liberales y socialistas que acabó con el derribamiento del zarismo y la formación de un gobierno provisional democrático-liberal; y la revolución de octubre, segunda fase en la que las fuerzas de izquierda llevan a cabo una segunda revolución contra el gobierno liberal, acabando con el auge del partido bolchevique y la formación de la URSS.
Muchas son las causas de esta revolución, más valdría la pena enumerar las principales: La debilidad de un régimen atrasado de tipo feudalista como el del Imperio Zarista, la aparición de una burguesía contraria al absolutismo, de un incipiente proletariado industrial urbano, el desgaste producido por una larga y costosa primera guerra mundial y la llegada implantación de las ideas marxistas, especialmente entre el proletariado urbano y los soldados sin rango.
Esta conjunción de causas, junto al malestar general producto de un sistema de producción en clara decadencia que mantenía a las masas rusas en la miseria y la ignorancia fueron, más que la influencia de un grupo político particular, las principales causas de la revolución.
Es necesario repasar los principales protagonistas, las principales facciones políticas y sus liderazgos, así como su papel en la revolución:
Por un lado la facción que apoyaba al zar Nicolas II. Ha sufrido ya un intento de revolución en 1905 y, tras unas tímidas e insuficientes reformas, un frente desmoronado y una situación económica grave le hacen perder el apoyo de su Estado Mayor. Abdica y se deja detener el 20 de marzo de 1917, siendo asesinado en julio de ese mismo año.
En segundo lugar, el Partido Democrático Constitucional, representa de los intereses de la burguesía. Liderado por Pável Miliukov, será el partido creador y dirigente del Gobierno Provisional tras la revolución de febrero. Defensor de una república liberal al estilo occidental, su apoyo a seguir en la guerra lo hizo muy impopular.
Encontramos a los socialistas divididos en dos partidos principales: El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, clásico partido marxista, se dividiría en 1917 en dos facciones, la menchevique, de Yuli Mártov (que apoyaba al gobierno provisional) y la bolchevique, encabezada por
Lenin, favorable a una revolución obrera y refundada en 1918 como Partido Comunista Ruso.
Y el Partido Socialista Revolucionario de Víctor Chernov, de implantación campesina y recogedor del populismo ruso. Los eseristas fueron los principales rivales de los bolcheviques durante la revolución de Octubre.
Por último, encontramos abundantes grupos anarquistas, aunque, como se lamentaban los más formados de ellos como Volin o Arshinov, muy fraccionados y desorganizados. A pesar de no haber sido capaces de levantar un anarcosindicalismo fuerte, darían un gran apoyo a los sóviets.
De entre todas estas tendencias acabaría por imponerse, tras las dos fases de la revolución, el partido liderado por Lenin. Antes de entrar a ver la visión de la oposición izquierdista veremos, en la próxima parte, que nos dicen los bolcheviques sobre la revolución en la que vencieron.
Va al siguiente.