La región griega, y en concreto la ciudad de Atenas, viven momentos de tensión importante. Resumo en un par de párrafos la situación. Como sabréis, Nikos Romanós, quien fue detenido, torturado, y acusado a principios de 2013 por un caso de expropiación bancaria, sigue firme en huelga de hambre desde el 10 de noviembre. Tras pasar los exámenes de entrada a la universidad, al compañero Nikos (de 21 años de edad) le ha sido denegada la asistencia a la universidad sin ningún tipo de excusa, buena o mala, inteligente o estúpida, por parte de las autoridades griega. De ahí su huelga de hambre: el mismo sistema y sus leyes represivas que encarcelan a las personas que luchan por la libertad, deniega al mismo tiempo la aplicación de sus propias “normas de juego.”
Desde finales de la semana pasada, en Atenas se han dado numerosas asambleas para poner en marcha la solidaridad anti-autoritaria, a la cual numerosas individualidades se han ido sumando de forma independiente. La marcha motorizada que partió el sábado pasado desde el centro de la ciudad al hospital donde se encuentra confinado nuestro compañero, terminó por congregar a un par de millares. A las motos se le unieron numerosas personas que llegaron a pie, bicicleta, metro, etcétera, formando así una gran concentración a las afueras del hospital Gennimatas, que se ubica al norte de la ciudad, muy cerca de una gran base militar y de los barrios de clase alta del norte. Varias personas encaramadas a la valla conversaban con Nikos, quien escuchaba las últimas noticias de boca de los compañeros. De rato a rato se le animó con eslóganes y vítores, lo cuales retumbaban con fuerza en el patio del hospital. Un hombre con acento inglés también le comunicó que en Londres hubo una concentración solidaria. La gente aplaudió con ganas mientras más pacientes del hospital salían a la ventana para ver qué sucedía afuera. La madera se concentró en gran número frente a la entrada principal, haciendo gala de su equipamiento represivo y sus caras llenas de odio. Todo tipo de gente se pudo ver en aquella concentración del sábado, la cual se desplazó hacia las 18:20 al otro hospital donde el compañero Yannis Michailidis también se encuentra en huelga de hambre solidaria. La noche se cerró con disturbios en Exarheia, donde el fuego intentó morder con rabia a las fuerzas represoras del Estado.
A todo esto se suman numerosas acciones de solidaridad que van más allá del territorio griego. En Atenas los cajeros automáticos arden en llamas solidarias, avisando que si Nikos no recibe justicia la rabia anti-autoritaria seguirá expandiéndose más allá de las máquinas. Ayer un grupo anti-autoritaria hizo una visita a domicilio al vice-presidente Venizelos, y más personas presas se suman a la huelga de hambre solidaria. Hoy 2 de diciembre hay convocada una marcha solidaria en Atenas, de la cual se espera renovar la solidaridad anarquista con aquellas personas que se encuentran tras los barrotes del Estado. Y a la vuelta de la esquina, el 6 de diciembre (que es el próximo sábado), llega el día en el que el compañero Alexis fue asesinado por la policía en Exarheia. Para aquellas personas que no conozcan demasiado el contexto griego, es importante recordar que el compañero Nikos era el mejor amigo de Alexis, quien murió a brazos del propio Nikos (ambos estaban celebrando el “santo” de éste último). Aquella experiencia debió marcar, sin duda, las convicciones políticas del compañero Nikos. Ahora nos toca al resto mostrar la solidaridad que se merecen las personas luchadoras. Ninguna cárcel, ninguna celda, es más fuerte que nuestra ansia de libertad.