Septiembre se presenta como un mes muy agitado
“Ocupa el Congreso”, “Marea Destituyente” y “Movimiento 25 de septiembre”. Estos son los nombres, entre otros, con los que se conoce la acción que se pretende llevar a cabo en la ciudad de Madrid el próximo día 25 de este mes. Ésta no tiene entre sus postulados ocupar literalmente el edificio (sólo es un guiño al movimiento “Occupy Wall Street”), sino rodearlo durante varios días.
Con esto, pretenden conseguir la dimisión del gobierno y la disolución de las Cortes. Acto seguido, abrir un proceso constituyente para la redacción de una nueva Constitución con participación de toda la ciudadanía. Tienen más propuestas, pero todas se llevarían a cabo después de las que he mencionado, y sólo he citado las dos primeras porque, de triunfar, podríamos derivar en un sistema todavía peor.
El hecho de provocar un vacío de poder no es muy halagüeño. Seguramente nos vendrá a la mente el intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, encabezado entre otros por Antonio Tejero, entonces teniente coronel de la Guardia Civil. Afortunadamente como todos sabemos, falló.
La ultraderecha no ha tardado en apuntarse al movimiento. Esto ha provocado que la izquierda haya comenzado un debate sobre apoyar la convocatoria u oponerse a ella, llamándose cada parte traidora mutuamente. Esto beneficia a la extrema-derecha que irá unida, al contrario que la izquierda.
Sin embargo, aunque se califique de fascista el movimiento, lo cierto es que en su página de la red social “Facebook” podemos leer lo siguiente:
“Desde el grupo de moderación de “Ocupa el congreso” se informa que se borrará cualquier vídeo o artículo, que nos intente relacionar con extrema derecha o cualquier otra ideología violenta, xenófoba, sexista, fascista, o contraria a los derechos humanos y nuestro manifiesto. Y se pasará a bloquear los perfiles de aquellos que no respeten a las personas aquí congregadas, insulten y/o realicen este tipo de publicaciones.”
El 25S se ha convocado con muy poca planificación. Personalmente, pienso que la acción va a tener poco éxito, por no decir ninguno. Sin embargo, veo conveniente la presencia de anarquistas y gente de izquierdas en el acto. Porque si, como dije antes, triunfa y sólo hay presencia ultraderechista podríamos acabar en un Estado totalitario. De esta manera, al estar presentes seguramente influenciaríamos y encaminaríamos las propuestas hacia nuestro terreno. Estado hay ahora y habrá después de esa fecha, pero podríamos suavizar el régimen en un pequeño porcentaje. Claro está, todo esto pensando que el 25S culmine victorioso.