Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha anunciado hoy mismo su dimisión como diputada y dirigente regional. También ha explicado que pedirá el reingreso como funcionaria. Ignacio Gonzalez, vicepresidente con Aguirre, asumirá el cargo en funciones. Durante la rueda de prensa, la ya expresidenta ha asegurado que un político debe saber cuándo retirarse y que sus políticas liberales resisten en Madrid.
Esperanza ha destacado en estos años por sus políticas de recortes y privatizaciones. Han sido constantes sus ataques a los funcionarios y sindicatos. Su gestión de los servicios públicos (sanidad, educación, transporte…) ha dado lugar a continuas protestas, ya que constantemente ha desviado dinero de partidas públicas al sector privado. En ningún caso el resultado de estas políticas ha sido positivo para los madrileños.
En los últimos tiempos ha estado implicada en el escándalo de falseamiento y desviación del déficit de la Comunidad de Madrid, debido a la ocultación de facturas en el ejercicio anterior, y en la confirmación de la Comunidad de Madrid como sede del complejo Eurovegas, del magnate Sheldon Adelson.
Durante la apertura del presente curso universitario en la Universidad Autónoma de Madrid, acto al que tenía previsto acudir, profesores y estudiantes se acercaron a protestar contra sus políticas que están acabando con la educación pública. Asimismo, la semana pasada una madre le tiró una fiambrera. Lo hacía en respuesta al apoyo de la política a la medida de cobrar en los comedores a los niños que llevan comida de casa.
Otro episodio conocido en el currículum de la lideresa es su investidura en 2003 como resultado de la acción de los tránsfugas corruptos del PSOE, Eduardo Tamayo y Maria Teresa Sáez.