Tras el revuelo producido por el 25S me dispuse a emprender viaje, cámara en mano, junto con dos amigas a ver qué nos deparaba la manifestación del 29S.
Llegamos a Neptuno media más tarde de la hora convocada y la plaza estaba completamente llena, en ese momento mi grupo de amigas decidimos separarnos para poder así trabajar mucho mejor. La primera dirección que tomé fue la calle del Congreso cerrada por una extensa valla y un gran número de policías antidisturbios detrás. Lo primero que vi un gran número de fotógrafos apuntando con sus cámaras a la tristemente famosa Jill Love, hecho que me decepcionó bastante. Tras esto decidí ver el panorama general, por lo que escalé una de las ventanas del Museo Thyssen para tener una visión mucho más global. En la plaza ya no entraba casi nadie y casi todas las salidas de la plaza estaban cubiertas por furgones de antidisturbios salvo una, bajé y recorrí como pude toda la plaza, pudiendo ver manifestantes de todo tipo, desde adolescentes a señores y señoras ya entrados en años. Lo que imperaba en esta manifestación era el buen ambiente que se respiraba, que en muchas ocasiones me recordaba al del 15M en sus primeros días.
Seguí caminando mientras recibía mensajes de amigos en mi móvil contándome la situación desde fuera y recogiendo con mi cara todo lo que podía hasta bien entrada la noche que decidí ponerme en primera línea junto con mis amigas. Se vivieron momentos tensos producidos sobre todo por individuos aislados que en todas las manifestaciones aparecen. Quizás el más tenso de estos momentos fue cuando alguien tiró una especie de bola de humo hacia la línea de antidisturbios, momento en el cual estos se pusieron en posición defensiva. Las lecheras iban entrando al interior de la plaza, todos los medios se detuvieron en uno en concreto, el cual en su interior estaba repleto con varias banderas de España. En unos segundos el caos se apoderó de la plaza, la policía comenzó a bajar de los coches y la gente enloqueció, unos escaparon, otros se enfrentaros y varios nos quedamos con nuestras cámaras fotografiando.
Pero esto poco duró, un grupo de manifestantes comienza a cargar y debemos escapar en dirección Cibeles, la única salida libre, donde gran número de “lecheras” nos estaban esperando. Esperé a que la situación se calmara y me fui en dirección Gran Vía mientras veía con asombro que varias de esas lecheras subían por la calle y se metían por unas de las callejuelas perpendiculares en dirección a Lavapiés. Para nada me esperaba que estos individuos fueran capaces de cargar de nuevo contra gente que ni siquiera estuvo en la manifestación. Estos últimos acontecimientos no los presencié en primera persona, ya me encontraba en la habitación de un hostal, editando las fotos y escuchando sirenas hasta bien entrada la noche.
Para finalizar he de decir que guardo muchas esperanzas en esta serie de actos y confío que el trece de octubre se consiga ese cambio que tanto se necesita.
Teresa Suárez Zapater.
Podéis ver el resto de fotos de Teresa en su cuenta Flickr.