El pasado 21 de Octubre se organizaba en la ciudad de Zaragoza un evento llamado “Feeding Zgz.” La idea era muy simple: recuperar y cocinar alimentos desechados por los supermercados, y distribuirlos entre la gente.
Me gustaría que este escrito sirviera de ayuda e inspiración para otras personas que, preocupadas por la situación social en sus localidades, decidan pasar a la acción social de alguna forma. Esto no es ningún manual: es simple y llanamente una narración descriptiva (con alguna que otra observación) de mis experiencias en la práctica de la recolección urbana, las cuales espero que sirvan de algo para alguien.
¿Qué es la recolección urbana?
La recolección urbana es simplemente buscar en los contenedores de basura aquello que el capitalismo no quiere que obtengamos, ya sea porque dicen seguir “normativas de higiene y salud”, o porque los útiles tienen algún tipo de defecto que impide la venta de los mismos. La recolección urbana puede realizarse en multitud de contextos, pero este texto se centrará solamente en la búsqueda de alimentos desechados por supermercados. Estos alimentos son arrojados a la basura por multitud de razones: por estar cerca de la fecha de vencimiento (lo que no significa que no se puedan consumir), por tener algún desperfecto (lo que tampoco significa que no se puedan seguir consumiendo), o por lo que sea. Así pues, los supermercados prefieren tirar toneladas y toneladas de comida al año antes que repartir esos alimentos a gente necesitada (¡cómo lo van a hacer, eso no reporta beneficios económicos!). Es por ello que la recolección urbana de alimentos (aunque no solamente) torna en toda una declaración política, y en una práctica que merece ser contemplada.
¿Cómo organizarse?
El mejor momento para recuperar la comida despilfarrada es la noche, aunque la hora puede variar dependiendo de tu país o de tu localidad. En el país donde yo vivo el mejor momento es sobre las 22.00: los supermercados están cerrados y todo lo que se tenga que arrojar al contenedor ya está arrojado.
Hay una gran variedad de escenarios posibles con respecto a los contendedores de basura: muchos supermercados tienen los contendedores dentro del establecimiento, mientras que otros los tienen tras verjas cerradas. Muchos otros cierran con llave los propios contenedores, y se dice que Lidl echa lejía u otros productos químicos a la comida en buen estado que desecha. Sea como sea, lo primero de todo es tener localizados tres o cuatro supermercados en los alrededores y saber dónde y cómo se colocan los contenedores de la basura.
Tener una ruta a seguir, planificada y estudiada de antemano, es de lo más útil que puedes hacer, porque evitas paseos innecesarios a las tantas de la noche, lo que podría llevar a pérdidas tontas de tiempo: cuanto más rápido mejor. Dependiendo del país, la práctica de la recolección urbana será más o menos permitida por la policía. En la ciudad donde yo resido la policía es más o menos permisiva: en caso de verte cogiendo algo de los contenedores lo máximo que te dicen (al menos en mi experiencia) es que dejes todo de nuevo donde estaba y desfiles para otro lado. Cuando esto ha pasado, lo que hicimos fue dejar todo de nuevo dentro de los contenedores, pero cuidando que las bolsas con cosas útiles no se mezclaran con aquellas que habías descartado. Así, una vez que nos “despedimos” de la policía, nos damos una vuelta por el barrio y volvemos a los quince minutos a por lo nuestro.
Volviendo a las rutas: tener un plan es muy importante para evitar lo dicho más arriba, pero también para maximizar la comida recuperada en una noche (puesto que no siempre vas a encontrar comida en los contenedores, lo que te obligaría a ir al siguiente supermercado). Es imprescindible contar con algún tipo de medio de transporte, siendo la bicicleta la mejor opción sin duda alguna. La bicicleta te permite moverte con facilidad por la localidad, es increíblemente silenciosa, y además te permite conversar con tus compañeres (si vas en grupo) mientras vais de camino al próximo contenedor.
Una vez que tengas localizados los supermercados con los contenedores accesibles, es de vital importancia ser eficiente y ordenado. Dentro del contenedor encontrarás una multitud de bolsas que contendrán cosas variopintas, muchas de ellas desagradables. Sin embargo, nunca se sabe qué puede haber en ellas. Por ello es necesario abrir todas y cada una de las bolsas y rebuscar en su interior, y esto nos obliga a llevar guantes de plástico desechables. Además, desde mi experiencia recomiendo llevar varias botellas de agua para después aclararse las manos en la calle. Personalmente me he encontrado muchos tipos de bolsas: desde bolsas llenas de pan y tartas en perfecto estado, pasando por bolsas con papel de limpiar y comida como envases de jamón, hasta bolsas repletas de desechos no aptos para el consumo humano.
Decía antes que todas las bolsas han de ser inspeccionadas, y esto es porque muchas de ellas están mezcladas: pueden contener alimentos en buen estado junto con papel de limpiar las estanterías, por ejemplo. Recupera todo lo que puedas en el mínimo tiempo posible, pero no sacrifiques la calidad de la búsqueda por la rapidez: aprende a ser eficiente. Lo más difícil in situ es evaluar si algo es apto para el consumo humano o no. Aquí habrá mil factores que no se pueden explicar en un texto como éste, pero yo diría que el sentido común es lo primero de todo. Pongo un ejemplo real que me pasó: en un contenedor encontramos siete u ocho envases de jamón cocido, los cuales estaban en perfecto estado y bien cerrados. El único problema era que el fondo del contenedor estaba inundado por una mezcla de agua de lluvia (esa noche llovía) y líquido suavizante de una botella desechada. Sabíamos que era suavizante de ropa porque la botella estaba allí abierta. Tras examinar los envases in situ y considerar que el suavizante no había penetrado el envase de plástico al vacío, probamos a abrir uno de los envases en casa y, como personas solidarias, nos comimos todes una rodaja (supongo que la máxima fue “si algo pasa, que le pase a todo el mundo”).
Otra norma de vital importancia es el orden: hay que dejar todo tan ordenado como estaba o más. Si llegas y empiezas a rebuscar tirando y esparciendo las bolsas y su contenido por todos lados, entonces, no estás ayudando a la causa. Primero, porque ensuciar el medio que te rodea es irresponsable. Segundo, porque estarás haciendo limpiar tu destrozo a otras personas. Y tercero, porque si les encargades del supermercado ven que ha habido alguien hurgando en la basura, la próxima vez cerrarán los contenedores o llamarán a la policía.
Nosotres recolectamos por dos motivos: personales (para suplirnos de alimentos semanales), pero también para distribuirlos en la ciudad. El grupo monta cada X días un tenderete en un sitio muy frecuentado de mi ciudad y a la vez que repartimos la comida gratis (que puede ser desde sopa caliente, hasta sandwiches de jamón) también repartimos nuestros panfletos anarquistas u octavillas con las convocatorias de eventos futuros. Como es algo que llama la atención, mucha gente se acerca interesada, y éste es un momento ideal para entablar una conversación sobre el despilfarro de alimentos y la necesidad de hacer algo al respecto, pero también es un buen momento para entablas una conversación política y hacer llegar nuestro mensaje libertario a la gente.
Si como nosotres vas a repartir la comida gratuitamente (la única manera de hacerlo, aunque también se pueden pedir donaciones voluntarias, cosa que nunca he probado a hacer), te tienes que asegurar que absolutamente todo lo que repartas está en buen estado. De ahí que todo lo que se vaya a distribuir pase primero por tu estómago. Nosotres tenemos una regla de oro: no se distribuye nada que no nos comeríamos nosotres mismes, y si nos comeríamos algo, como somos unes muertes de hambre, pues probamos toda la comida la noche anterior o esa misma mañana. Fácil y sencillo.
Fines y utilidades
Como he expuesto, hay varias razones por las que una persona puede estar interesada en recolectar: desde conseguir alimentos para el consumo propio, pasando por la búsqueda de objetos útiles (yo me he llegado a encontrar una caja de velas aromáticas en perfecto estado, hasta cajas enteras con películas VHS), o hasta por motivos políticos y sociales. Nosotres, como grupo de afinidad, nos movemos más por los últimos motivos, pero aun cuando se recolecte por motivos personales se estará haciendo un bien a la comunidad (más que nada porque te ahorrarás el tener que comprar en el supermercado y ser partícipe del sistema capitalista). Personalmente no conozco a nadie que pueda sobrevivir solamente con la práctica de la recolección urbana, pero supongo que con esmero y dedicación se podría salir adelante en cierta medida. No obstante, la recolección es muy inestable como ya he explicado: unas noches te encuentras de todo, otras sólo pan, y otras nada de nada.
Espero que esta narración sirva de algo.
Addendum: recuerda que este texto está basado en mi experiencia personal en una ciudad concreta y un país que lo más seguro no sea el tuyo propio. Es por ello que lo escrito aquí no se pueda aplicar a tu entorno, ya sea porque los contenedores son de otra forma, porque los supermercados operan de manera distinta, o simplemente porque la comida se desecha de manera diferente.