Cinco lecturas por el ateísmo

Por Nemo
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El ateísmo, la negación de la idea del Dios o los Dioses, ha tenido firmes defensores a lo largo de la historia, especialmente en época contemporánea, periodo en el que comienza a darse la emancipación en Occidente de las mentes respecto al oscurantismo y la dominación ideológica que representaban las religiones cristianas.
Traigo aquí una selección de cinco textos, cinco trabajos en defensa del ateísmo. Algunos de ellos marcaron la historia del pensamiento, pero todos ellos tenían un objetivo: liberar a la humanidad del control que suponen las religiones, sus engaños y sus promesas de falsos paraísos.. Acompaño, junto a una breve reseña, un enlace para su descarga gratuíta.

1. El Anticristo, Friedrich Nietzsche.

La filosofía de Nietzsche supuso una contundente respuesta contra el idealismo clásico, heredero del platonismo y su idea de la moral universal y respresentado en la moral cristiana.
En esta obra, escrita en 1888 y cuyo título completo es: El Anticristo, Maldición sobre el cristianismo, Nietzsche desenmascara a la moral cristiana como una “moral de esclavos”, creada para que los dominados se contenten con su condición de dominados, prometiendo un paraíso más allá del mundo real, lo que Nietzsche considera amor a la muerte. El cristianismo es, para Nietszche, la degeneracion, contraria a su concepto de aristocracia espiritual. Propone, en su lugar, el amor a la vida, el vitalismo y la persecución de un individuo capaz de crear sus propias normas morales acanzando, así, el superhombre.
Al contrario de su gran obra: Así habló Zaratustra, El Anticristo está escrito en un lenguaje mucho más prosaico y supone una obra excelente para introducirse en la filosofía de Nietzsche.
A modo de crítica, decir que cuando leer a Nietzsche hay que ser conscientes de que se lee a una persona profundamente defraudada con la sociedad de masas creada por el capitalismo, pero que, en su lugar, propone la vuelta a los antigüos valores, en definitiva, a la sociedad aristocrática del feudalismo. Hecho que ha causado que su pensamiento fuera muy infuyente en círculos reaccionarios.
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2. Dios y el Estado, Mijaíl Bakunin.

Muy distinta es la obra del padre del anarquismo colectivista, escrita (de forma inconcusa) en 1871.
Bakunin fue, de entre los anarquistas clásicos, el que atacó a la religión con mayor contundencia. Siendo en este heredero del materialismo crítico de Feuerbach y de su concepto de alienación religiosa, poniéndola a su vez en relación con el concepto marxista de dominación de la infraestructura económica, si bien la tesis marxista de “La religión es el opio del pueblo” quedaría mucho más desarrollada en la obra de Bakunin.
En esta obra el ideólogo ruso realiza un análisis materialista de las relaciones dialécticas entre la religión y el Estado. Analizando como la religión surge en beneficio de las clases dominantes a lo largo de la historia y como el poder del Estado proviene del poder religioso.
En definitiva, un texto muy recomendable pare entender el análisis materialista de la religión, así como la importancia de la misma a la hora de mantener la dominación ideológica sobre las clases dominadas en el sistema capitalista.
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3. El mundo y sus demonios, Carl Sagan.

Carl Sagan fue uno de esos científicos conscientes de que la ciencia no puede quedarse en las academias, de que la ciencia debe llegar a todos y actuar en beneficio de toda la sociedad. Fue, sin lugar a dudas, uno de los mejores divulgadores científicos del siglo pasado.
En este libro, publicado en 1995, Sagan realiza una firme defensa del método científico como mejor forma para comprender la realidad que nos rodea, así como del escepticismo frente a la superstición o a la multitud de pseudociencias que, al igual que las antiguas religiones, aprovechan la ignorancia para crear ídolos.
En este libro Sagan intenta dar a sus lectores las herramientas para defenderse de mitos, dioses, ovnis, brujas, profetas y magufos que se dicen poseedores de habilidades paranormales.
En tiempos de crisis sistémica es en este tipo de creencias donde mucha gente encuentra esperanzas, distrayéndose de la auténtica solución a sus problemas: la persecución de una sociedad basada en la libertad, el socialismo y la ciencia. Un libro como el de Carl Sagan llega a ser algo necesario.
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4. Doce pruebas de la inexistencia de Dios, Sébastien Faure.

Faure, que en su juventud fue seminarista, acabó convirtiéndose en un ateo, socialista y libertario. Este folleto de 1920, que supone una respuesta a las Cinco Vías de Santo Tomás de Aquino, tuvo una gran difusión e influencia entre la clase trabajadora francesa y, sobre todo, española, de inicios del siglo pasado.
La influencia que en aquel entonces tenía la iglesia católica sobre la educación y sobre la política hacía necesario el surgimiento de un espíritu ateo y anticlerical que reivindicara la ciencia y la razón en favor de la clase obrera. Hoy en día, cuando aún no se ha arrebatado buena parte del control de la iglesia sobre la educación de la juventud obrera, cuando, en palabras de Bakunin, un amo celestial igue ligitimando la actuación de los amos en la Tierra, este texto no ha dejado de ser vigente.
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5. Paseo humorístico a través de las religiones y los dogmas, Maître Simon.

Quizás no sea una obra tan conocida como las anteriores, pero sin ninguna duda la obra de Maître Simon es muy divertida de leer.
Editada por la CNT de Francia en 1961 Simon investiga en las raíces de la religión judeocristiana, mostrándola, con un afilado sentido del humo como un pastiche de mitraismo, zoroastrismo, religión griega y otras creencias anteriores del próximo oriente. En definitiva, una religión para nada original y, desde luego, que resultaría un absurdo creer verdadera (justo como todas las demás).
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Y hasta aquí mis recomendaciones para hoy. Creo que es importante que los anarquistas sigamos realizando una defensa de la ciencia y una oposición firme a cualquier intento de las múltiples sectas de hacerse con el control ideológico de la clase obrera. Más aún en momentos en el que esas sectas comienzan a tener individuos afines dentro de nuestro propio movimiento anarquista, que difunden su peste tradicionalista y su moralina religiosa.
Salud y buena lectura.

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