País hermético, tiranía stalinista, enemigo de occidente frente a uno de los llamados países más desarrollados del mundo, expertos en la alta tecnología, inventores del “Gangnam Style”. Corea, las dos Coreas, constituye uno de los lugares del mundo en torno al que más mitología producen los medios del capital. Considero que nada mejor para entender la situación política actual de un país que conocer su historia. La historia de Corea, como la de la mayor parte de los países asiáticos, es poco conocida en el eurocéntrico occidente. Por ello, quienes deseamos comprender la realidad política actual, debemos hacer un esfuerzo para acercarnos al pasado de territorios tan lejanos.
Intentaré en este artículo mostrar una breve historia de la península de Corea desde sus inicios históricos hasta la actualidad, a fin de contribuir a una mayor comprensión de la situación geopolítica actual, de las características de las dos Coreas. Advierto que no encontrará el lector, en este artículo, ni seguiremos a la postura política de la prensa oficial y proamericana ni los elogios que ciertos medios de la izquierda realizan a Corea del Norte, paradigma del viejo socialismo de Estado. Me limitaré a ofrecer una historia de Corea atendiendo a su desarrollo económico, social y político, de la forma más honesta posible.
Comenzaremos, como no puede ser de otra manera, con los orígenes. Pues es en época preindustrial cuando Corea adquiere buena parte de su personalidad cultural.
El medio físico.
Una península del extremo oriental del continente asiático, separada por China por la frontera natural que representa la meseta Kaema, que se eleva hasta 2.000 metros por encima del nivel del mar y por los montes Hamgyong, cuyo pico más alto, el Kwanmo Peak, alcanza los 2.540 metros. Comparándolo con los Alpes o los Pirineos europeos, constituyen un paisaje menos elevado, pero mucho más extenso, pues suponen aproximadamente un tercio de la geografía de Corea del Norte. El resto del paisaje coreano es también elevado, no bajando generalmente de los 350 metros por encima del nivel del mar. Solo en su costa occidental posee la península de Corea tierras bajas con una cierta extensión.
Corea posee un clima muy húmedo, con precipitaciones anuales por encima de los 1300 mm anuales, sufriendo las mayores precipitaciones durante el monzón en los meses de verano, siendo los inviernos mucho más secos. Por realizar una comparación, Galicia, la región más lluviosa de la península ibérica, posee un volumen de precipitaciones de unos 900 mm al año. Las temperaturas son suaves en verano, con una máxima de 30 grados, y frías en invierno, llegando a descender hasta los -7 grados. El Norte, por su elevación, es más frío que el sur, estando las temperaturas entre -13 y 20 grados. Además de ello, la península está frecuentemente sometida a tifones y vientos ciclónicos, que llegan desde el área de Japón.
Con este clima, la vegetación, particularmente los bosques de hoja caduca, es abundante. Si bien el desarrollo industrial y la deforestación de Corea del Sur ha puesto en peligro algunas especies de grandes mamíferos, la península en su conjunto posee una gran riqueza biológica, habiéndose convertido en un auténtico santuario natural la zona desmilitarizada entre las dos Coreas.
La península cuenta con amplios recursos minerales, principalmente carbón, hierro y otros metales como zinc o cobre.
La geografía es uno de los factores más determinantes a la hora de determinar el desarrollo económico y el carácter de un pueblo. No es de extrañar que una península de espaldas a Asia y de relieve elevado haya provocado, a lo largo de la historia, que el pueblo coreano sea un pueblo de carácter cerrado y poco abierto a influencias extranjeras.
Primeros pobladores.
Lamentablemente, no se han realizado grandes investigaciones arqueológicas sobre la Corea prehistórica. Si se tienen en cuenta los indicios actuales, parece ser que Homo erectus podría aparecer en la península, proveniente de China, hace unos 400.000 años. Si bien no se han encontrados restos óseos determinantes, si se han encontrado herramientas líticas atribuibles a esta especie, tanto en el Norte como en el Sur.
No se conoce a ciencia cierta cuando llegan los humanos anatómicamente modernos a Corea. Sin embargo, teniendo en cuenta que los primeros restos de nuestra especie aparecen en Japón en torno al 38.000 a.e.c. y que probablemente éstos llegarían a las islas desde el estrecho de Corea (en época glaciar el nivel del mar era más bajo), podemos concluir en que aparecería en Corea sobre esas mismas fechas.
La primera cultura cerámica de la que conocemos restos en Corea es la cultura Jeulmun, que se extiende un largo periodo entre el 8.000 y el 1500 a.e.c. El relieve de Corea es menos propicio para el cultivo extensivo del arroz que China, y su clima, más frío que el de Japón, dificultan también un cultivo intensivo como el de las islas. Así, en la misma época en que distintas culturas continentales desarrollaban técnicas de cultivo extensivo de arroz y mijo, en la cultura Jeulmun la agricultura nunca llegó a tener una gran importancia, produciéndose a pequeña escala y conviviendo con la caza, la pesca y la recolección. Producían, además, elevados vasos cerámicos utilizados para el almacenaje.
La agricultura intensiva llega, probablemente por influencia japonesa y junto a las primeras herramientas de bronce, a Corea en torno al 1500 a.e.c., con el periodo Mumun. Es curioso como existen paralelismos entre este bronce coreano y el bronce europeo, produciéndose incluso una cultura megalítica, especialmente en los enterramientos. A comienzos del periodo Mumun los poblados estaban constituidos por una gran casa comunal semienterrada con varios hogares, con el tiempo, comienzan a surgir pequeñas viviendas circulares o cuadradas alrededor de la casa comunal, siendo en el 900 a.e.c. cuando las viviendas pequeñas se generalizan. Este proceso, que se da en muchos otros pueblos, ha sido tomado generalmente como evidencia del nacimiento de las instituciones familiares y del progresivo avance hacia la propiedad. Socialmente, se considera que en la cultura Mumun comenzó a darse el sistema de los “grandes hombres”, éstos eran los encargados de administrar la redistribución de los excedentes de la agricultura.
El nacimiento del Estado.
Es probablemente en este periodo donde se dan los primeros pasos hacia la formación del Estado en la península. La introducción del caballo y del arco daría a estos “grandes hombres” la posibilidad de recorrer mayores distancias y de hacer la guerra con sus vecinos, convirtiéndose en jefes de guerra, dando como resultado la existencia de relaciones de dominación (los vecinos conquistados pasarían a ser esclavos de los conquistadores) y fundándose los primeros Estados dominados por un monarca.
El primero de estos Estados en aparecer en las fuentes chinas en torno al siglo VII a.e.c. es el reino de Gojoseon, que establecería su capital en Pyongyang sobre el siglo IV a.C. Mientras Gojoseon se desarrollaba en el Norte en el sur aparecía el Estado de Jin, que contaría con una cierta influencia cultural del periodo Yayoi japonés. En este periodo, probablemente por influencia de la desarrollada China de la dinastía Han, el Norte de Corea se encuentra en un estadio de desarrollo cultural superior al del Sur, floreciendo multitud de pequeños Estados dirigidos por élites guerreras. La metalurgia del hierro llegaría en el siglo IV a.C., también proveniente de China.
Los tres reinos.
En el 108 a.e.c. el reino de Gojoseon es vencido y conquistado por la dinastía Han china, que ocuparía todas las tierras bajas del Norte, trayendo a la península sus avances culturales y agrarios. En las montañas de Corea y Manchuria aparecen una serie de pequeños Estados herederos de Gojoseon, siendo uno de ellos el reino de Goguryeo. Al tiempo, en el Sur, se desarrollaba Samhan, una confederación de tres Estados, que lograría conquistar tres de las cuatro comanderías establecidas por los Han.
Goguryeo logra conquistar a su vecinos y, posteriormente, en el 303 c.e., la última comandería Han. Sanmhan, sin embargo, se vería conquistado por dos reinos emergentes Baekje y Silla. Corea se veía libre de invasores y dividida en tres reinos: el gran Goguryeo al norte (que dominaba también buena parte de Manchuria) y Baekje y Silla al sur. Estos tres reinos convivían con Gaya, una pequeña confederación de diminutos reinos situada en el extremo Sur peninsular.
A pesar de haber sido expulsados, la huella de China en Corea permanecía. Estos tres Estados tienen ya poco que ver con los pequeños reinos dominados por élites guerreras de antes de la caída de Gojoseon. Son Estados centralizados, con una burocracia palacial que conoce la escritura. El pensamiento chino del taoísmo y el confuncianismo han llegado también, seguidos por la religión budista.
Económicamente predomina lo que se suele conocer como “modo de producción asiático”. Es decir, una élite palacial mantiene a la sociedad sometida a una esclavitud generalizada, siendo esta élite la que administra la producción agrícola (basada en el arroz) y redistribuye los excedentes de la producción.
Hacia la unificación de Corea.
El gran reino de Goguryeo sufriría durante su historia constantes ataques de la dinastía china Tang hasta que, en 668 es conquistado por el norte por el imperio de los Tang y por el sur por el reino de Silla.
La península quedaría dividida, tras conquistar Silla a sus vecinos y tras vencer al Imperio Tang en la guerra de 670-676, entre un poderoso estado de Silla al Sur y Balhae al Norte, un Estado fundado de las cenizas de Goguryeo, si bien muy influenciado por el sistema político Tang. Estos dos Estados se mantendrán en un periodo de florecimiento económico y estabilidad hasta el 892. En este momento se produce una gran inestabilidad en Silla producto de una rebelión de la mediana nobleza, liderada por el general Gyeon Hwon, que tras conquistar las provincias del sur se autoproclama rey del Nuevo Baekje. Algo similar ocurriría con Gung Ye, noble y monje budista, que tras conquistar las tierras del Norte se separaría de Silla para autoproclamarse rey del Nuevo Goguryeo. Este retorno a los tres reinos que supone la decadencia de Silla daría paso a la primera unificación de la península.
Goryeo, una Corea unificada.
Wang Geon, que provenía de una familia de comerciantes, funda en el 927 el reino de Goryeo. Tras hacer la guerra a los tres reinos consigue unifcar la península bajo su mando, proclamándose emperador de Goryeo en el 930.
Goryeo, como Imperio, no llegaría a centralizarse del todo, manteniendo las capitales y administraciones de los reinos conquistados. Socialmente, la burocracia de Goryeo impulsaría la liberación de los esclavos, dando como resultado un sistema económico similar al que ya se daba en china, con una inmensa población de siervos, un Estado fuerte mantenido por un eficiente sistema fiscal y una burocracia bien instruida, apoyada en una nobleza guerrera.
La defensa de la península, que ya había sido conquistada dos veces por China a lo largo de su historia, fue siempre un punto primordial para los gobernantes de Goryeo. Tal es así que, entre 993 y 1019 Goryeo se lanzaría en una campaña militar contra la dinastía Liao, que en aquel entonces gobernaba el norte de China. Goryeo logró movilizar a un ejército de 200.000 efectivos (un número nada desdeñable y que es evidencia del poder del Estado de Goryeo, más aún si tenemos en cuenta que el Imperio Romano en su apogeo movilizaba 300.000 legionarios), logrando asegurar definitivamente sus fronteras.
Poco después de la guerra con la dinastía Liao comienza un periodo de inestabilidad política que derivaría en una dictadura militar tras la cual de restaura la monarquía con el emperador Gonjong en 1213.
Invasión mongola y caída de Goryeo.
Los mongoles fueron un pueblo seminómada de las estepas centroasiáticas. En 1206, un guerrero mongol de nombre Temudjin logra unificar a las tribus mongolas proclamándose gran Khan y cambiando su nombre por Gengis Khan. Tras reorganizar su ejército los mongoles logran aplastar a la decadente dinastía Song, formando un imperio que, extendiéndose desde Siria hasta el extremo oriente, ha sido el más grande jamás formado. La clave del funcionamiento de este Imperio fue la gran tolerancia de los mongoles hacia los sistemas políticos, la cultura y la religión de los pueblos conquistados. Tras instalarse en los asientos de las antiguas élites, los mongoles permitían que el país conquistado siguiera funcionando tal y como lo había hecho hasta el momento, siempre y cuando se pagaran los debidos impuestos al Khan.
Goryeo sería una de las dinastías en ofrecer una mayor resistencia a la invasión mongola, siendo preciso seis campañas hasta la capitulación de la dinastía de Goryeo en el 1259. Tras una fracasada rebelión de las élites militares coreanas en el 1270, Goryeo quedaría convertido en un Estado vasallo del imperio mongol hasta su desintegración en el 1368, convirtiéndose después en un Estado controlado por la dinastía china Ming. Goryeo caería entonces en una época de conspiraciones palaciales, cayendo la dinastía en el 1392, sustituida por la dinastía Joseon.
El reino de Joseon.
El reino de Joseon fue el de más larga duración de cuantos ha habido el Corea, extendiéndose desde la caída de la dinastía Goryeo hasta la entrada de Corea en la época industrial con la formación del Imperio Coreano en 1892, primer régimen ya de tipo burgués.
En cuanto a la sociedad, estamos ante un régimen demográfico de tipo antiguo, con una población de lento crecimiento debido a crisis de alimentación seguidas por periodos de relativa bonanza. La población se dividía en un 40% de siervos (nobi) cuya situación rozaba la esclavitud, un 40% de campesinos pequeño-propietarios y un 20% de Yangban, la élite dirigente que formaba el funcionariado y los mandos militares, bien instruída en escuelas neoconfuncionistas (ideología oficial por influencia de la dinastía china Ming). Estos Yangban formaban los 18 rangos del funcionariado, así como parte del consejo de Estado y de los ministerios escogidos por el monarca, centro absoluto del Estado coreano, fuertemente centralizado. Los comerciantes y profesionales liberales constituían una clase muy minoritaria en ésta época, dedicados por completo al comercio a larga distancia de objetos de lujo.
Es en esta época cuando Corea sufre el primer intento de invasión japonesa. Japón, a finales del siglo XVI, se unifica en una monarquía feudal con intereses expansionistas en lo que se conoce como periodo Azuchi-Momoyama. Entre 1592 y 1598 los japoneses invaden Corea con una poderosa flota. La península solo se libra de la invasión gracias a la acción conjunta de la resistencia coreana y de la intervención de sus aliados de la dinastía Ming, logrando expulsar a los japoneses. Tras esta guerra Joseon se convierte en un país hermético, cerrado a influencias exteriores y aislacionista, siendo conocido por los primeros europeos en llegar al Oriente Asiático como el “Reino Ermitaño”.
En China, a principos del siglo XVII, la dinastía Qing derrota a la Ming. El reino de Joseon, aliado de la China Ming desde su fundación, se ve invadido por los Qing en dos ocasiones (1627 y 1637). Como resultado de estas invasiones, Joseon se convierte en un Estado tributario de la dinastía Qing. El impacto de estas guerras trae para Joseon un periodo de paz al abrigo de china que durará dos siglos, pero también de inmovilismo, producto del cual la vieja monarquía comenzará a hacer aguas en el siglo XIX, entrando en un periodo de gran inestabilidad política y luchas entre facciones.
Conclusiones.
Corea ha sido, a lo largo de su época industrial, un país frecuentemente sometido a las invasiones de las potencias extranjeras, continentales o japonesas. Esto, sumado a su geografíca, desencadena un sistema político y económico tendente a la autarquía, cerrado y poco dado a los cambios. De ahí que, ya entrados en pleno siglo XIX, solo el Imperialismo europeo y japonés logren sacar a Corea de su estado de letargo, de su anciana monarquía al estilo asiático.
Veremos, en el próximo artículo, el efecto de las campañas occidentales en Asia, el nacimiento del Imperio Coreano y la conquista japonesa de Corea, con sus efectos sociales y políticos.
Bibliografía.
Existe una escasísima bibliografía en castellano relativa a la historia preindustrial de Corea.
Es muy recomendable, en lengua inglesa, la obra de síntesis Korea Old and New: a History, editada por la Universidad de Harvard en 1990.