Como sabréis, hace dos días el gobierno griego de Samaras echó el cierre a la emisión de los canales públicos de televisión y radio (ERT). En total se van a la calle unes 2.600 trabajadores. Con el cierre de la ERT Grecia es el único Estado-nación en la Unión Europea sin radiotelevisión pública, y todo en el nombre del neoliberalismo impuesto por la Troika.
Los motivos para el cierre de la ERT no sorprenden a nadie: que si era muy cara, que si no era productiva… etcétera. Simos Kedikoglou, vocero del gobierno conservador y antiguo periodista de la ERT, excusó la decisión bajo el pretexto ya presentado.
“La ERT es un ejemplo único de falta de transparencia e increíble derroche. Cuesta de tres a siete veces más que otra cualquier cadena de televisión, además de tener de cuatro a seis veces más personal, para una audiencia tan limitada, más o menos la mitad de la audiencia de una cadena privada media.” (Simos Kedikoglou, traducción propia. Fuente).
Pero recordemos una vez más lo que la Troika impuso al Estado de Grecia: 2.000 trabajadores públicos a la calle para finales de julio, y 15.000 funcionaries en total para finales del año próximo. Ya no es solamente una cuestión de desmantelar los servicios públicos—que es importante—, sino de soberanía nacional, pues las decisiones administrativas no parecen venir del gobierno griego—que bajo la lógica democrática-representativa goza de “la voz del pueblo”—sino de organismos supranacionales que atienden a oscuros intereses económicos e ideológicos—y digo oscuros porque claramente son intereses que no pertenecen a la mayoría de la población humana.
Así pues, se habla de una estricta re-estructuración de la ERT que se finalizará en unos tres meses—aunque el cierre es indefinido hoy por hoy—y que contratará una nueva plantilla de unes 700 trabajadores. Pero las medidas neoliberales de austeridad no se han encontrado el camino libre, pues les propies trabajadores de la ERT y la ciudadanía en su conjunto han mostrado su rechazo a la medida del gobierno de Samaras. Les trabajadores de la ERT decidieron seguir emitiendo en streaming, incluso el Partido Comunista les ofreció ayuda en términos de infraestructura para continuar con la emisión. No importa que la policía haya inutilizado los transmisores; les trabajadores siguen emitiendo por propia voluntad, convencidos de que la ciudadanía griega, la cual reunió una gran muchedumbre el otro día frente a la sede de la ERT, se merece un servicio público de calidad.
La resistencia sigue hoy, día para el cual se ha convocado una huelga general, apoyada por varios sindicatos incluyendo los dos grandes—uno del sector público y el otro del privado. Habrá paros de 24 horas en trenes, trolebuses, y autobuses. Los hospitales están funcionando con servicios mínimos, y los controladores aéreos se sumarán esta tarde con un paro de 2 horas. El país lleva paralizado desde esta medianoche pasada. Una manifestación unitaria ha sido convocada para las 11:00 a.m. hora local, por lo que desde aquí les damos todo nuestro apoyo y solidaridad a les que decidan salir a la calle hoy a luchar contra el neoliberalismo.
Recordemos también que no solamente se trata de defender un servicio público, sino de calidad. A pesar de que la ERT ha sido acusada de despilfarro y opacidad, lo cierto y verdad es que era la única cadena que ofrecía programas culturales de calidad que otras cadenas privadas no ofrecían. Y tampoco olvidemos que la información no sólo viene de cadenas privadas o estatales: cada vez hay más fuentes alternativas de contra-información que, de manera autogestionada y autónoma, pretenden informar y difundir. Prueba de que estos medios están creciendo en términos de audiencia e influencia fue el cierre de Indymedia Athens hace un tiempo.