Chantal López y Omar Cortés
La elaboración de la edición virtual de la obra que aquí presentamos no fue, para nada, labor sencilla. De hecho su captura y diseño nos llevo prácticamente todo un mes, trabajando, dependiendo de nuestro tiempo disponible, entre dos y cuatro horas diarias. Sin embargo, el valor de esta obra y nuestro inmenso deseo por publicarla, nos llevo a concretizar nuestro sueño.
Una vez más queda en evidencia la enorme utilidad de la Red de Redes en cuanto alternativa para la edición y difusión de textos. Ciertamente, realizar un tiraje de esta obra en papel, representaría una inversión que muy probablemente rebasaría los cien mil pesos, o sea una cantidad cercana a los diez mil dólares americanos, por un tiraje de tres mil ejemplares, y aparte debería contabilizarse el gasto de almacenamiento, puesto que tres mil ejemplares de esta obra con toda seguridad ocupan un espacio considerable. Pero, haciendo uso de la alternativa que representa la Red de Redes, todo se reduce a contar con la debida paciencia, y observar, lo más rigurosamente posible, un método de trabajo continuo, lo que conlleva a que tarde o temprano, el trabajo termina quedando la obra capturada y diseñada.
Para la realización de la presente edición virtual nos hemos basado en la edición publicada por la Editorial Americalee, el 20 de agosto de 1945.
Bien recordamos cuando encontramos el ejemplar que poseemos de esta obra póstuma del gran libertario ruso Pedro Kropotkin. Fue allá por el año de 1973 en la Librería Zaplana que se encontraba ubicada en la ciudad de México, en la calle de San Juan de Letrán (hoy Lázaro Cárdenas) casi esquina con Independencia. La entrada de aquella librería era pequeña, pero adentro era realmente muy grande.
Acostumbrábamos ir con relativa frecuencia a esa librería, porque ahí encontrábamos cada joya que nos hacía brincar de alegría. Con respecto a la obra que aquí presentamos, recordamos haberla encontrado en un estante bastante escondido. El ejemplar se encontraba prácticamente cubierto de polvo. Cuando lo tuvimos en nuestras manos no dudamos ni un segundo y presurosos nos fuimos a pagarlo a la caja.
Posteriormente lo leimos con avidez quedando prácticamente hechizados por su contenido. Durante meses lo comentamos en nuestras charlas con amigos y conocidos, vanagloriándonos de poseer un ejemplar de esta joya.
Después, cuando iniciamos Ediciones Antorcha, pensamos en varias ocasiones editarlo pero, nunca pudimos hacerlo por el altísimo costo que ello representaba, asi que nos quedamos con las ganas y no es sino hasta ahora que, haciendo uso de este maravilloso instrumento de comunicación que es la Red de Redes, podemos llevar a la práctica nuestro viejo sueño de editar esta obra póstuma de Kropotkin que por desgracia quedo inconclusa ya que la muerte le impidió terminarla.
Pensamos que en los tiempos actuales, el recuperar los planteamientos de Pedro Kropotkin sobre la moral, no sólo vale la pena sino que es algo muy necesario para no perdernos en los laberintos interminables del autoritarismo prevaleciente.
Esperamos que esta obra despierte el interés en quien se acerque a hojearla, por adentrarse en un tema de indudable actualidad: la apremiante necesidad de reconstruir los valores morales que dan coherencia y cohesión a nuestra vida en sociedad.