Justificando la intervención militar en Siria
En general se ha pretendido presentar en los medios (más adelante hablaremos de el papel de estos) la intervención de EEUU en el conflicto Sirio como una defensa de los valores de la democracia liberal frente a un gobierno islamista y fuertemente autoritario.
Para encontrar la base fundacional de esta idea hay que remontarse al proceso conocido como primavera árabe en su versión Siria. La narrativa mediática construida sobre lo ocurrido nos cuenta que la oposición consistía en manifestantes pacíficos que exigían reformas más o menos profundas y que mostraban su solidaridad hacia las protestas que estaba teniendo lugar en algunos países norteafricanos. Estas manifestaciones pacíficas fueron respondidas por el gobierno de Al-Asad con una violencia atroz y totalmente desproporcionada. Frente a un gobierno tiránico surgía entonces una facción opositora que desencadenaba una guerra civil.
Si bien ya hemos visto que efectivamente había manifestantes legítimos en las protestas en Siria, también es cierto que desde un primer momento se encontraban grupos fuertemente armados formados por extranjeros. Ya el lunes 6 de Junio de 2011 se contabilizaron 120 bajas policiales en los enfrentamientos del gobierno sirio con estos grupos (http://exwebserv.telesurtv.net/secciones/noticias/93808-NN/al-menos-120-policias-muertos-en-siria-tras-enfrentramientos-con-grupos-armados/).
Otro de los episodios mediáticos que sirvió para demonizar el régimen de Al-Asad fue el de una bloguera lesbiana que narraba supuestas atrocidades del régimen de manera clandestina y que resultó ser un bloguero norteamericano que escribía desde Escocia (http://www.diariodemallorca.es/ultima/2011/06/14/bloguera-lesbiana-siria-escoces/678195.html)
También se han manipulado imágenes de manifestaciones y de ataques para darles el signo que interesaba a los medios occidentales y se han inventado mártires y víctimas de la represión del gobierno de Al-Asad. Por ejemplo, la matanza de Houla en mayo de 2012, donde yihadistas asesinaron a suníes que ellos consideraban colaboracionistas con el gobierno, fue vendida como una matanza de suníes perpetrada por el gobierno sirio (recordamos que Al-Asad pertenece a la minoría alauí, aliada con chiíes y cristianos en contra de la mayoría suní según la generalización que pretende interpretar el conflicto sirio en clave étnica).
También es interesante notar cómo la prensa “de izquierdas” en el estado español perteneciente al grupo Mediapro (La Sexta, Público) ha sido de las que más ha hecho por favorecer la intervención en Siria. Esto se debe a que este grupo empresarial y en especial su dueño, Jaime Roures, tienen importantes negocios en Qatar, uno de los países que promueve el terrorismo yihadista. No por casualidad Mediapro es una de las pocas empresas españolas con oficinas en Doha. Así, no es de extrañar tampoco que el PSOE se lance a apoyar la invasión sobre Siria, incluso sin el aval del consejo de seguridad de la ONU, hablando de “castigar al régimen de Al-Asad”.
Para encontrar más información sobre las manipulaciones que nombramos y las fuentes que informan sobre las mismas puede leerse el artículo Los mass media contra Siria, publicado en la revista Amor y Rabia, número 66 de Junio de 2013. Recomendamos encarecidamente la lectura de esta revista.
Con todo esto no se pretende negar el carácter autoritario del gobierno de Al-Asad, sino poner en contexto hasta qué punto esta denuncia se magnifica para justificar unos intereses políticos y económicos concretos y engañar a la población. Según las memorias del exprimer ministro británico Tony Blair, después de la invasión de Irak, Dick Cheney se mostraba a favor de invadir Siria e Irán para destruir por completo el denominado Eje del Mal. Son muchos los ojos de potencias extranjeras que posan la mirada en Siria y los medios llevan bastante tiempo construyendo en base a mentiras las justificaciones a la intervención militar.
El último capítulo en esta serie de justificaciones se abrió el pasado 21 de agosto de 2013. El gobierno de Al-Asad bombardeó los barrios periféricos de Damasco controlados por la oposición. Si bien este ataque ha sido confirmado por el gobierno, la oposición denuncia el uso de armas químicas para gasear a la población civil, extremo que niega el ejecutivo. El 19 de marzo de 2013 en Aleppo ya se había dado un primer ataque en el que se aseguró que armas químicas fueron usadas donde gobierno y oposición se acusaron mutuamente. La tenencia de este tipo de armas ha sido confirmada por el gobierno sirio, que aseguró que no las ha utilizado ni las utilizaría salvo en caso de invasión extranjera.
De ser cierto el uso de armas químicas (se habla de gas sarín) este se habría desarrollado a pocos kilómetros de donde un comité de la ONU investigaba precisamente el uso de armas químicas por parte del gobierno sirio. Lo cierto es que aún no se han hecho públicas pruebas concluyentes respecto al uso de armas químicas y su autoría. Parece más bien que todas las declaraciones que pretenden confirmar el uso de armas químicas por parte de Al-Asad tienen, ante todo, el objetivo de justificar la intervención militar de occidente en Siria.
Para Salih Muslim, colider del PYD, Al-Sad no es tan estúpido como para realizar un ataque químico como el que le atribuye la oposición. Según Muslim hay otras partes interesadas en culpar al régimen sirio para justificar una intervención militar.