Como sabéis, ayer dos miembros de Amanecer Dorado morían a tiros a las afueras de una de sus oficinas en Atenas. También, un tercer miembro se encuentra hospitalizado de gravedad. Si de por sí el ambiente político de Grecia ya olía a gran conflicto social, tras lo ocurrido se marca un nuevo límite de tensión en la capital griega.
Sin conocer la autoría de los hechos, solamente nos queda la especulación al respecto. Realmente podría haber sido cualquier: comunistas buscando venganza por el asesinato de Fyssas hace un mes y medio; insurreccionalistas llevan la lucha a otro nivel; o incluso el propio Estado (o el propio Amanecer Dorado) intentando crear un contexto favorable para excusar la represión que se nos viene encima.
Sea como sea, lo que tenemos que tener por seguro es que la maquinaria represiva del Estado ya ha comenzado a funcionar. Según me cuentan, Atenas ha amanecido llena de policías en las calles. Y no creo que estén allí precisamente para parar potenciales disturbios. También es seguro que simpatizantes militantes de Amanecer Dorado emprenderán sus propias acciones, por lo que hemos de esperar posibles ataques contra grupos de izquierda e inmigrantes. Les últimes, de convertirse en el objetivo de les nazis, serán les que sufran más las consecuencias de lo ocurrido ayer, pues son el colectivo más vulnerable del país (¿y dónde no lo son?).
Según se reporta en las noticias, les atacantes usaron un arma automática y una moto para huir. Las fuentes del Estado de Grecia hablan de un ataca terrorista, organizado, y ejecutado con profesionalidad. La experiencia de lucha y resistencia de les anarquistas griegues, sin duda, ha curtido a muchas personas que adquirieron a lo largo de los 1990s y 2000s los conocimientos necesarios para realizar este tipo de acciones. No obstante, ¿realmente fueron anarquistas? ¿No suena todo esto un poco descabellado dado el contexto de tensión y de inminente represión estatal?
Como la hipótesis que nos podría interesar más es la de les anarquistas, tenemos que prever lo que se nos viene encima así como pararnos a reflexionar sobre las razones para llevar una acción de esta envergadura (repito que solamente es una hipótesis a día de hoy. La idea contrario, la del Estado, podría ser también posible, pues ¿no está el Gobierno de Samaras interesado en tener un contexto que justifique la supresión completa de los grupos más problemáticos?
Así pues, tomando la hipótesis de la autoría anarquista, podríamos pensar que el acto tuvo una lógica de venganza. Sin embargo quedarnos ahí sería ridículamente simplista. Quien conozca un poco la historia del anarquismo griego sabrá que en Grecia existe un gran número de grupos insurreccionalistas que se han curtido en la lucha directa contra la policía a lo largo de estas dos últimas décadas y media. El resultado de la experiencia les permite llevar acciones que solamente pueden ser soñadas en países como España, Estados Unidos, o Italia (históricamente tres países con notable tradición insurreccionalista). Les anarquistas griegues de hoy tienen la experiencia y conocimiento necesarios para entrar en un supermercado y expropiar la mitad de la comida en tan sólo 30 segundos; tienen la experiencia necesaria para arrasar cualquier distrito comercial en cuestión de minutos y no ser arrestades; como también tienen el conocimiento necesario para ocupar edificios y parques y crear tejido social a la mañana siguiente. Y desde luego que tienen el conocimiento y experiencia necesarias para llevar a cabo una ejecución como la de ayer.
Pero de alguna forma se me antoja caprichoso el momento. Nadie duda que los elementos más radicales del anarquismo en Grecia arden en deseos de llevar la lucha de clases a un nivel de visibilidad mayor. Sin embargo, cualquiera que conozca el movimiento griego admitirá que existen ciertas cosas “que no encajan” en la hipótesis que estamos tratando aquí. Si tras la muerte de Fyssas Atenas no ardió con la intensidad de aquel diciembre de 2008, será por algo. La lógica que se expresó en ciertos grupos anarquistas de Atenas fue que la represión estatal está escalando tan rápidamente que las acciones hay que medirlas muy bien, precisamente para no provocar y facilitar la represión. La misma lógica se podría aplicar a la hipótesis de que les pistoleres fueron anarquistas.
Hasta que no sepamos más, poco se puede decir. La falta de un comunicado de autoría también se me antoja rara, aunque no habría que descartar que se esté redactando en estos precisos momentos. De cualquier manera, e independientemente de la autoría, el Estado ya ha empezado a moverse. La represión injustificada llegará de nuevo muy pronto a Atenas, y les nazis saldrán a las calles buscando venganza. De ahí que les anarquistas han de coordinarse mejor que nunca. Son les anarquistas les úniques que pueden parar potenciales ataques contra inmigrantes, homosexuales, y grupos indefensos de izquierda (no es una cuestión de paternalismo sino de experiencia en tácticas de guerrilla urbana). Como también son les úniques que resistirán la represión policial. La presencia anarquista en las calles atenienses será vital estos días, y no me cabe duda que las redes de contactos ya están funcionando a su máximo para prevenir lo que pueda venir.
A todo esto sólo queda por nuestra parte mostrar y reafirmar una vez más nuestra solidaridad para con les que luchan y resisten en Grecia. Y esto tiene que ser así hayan sido les que hayan sido les autores de los hechos de ayer.
¡Solidaridad con nuestres compañeres de Grecia!