Ya han pasado varios días desde la publicación en Contrainfo de aquel infame, acusatorio texto contra la compañera Tamara Hernández. Las réplicas han sido numerosas, y le autore o les autores originales no han vuelto a dar signos de vida. Como ya han señalado otres, todo esto huele bastante mal: el texto no va firmado, no se especifica a quién o quiénes supuestamente delató Tamará, ni las acciones que estas supuestas personas realizaron. Muchos supuestos que fácilmente se evaporan en el aire por falta de peso y pruebas. Todo huele a madera fascista.
Por otro lado, y también como otres han señalado, la cuestión de aceptar un indulto es harina de otro costal. Habrá compañeres que prefieran morir en las cárceles del mundo antes que aceptar un indulto. Habrá otres compañeres más dispuestes a usar las herramientas legales que el Estado opresor proporciona. Y habrá otres que según el contexto se decidan por una cosa u otra. Sea como sea, y dado que estamos hablando de una compañera que estaba encerrada por jugársela (que ya es mucho más de lo que muches dicen hacer), creo que nadie tiene derecho alguno a emitir juicios morales sobre les compañeres que han decidido pasar a la acción directa contra el Estado y sus carceleres. Quien está encerrade en la cárcel es porque realmente ha intentado dinamitar al Estado y sus “paladines”, así que sea esta misma persona la que decida, desde la cárcel, qué quiere hacer con su vida. Al resto nos toca alegrarnos de 1) tener compañeres dispuestes a dar la vida por la anarquía y sus ideas, y 2) de verles, en caso de que salgan de la trena, y tenerles cerca para abrazarles, conversar con elles, y seguir luchando.
Quien decide pasar a la insurrección sabe que pone su vida y libertad en riesgo. ¿Y qué más preciado que la libertad para une libertarie? Aun así hay gente que decide sacrificar lo poco que tenemos para avanzar hacia un bien común al que algún día llegaremos. Sin conocer personalmente a Tamara, creo que éste es su caso. Ni somos quién para decirle a ella si aceptar un indulto fue lo acertado o no (de la misma forma que no fuimos quién para decirle si mandar aquél paquete fue lo acertado o no), ni somos quién para ir tirando acusaciones infundadas al aire. Desde el humilde espacio que Regeneración Libertaria me proporciona, me solidarizo con la compañera Tamara y todes les preses polítiques que sueñan desde las cárceles del mundo. A todes elles les deseo la más sincera felicidad. De la persona (o personas) que escribió el texto que dio origen a todo esto solamente espero que sea une perre del Estado al servicio de la opresión y de la tortura, porque si fuera une compañere ácrata estaríamos ante un día muy triste para les nuestres.
¡Muerte al Estado! ¡Fuego a las cárceles! ¡Preses a la calle!