Mucha gente cree que los y las anarquistas renegamos de la organización y la política. No obstante, la realidad es que las cuestiones organizativas y el cómo articular una estructura de manera horizontal y federativa han sido y son principales entre anarquistas, aunque hayan corrientes anarquistas que defiendan la desorganización y las acciones espontáneas e individuales o en pequeños grupos. Este texto documenta las principales formas y posiciones organizativas del anarquismo, las cuales destacamos:
- La organización informal o el antiorganizacionismo. Sin estructuras fijas y basadas en la afinidad, reniegan de cualquier formalización de las mismas, son volátiles y dadas al espontaneísmo.
- La organización de masas o el sindicalismo/comunitarismo. Articulada a nivel sindical y comunitario, pretende ser una herramienta de lucha a nivel popular y de masas sin marcar una clara orientación política.
- La organización específica o dualismo organizacional. Esta corriente defiende la necesidad, además de la articulación del movimiento a nivel sindical y comunitario, una organización específicamente anarquista que dote a los frentes de masas una orientación política anarquista.
La defensa de la organización informal viene porque creen que la mera existencia de estructuras formales y fijas, acuerdos y estatutos suponían coartar la libertad individual. Por eso, pretenden que sea en grupos pequeños y mediante la afinidad articular las acciones. Sus tesis son principalmente defendidas por Luigi Galleani. La estrategia organizacional a nivel sindical y comunitario viene dada porque se cree que con la participación de los y las anarquistas en el sindicalismo revolucionario era suficiente como para darles orientación revolucionaria y llevar a las masas trabajadoras y al pueblo a hacer la revolución, lo cual prescindirían de una organización específicamente anarquista. Entre las figuras destacadas que defienden esta postura está Pierre Monatte. No obstante, desde el dualismo organizacional sí se ve esa necesidad de articular una organización a nivel político-ideológico además del nivel sindical y comunitario, puesto que el sindicalismo revolucionario es de por sí insuficiente y requiere de una línea política para su avance en la lucha de clases. El dualismo organizacional es defendido por Bakunin y Errico Malatesta.
Sin más, animo al lector o la lectora a profundizar en estos temas, ya que constituye uno de los más importantes entre el anarquismo y sirva para dotarnos de las herramientas necesarias para constituirnos como una fuerza política y social revolucionaria.