El libro rojo del cole llegó a España con los 80, era un libro para chavales que hablaba de la participación en la escuela, los conflictos escolares, la autoridad, el aborto, la sexualidad, las drogas, la marginación… Más allá de una crítica a la institución escolar, es una caja de herramientas para subvertir esta y ponerla al servicio de la libertad. Entre sus páginas podemos leer cosas como:
Los verdaderos cambios sólo se producen cuando los interesados los llevan a cabo […] Sólo el que sufre una opresión puede quitérsela de encima.
[…] Por supuesto una actitud decidida os creará conflictos. Os dirán que los conflictos son una cosa malísima. Pero los conflictos sólo son malos si se producen en contra de vuestra voluntad, os pillan desprevenidos, no sabéis por qué y vuestras fuerzas no son las adecuadas.
[…] Para aprender inteligentemente y útilmente es preciso ante todo: tener ganas de hacerlo; encontrar interesante el tema; entender por qué se aprende; participar; poder trabajar el tema uno mismo; y poder trabajar el tema con los compañeros. […] Hablad con vuestros profesores; pedidles que, si es posible, hagan sus clases más ricas y menos aburridas. Si el profesor se niega a escucharos, id a ver al director o escribid al inspector. Teneis derecho a recibir una enseñanza interesante y eficaz.
[…] Mientras pensemos que nuestro enemigo es el que está a nuestro lado porque su marginación es diferente a la nuestra, no podremos ser solidarios con él ni podremos comprender que es el mismo sistema el que nos margina para dividirnos y machacarnos mejor.
[…] Una sociedad represiva y policíaca no puede tener una escuela libre y crítica. Por eso se dice que no se puede cambiar la escuela sin cambiar la sociedad. Por eso el sistema educativo es un punto débil del sistema capitalista. Es un terreno en el que constantemente entran en conflicto los planes de los de arriba con los deseos y la rebeldía de los de abajo. Por todo ello, cuando se lucha por cambiar algún aspecto del sistema educativo (por pequeño que sea) se lucha directamente contra este tipo de sociedad.
Aquí podeis encontrarlo. Una caja con herramientas que siguen siendo útiles más de 30 años después, pues:
- Profesores y alumnos se han entregado a la pasividad, unos se aburren dando sus clases, los otros se aburren recibiéndolas, lo que repercute en una absoluta falta de autonomía personal.
- La competitividad sigue siendo el valor dominante, desde el modo en que se conciben las clases, las valoraciones, etc.
- La Iglesia mantiene sus privilegios y sigue adoctrinando desde sus centros de enseñanza.
- La enseñanza pública se deteriora y los profesores se encuentran sin medios ni motivación. La autoridad impuesta, en lugar del respeto mutuo basado en el diálogo y el esfuerzo, es la única receta que se propone desde las instituciones.
- La sexualidad o las drogas siguen siendo tabú.
- …
Más allá de este libro, hace falta que los libertarios nos impliquemos en las luchas de la comunidad educativa, que impulsemos esa marea verde por la educación, que la dotemos de ideas y estrategias para vencer la tensión neoliberal que pretende mercantilizar el aprendizaje para formar precarios en lugar de personas. Los anarquistas necesitamos un programa para la educación: Una renovación pedagógica con capacidad de aplicarse localmente, que proponga cambios que podrían llevarse adelante en los centros institucionales desde la primaria a la universidad y con capacidad de enganchar a un buen número de docentes y estudiantes. En el futuro, algo tendrá que decir al respecto nuestra nueva federación estudiantil libertaria.