La situación se está volviendo favorable a las YPG e YPJ desde que el día 16 de octubre avanzaran 4km por el frente oeste expulsando al EI. Sin embargo, los yihadistas todavía no han sido repelidos de la ciudad, aunque en el frente del sur y el este hubo ligeros avances en los días 18 y 19 de octubre. Al día siguiente, finalmente EEUU ha decidido enviarles municiones y material médico procedentes del Kurdistán iraquí a Kobane por vía aérea. También, el gobierno turco ha decidido permitir la entrada de los pershmergas, las milicias del Kurdistán iraquí, a través de la frontera turca para unirse a la resistencia contra el EI. Pese a todo, las condiciones de la guerra todavía se están haciendo notar: escasean medicinas y ya no hay ambulancias a causa de los disparos con mortero del EI, muchos civiles duermen en campamentos fuera de la ciudad mientras que los y las milicianas duermen en troncos y debajo de las piedras, y hay graves daños en los edificios de la ciudad, así como cadáveres de mercenarios yihadistas. Muchas infraestructuras destruidas, la frontera cerrada y prácticamente no llega la ayuda humanitaria.
En la madrugada del 20 de octubre, se produjo una gran batalla entre las YPG/YPJ y el EI a causa de una nueva ofensiva yihadista con refuerzos. Tal feroz choque se ha saldado con la muerte de unos 195 guerrilleros y cerca de 1300 del bando enemigo. El objetivo no fue más que un desesperado intento por parte del EI de recuperar el terreno perdido y conquistar Kobanê antes de que lleguen refuerzos a éste. EEUU ha decidido intervenir enviando municiones a los y las combatientes kurdas y bombardeando algunas posiciones del EI, para evitar que los combates llegaran hasta la frontera turca. En esta misma noche, en Turquía se produjo una manifestación armada en solidaridad con Kobanê levantando barricadas, disparando al aire y difundiendo por megáfono los mensajes. Finalmente se dispersaron para no ser capturados por las fuerzas represivas del gobierno turco.
Fuentes llegadas desde Kobanê denuncian también que el EI utiliza armas químicas contra un barrio del este de la ciudad, tales como gases clorados y otras sustancias que causan lesiones cutáneas y quemaduras químicas a los y las vecinas del lugar. Sin embargo, ante la falta de personal médico y materiales adecuados para los tests, no pueden determinar con exactitud de qué tipos de armas y sustancias se tratan.
También en estos días, fuera de Kobanê, el EI vuelve a acorralar en el monte Shingal a la población yezedí que ha quedado atrapada de nuevo. Esta zona se encuentra en Iraq, cerca de la frontera con Siria. Ante la dura batalla que se está librando en Kobanê, parece que no será posible abrir un pasillo humanitario como hicieron las YPG/YPJ meses atrás. No obstante, sí hay presencia de algunas milicias del PKK y algunas fuerzas locales yazidíes entrenados por las YPG que están haciendo lo que pueden con armamento ligero frente a la superioridad militar del EI.
Mientras tanto, los combates a las afueras de la ciudad y dentro de ella persisten y las reiteradas ofensivas del EI siempre acaban repelidas por las YPG/YPJ. Esto se está convirtiendo en una guerra de desgaste para los y las combatientes kurdas, sabiendo que para poder acabar realmente con el EI hay que cortarles el suministro de municiones y la adhesión de nuevos mercenarios a sus filas. Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Los yihadistas tienen armamento traído desde Iraq además de las que entran por Turquía con la complicidad de la OTAN, mientras Kobanê sufre un bloqueo que impide la entrada de ayuda terrestre.
La actitud de Turquía es de pura hipocresía y doble moral, pues mientras declara que facilitará la entrada de los pershmergas a Kobanë, los pueblos fronterizos cerca del enclave kurdo están bajo ocupación militar, así como no sabemos con certeza de si permitirán pasar a Kobanê a las milicias del PKK. No solo eso, Turquía permite a los mercenarios del EI cruzar la frontera libremente para, bien recibir ayuda médica o bien para vender petróleo conseguido de las zonas capturadas en su mercado negro. En resumen, por un lado, reprimen las protestas kurdas dentro de su territorio y dan apoyo al EI, pero por otro, anuncian que dejarán entrar refuerzos desde el Kurdistán iraquí.
La situación bélica se ha complicado mucho y va más allá del fragor de las batallas. Comienzan a entrar en escena los intereses geopolíticos. Los EEUU, aunque teniendo más intereses en Iraq que en Kobanê, están de alguna manera dando apoyo a las YPG/YPJ mediante bombardeos a las posiciones yihadistas y envíos de armamento a Kobanê. Esta situación resulta bastante peligrosa a largo plazo pero en el inmediato, a EEUU le sirve para lavarse la imagen y a las milicias kurdas, una ayuda necesaria contra el EI. Pero los intereses de ambas partes son diametralmente opuestos: mientras que las YPG/YPJ están defendiendo la revolución social en Rojava y la construcción de la autonomía democrática, a EEUU solo le interesa el control de los recursos en Oriente Medio y el comercio. Por eso, no se sabe cuándo EEUU abandonará al pueblo kurdo a su suerte. Turquía aquí juega el mismo papel que jugó Churchill durante la Guerra Civil española respecto a defender el bando republicano, a los anarquistas y comunistas. Quieren que el EI acabe destruyendo la autonomía democrática construida por los y las kurdas, pero a diferencia de Churchill, Turquía ofrece apoyos directos al EI. Esta jugada podría chocar con las posiciones de la OTAN y EEUU y su coalición anti-EI, ya que Ankara está alineado con el imperialismo occidental. Cabe señalar igualmente que fuentes de las YPG/YPJ han confirmado que el Ejército de Liberación de Siria (FSA) está luchando del lado de Kobanê, siendo un grupo armado con cierto apoyo occidental que lucha contra el régimen de Assad. De manera similar, dudo que el FSA tenga interés en la revolución social de Rojava. Relativo a esto, corrieron rumores de que el régimen de Assad envió armas a las YPG/YPJ, pero han sido desmentidas por las propias milicias. De la misma manera, Barzani, presidente del Kurdistán iraquí que tiene buenas relaciones con Turquía y EEUU, no tiene los mismos intereses que el PYD y la KCK, lo cual, la entrada de los pershmergas a defender Kobanê podría no ser beneficiosa a largo plazo ya que aumentaría más la presencia de grupos kurdos afines a Barzani en Rojava.
El cómo terminará todo esto dependerá de cómo se jueguen las cartas, pues al entrar tantas fuerzas políticas y sociales en la contienda, las posibilidades serían muchas. En todo caso, Kobanê no puede quedar abandonada como pasó con los y las anarquistas durante la Guerra Civil española y tenemos que seguir apoyándoles presionando en los propios países occidentales y/o enviando dinero hacia Kobanê.
Termino aquí añadiendo un podcast de Radio Topo de Zaragoza sobre el Kurdistán.