El otro día empecé la tarea de publicar textos anarquistas que reflexionan sobre el concepto de tiempo en el sistema capitalista. En el primer artículo, George Woodcock nos exponía una resumida historia del concepto de tiempo (y del reloj) en la civilización capitalista de Occidente. Para esta segunda entrega he decidido presentar algo más “contemporáneo” y agitador. “Destruyendo los relojes de la dominación” (Smashing the clocks of domination) es una corta narración de la guerra contra el reloj en Brasil publicada en Willful Disobedience, que durante los años 1996-2006 publicó numerosos zines repletos de textos explosivos e insurreccionalistas. Su editor era Wolfi Landstreicher, quien ha escrito (y sigue escribiendo, supuestamente) en numerosos proyectos bajo diferentes seudónimos. Wolfi se define como egoísta-personalista en el sentido que pensó Stirner, así como aboga por la práctica insurrecta y activa contra la autoridad y el capital. Sus ideas están plasmadas, pues, en los muchísimos textos de Willful Disobedience (que, por cierto, viene a significar “desobediencia deliberada”), que además tenía la idea de provocar reacciones en aquellas personas auto-definidas como anarquistas. Sin más, ahí os lo dejo.
Destruyendo los relojes de la dominación [Willful Disobedience]
Traducción del inglés al castellano por La Colectividad
El 22 de abril, el gobierno y la clase dominante de Brasil querían celebrar el 500º aniversario de su “descubrimiento” por europeos preparados para dominar y explotar los recursos y las gentes de esa tierra, imponiendo valores expansionistas y mercantilistas. Globo Network,[1] la corporación de entretenimiento más grande de Brasil, es el mayor promotor de esta celebración. Durante varios años, Globo ha venido organizando eventos para promocionar esta celebración, y para celebrar el 500º aniversario han ido construyendo grandes relojes en todas las capitales regionales de Brasil. No obstante, durante la semana que terminó con el 22 de abril, se dio lugar una gran movilización de indígenas, estudiantes, jornaleros, y otros que mostraron su rechazo a las ideas nacionalistas y capitalistas de dicha celebración.
Fue la mayor movilización indígena dada en Brasil hasta la fecha. Los indígenas se dirigían hacia Porto Seguro (donde los portugueses desembarcaron hace 1500 años, y donde la celebración oficial sucedería el 22 de abril), atravesaron Brasilia, la capital de Brasil, y allí dispararon flechas contra el reloj de Globo hasta que lo hicieron parar. Uno de ellos se las arregló para entrar en el Congreso Nacional, y pasando el control de seguridad con una flecha en mano encaró a uno de los hombres más poderosos de Brasil, el Senador ACM, “emperador” del estado de Bahía.
El presidente, Fernando Henrique Cardoso, tenía miedo de ir a Porto Seguro el 22 de abril debido a la movilización de indígenas, jornaleros, y gente en general que allí protestaría contra la celebración. Incluso una semana antes de la celebración, temiendo por su seguridad, este patético gobernante no tenía por seguro si acudiría a la cita. Un telediario tachó a los jornaleros de anti-democráticos por hacer temer a un presidente, democráticamente elegido, de ir a donde quisiera en su país (una acusación que, más que nada, revela la verdadera naturaleza de la democracia).
De hecho, el Estado democrático declaró la guerra a la gente; a los indígenas; a los jornaleros; a los negros; a cualquier persona que pretendiese ir a la movilización en Porto Seguro (o mejor dicho, el Estado calentó la guerra perpetua que los explotadores sostienen contra los explotados). Miles de maderos y soldados pararon a los jornaleros, indígenas, negros, y otros manifestantes en las carreteras de Porto Seguro. Durante las semanas previas a la celebración toda persona y coche que pretendía entrar en la ciudad era registrado en busca de objetos peligrosos.
Hubo una gran confrontación en una de las carreteras, donde un grupo mayoritariamente de indígenas (pero también de jornaleros, negros, trabajadores, estudiantes, y anarco-punks) batallaron a la madera. 150 personas fueron arrestadas. Se escuchó más sobre la violencia y las protestas que sobre la celebración en sí. El Estado democrático de Brasil se vio forzado a mostrar su cara real usando tácticas policiales en su intento de sofocar la movilización y poder así celebrar los 500 años de dominación. Pero, por supuesto, todos sabemos que tras cada democracia está la pistola y la porra para garantizar “la voluntad del pueblo.”
El movimiento jornalero organizó su propia “celebración”, intensificando de esta manera la ocupación de tierras. En muchas ciudades, los relojes de Globo (el principal símbolo de la celebración y cruel, irónico recordatorio de cómo el tiempo de la dominación pesa sobre los explotados) fueron destruidos en las semanas previas a la celebración. En Fortaleza, el 18 de abril, 400 estudiantes y trabajadores el reloj de Globo y combatieron a la madera. En Recife, el 22 de abril, jornaleros y sintecho lanzaron cócteles molotov contra el reloj. Se dice que en Río de Janeiro los indígenas destruyeron el reloj de Globo, aunque esto no ha sido confirmado. En Porto Alegre, una ciudad gobernada por izquierdistas en un Estado izquierdista, el reloj fue completamente quemado el 22 de abril. En Florianopolis, el mismo día, alrededor de 300 personas (la mayor parte estudiantes) lanzaron pintura al reloj y organizaron una manifestación con más acción directa, okupando así un parque que había sido cerrado por el alcalde. Hubo ocho arrestos y numerosas personas heridas, incluyendo una persona que fue herida en la cara por el impacto de una bala de goma. Es probable que los relojes de Globo en las otras 20 ciudades en las que fueron construidos también fueran atacados.
No coge por sorpresa que los celebrantes usaran el símbolo supremo de medida de la explotación para celebrar el aniversario del comienzo de su dominación en la región, como tampoco es de sorpresa que aquellos que se levantaron contra su gobierno atacaran el símbolo monstruoso que es el tiempo que gobierna sobre sus vidas.
Notas
[1] Nota de traducción: Rede Globo en Brasil. En el texto se usa el término inglés o simplemente Globo.