—Y tú, ¿Qué vas a ser de mayor?
—Yo, rey. Cuando se muera éste.
Así respondía Alfonso, hermano del anterior monarca Juan Carlos ante Franco refiriéndose a su hermano mayor y heredero al trono de España. Se cuenta que sus palabras hicieron reír al dictador. Quizá le divirtió observar que los jóvenes de la nobleza borbónica compartían su gusto por los golpes de estado. En cambio, a Alfonso no le agradó tanto la visita: “Franco parecía un sapo ¿Por qué tenemos que hacerle tantas pamemas? ¡Lo que tenemos que hacer es darle una patada en el culo para poner a papá!”
La relación entre los borbones exiliados y Franco era bastante curiosa y, sin duda, repercutió en la muerte de Alfonso. Recordemos que inmediatamente después del Golpe, él aseguraba que tomaría la jefatura del estado solamente hasta reinstaurar “el orden” y entonces devolvería el mando a los borbones. Ahora esto suena cómico pero Juan, el padre de Alfonso y Juan Carlos, se ilusionó con la posibilidad de que Franco le cediera el poder. Cuando nombró sucesor a Juan Carlos, su padre se empezó a temer que nunca pegaría su culo al trono, aunque al menos lo haría su hijo. Aun con esas, Juan siempre mantuvo sumisión y su relación con Franco se hizo agridulce. Él les mandó a Portugal; ya había degustado la intensidad del poder absoluto por unos cuantos años y no lo pensaba compartir con nadie. Juan, por su parte, trataba de persuadirle, siempre con docilidad, para llegar a ocupar el trono aunque fuese sólo durante sus últimos años de vida o incluso otorgando la herencia a Alfonso. Franco le dirigió estas bonitas palabras sobre su familia a modo de respuesta: “Mírese Vuestra Alteza a sí mismo: dos hermanos hemofílicos [Alfonso y Gonzalo], otro sordomudo [Jaime]; una hija ciega [Margarita]; un hijo muerto de un tiro [Alfonso]. A los españoles, tantas desgracias acumuladas sobre una sola familia no puede agradarles.” Y cierto era que los españoles entonces no daban abasto para desgracias.
Alfonso murió de un tiro—en teoría, accidentalmente— a manos de su hermano Juan Carlos en 1956 cuando tenía 14 años. La primera reacción del Sapo fue el encubrimiento. No podía permitir que se enturbiase la imagen de su heredero. Como si el hecho de ser su heredero no fuese algo suficientemente turbio. La noticia fue publicada en Portugal, donde había ocurrido, antes que en España. La primera versión fue que Juan Carlos estaba limpiando el arma cuando se le disparó y fue a dar con su hermano de pura casualidad. Luego se dijo que estaban jugando— ¿A los vaqueros? — o que simplemente se la estaba enseñando—Mira que pistola más chuli tengo y tú no— sin darse cuenta de que estaba cargada. Es importante tener en cuenta que Juan Carlos tenía ya 18 años y llevaba unos cuantos años de formación militar, evidentemente sabía reconocer cuando un arma estaba cargada. Otra versión posterior fue que Alfonso entró en la habitación golpeando a Juan Carlos con la puerta y haciendo que se dispare el arma. Esta última es sin duda la más absurda; es difícil concebir un acto reflejo por el que al recibir el golpe de una puerta se aprete el gatillo de una pistola. Además se ha demostrado que la trayectoria de la bala hacia Alfonso en ese caso sería imposible. Por la diferencia de edad imagino que Juan Carlos era más alto que Alfonso y si la bala le entró por la nariz como dice la teoría oficial entonces Juan Carlos debía sostener el arma con el brazo hacia abajo y la mano inclinada hacia arriba, además a muy poca distancia de Alfonso. No parece una postura muy natural. Años más tarde, Juan Carlos contaba a un compañero militar (un coronel) que la bala había rebotado en la pared antes de dirigirse a su hermano. Tuvo la mala suerte de dar con una bala traviesa que se dedicaba a jugar al pinball por las paredes del palacio hasta alcanzar la napia del infante. Como veis, existen diversas teorías para justificar la muerte de Alfonso pero nunca llegaron a decantarse por una de ellas, tampoco es necesario: ninguna se sostiene.
Ahora, otra controversia importante: ¿Hasta qué punto estuvo Franco involucrado en el asesinato? Hay quienes dicen que el arma con que Juan Carlos mató a su hermano fue un regalo de Franco aunque no existen pruebas sólidas para probar esto, otros piensan que se la dieron en la academia militar o que se la regaló un compañero. Nunca dijo cómo la había conseguido, lo único seguro es que se la dieron en Madrid durante su preparación militar, en la cual llevaba una relación muy cercana con Franco. Lo que sí es seguro es que su padre la lanzó al mar después del entierro de Alfonso por lo que no parece posible que encuentren esta pista tan importante. Hay motivos para pensar que Juan fue el principal provocador del asesinato ya que, obstinado por no poder reinar, buscaba alguna artimaña para deslegitimar el plan de Franco y ser él quien decidiese el futuro de la monarquía. Pretendió desheredar a Juan Carlos para que reinase Alfonso (que además era el hijo preferido), incitándole a asegurar su futuro de monarca todopoderoso. Bien pudo Franco alentar en Juan Carlos el deseo de quitarse de en medio a su hermano. Él conocía muy bien las pretensiones de Juan.
Esto no es más que otro ejemplo de que el poder, o la garantía de poder, corrompe irremediablemente. Otro ejemplo de tantos que hay en la historia. La última cuestión que debo plantear es ¿Cuándo piensan sacar la verdad a la luz? Nunca presentaron la declaración o testificación oficial de Juan Carlos, tampoco el certificado de defunción de Alfonso. Son muchas las incógnitas borbónicas que aún no han salido a la luz; tampoco sabemos quién planeó el 23F y por qué los golpistas pensaban tener el apoyo de Juan Carlos. Al parecer, no tienen intención de revelar estos secretos de estado hasta que Juan Carlos haya muerto, por ello deduzco que tampoco admitirán el asesinato de Alfonso hasta entonces.
A todos los que ansiamos conocer la verdad de la historia, independientemente de la ideología, no nos queda otra que esperar. Pues esperaremos, lo importante es no olvidar las confidencias del pasado.