La mariposa se comió las flores
las engulló una a una,
se alimentó del lila de sus corolas
la pasión de sus espinas
el opio de su perfume.
La libación de la primavera
comenzó en su lengua
secuestrando la carne súbita
y entregándose a la zoogamia.
Las marcas de sangre
se asentaron en sus alas,
le dieron fuerzas
para desatar un huracán
en espera de su próxima
catarsis metamórfica.
ETIQUETADO:
cultura libertaria, metamorfosis, Poesía