Índice de contenidos a publicar:
1.-Unas bases.
2.-La visión estratégica.
3.-Programa, articulación política y estructuración del movimiento.
4.-El análisis de coyuntura.
5.-En la realidad material.
En la realidad material
Finalizamos esta serie de Introducción al anarquismo hablando un poco sobre la praxis. He de decir que teorizar demasiado respecto a ella es inútil, y que en la teoría se puede jugar a ser Dios ya que sobre papel (o formato digital) aguanta todo. No obstante, sería interesante comentar algunos tips (consejos) para ir comenzando a tener rodaje y que teoría y práctica deben mantener una relación dialéctica y de retroalimentación, ya que es imposible que exista un movimiento revolucionario solo en lo teórico, así como que una praxis sin teoría detrás está concenado a actuar por inercias, siempre forzada/arrastrada por la coyuntura y nunca capaz de insertarse en ella activamente como actor político de cambio.
Dependiendo de una coyuntura u otra, optaremos por unas vías u otras. La cuestión está en que sepamos elegir las vías adecuadas tras realizar un adecuado diagnóstico acorde a los trabajos de análisis de coyuntura explicado en la anterior entrega. Así por ejemplo, optar por la vía insurreccional sin contar con una base social amplia ni articular un aparato político-militar fuerte, sería un suicidio. En ese caso, sería más acertado una estrategia del poder popular basada en la inserción social que apunte a fortalecer los movimientos populares a la vez que vayamos articulándonos políticamente. En otras palabras, constituirnos como actor político y aumentar nuestra fuerza real para cambiar la configuración de la correlación de fuerzas en el escenario.
Optar por la inserción social requiere necesariamente participar en espacios amplios o frentes sectoriales, teniendo en cuenta que esta táctica está enmarcada en una estrategia más amplia que es la construcción del poder popular. He aquí unos pequeños tips para la inserción social:
—Lo primero es hacer un mapeo rápido de lo que nos rodea, con quiénes contamos y en qué espacios podemos participar.
—Es importante saber que no obtendremos resultados inmediatos, y que tampoco podemos forzar las cosas ni adelantarnos a lo existente. Por lo tanto, hay que abordar la praxis desde la humildad y con paciencia.
—Comenzar con pequeños detalles y realizando pequeñas tareas en colectivo.
—Mantener en lo posible una actitud constructiva, escuchando y tratando de no bloquear propuestas.
—No sobreexigirnos ni a nosotras mismas ni a nadie. Una sobrecarga de trabajo o de estrés provoca bajas en la militancia y en el activismo, lo que es algo poco deseado.
Os recuerdo que todo se va a aprendiendo con el rodaje y que el proceso que queremos impulsar necesita tiempo. Reseñaré a continuación una recopilación de una serie de artículos escrito anteriormente en la web bastante interesante al respecto que comenta acerca de cómo comenzar a movilizarse y/o participar en espacios sociales que tenemos en nuestro entorno.
Otro tema fundamental es que comencemos a trabajar en el tema de la comunicación, puesto que saber comunicar correctamente nuestro mensaje es requisito imprescindible para que nuestro movimiento se visibilice, se reconozca en las luchas sociales y ante la sociedad, y por ello, crezcamos como tendencia política. En este aspecto, debemos de dejar de hablarnos para nosotras mismas únicamente. La comunicación interna es importante para mantenernos en contacto y conocer nuestra actividad, pero también debemos saber comunicarnos con el exterior. Rescato aquí esta pequeña serie de artículos sobre comunicación: Parte1, Parte2, Parte3.
Como he dicho en la primera entrega, las experiencias militantes se adquirirán en el curso de las luchas y aprenderemos de otros compañeros y compañeras de lucha. En el terreno de la praxis, encontraremos muchos problemas, debilidades, obstáculos y contradicciones que tendremos que ir resolviendo. Tampoco existen recetas mágicas ni militantes modelo a seguir, lo importante serán las ganas, la perseverancia, la disciplina voluntaria, la responsabilidad, la humildad y, por supuesto, la solidaridad y el apoyo mutuo; aportando siempre acorde a las posibilidades de cada cual.
Espero que esta serie de artículos haya sido útil y puede que quizá sirviera para crear un itinerario formativo mejor que éste, más completo e incluyendo más disciplinas de las ciencias sociales que aquí no se pudo tratar. Ahora es el momento, pues nos espera una nueva coyuntura en la cual tenemos que ser capaces de posicionarnos como alternativa revolucionaria.
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