@BlackSpartak
Estamos en una época en la que podemos hacer ya un balance serio de los procesos revolucionarios sucedidos en los últimos dos siglos. Si nos interesa hacer las cosas de cierta manera deberá ser porque así lo hemos elegido, sabiendo bien porqué lo elegimos y en qué nos puede beneficiar.
En este sentido pretendo hacer un esquema con los tipos de relación entre una «minoría activa» y un movimiento de masas. Para aclararnos: por un lado la minoría activa de personas militantes será en algunos casos una organización estructurada y en otros casos simplemente estarán organizados de forma informal pero sin pretender conformar nada estable. Por otro lado en cuanto a movimiento de masas me puedo referir a un movimiento social (feminismo, ecologismo, vivienda, salud, juventud, etc.) o a un movimiento popular (obrero, campesino, indígena, liberación nacional, etc.)
Para hacerlo más entendible utilizaré ejemplos de la izquierda revolucionaria europea, concretamente del movimiento obrero y libertario ibérico, aunque con lógicas referencias a otras partes del mundo. Por último, una vez expuestas las partes quiero poder aplicarlas a otros movimientos revolucionarios de la historia, para ver de qué modo encajan.
Monismo organizativo (una organización que es política y social a la vez)
Se trata de la equiparación de un movimiento de masas a los intereses, forma de funcionamiento y objetivos de la minoría activa. Es decir que los principios, tácticas y finalidades de ambos coinciden plenamente.
Para este apartado recomiendo la lectura del texto La búsqueda de la unidad anarquista: la Federación Anarquista Ibérica antes de la II República.
Se trata de una historia de la FAI previa a la II República y todos los debates que tuvieron en torno a la relación con la CNT. Pienso que aclarará mucho las cosas.
– Movimiento social autónomo
Este caso es siempre así como comienza un movimiento social en nuestros días. Existe una problemática. La gente se organiza en torno a ella. El movimiento crece y se van formando tendencias en cuanto a la práctica y en cuanto a la teoría. Por tanto aparece la política.
En el ejemplo del movimiento obrero tenemos la aparición instintiva de anarquistas organizados dentro de los sindicatos. Estos militantes hablaban entre sí, tenían sus congresos y sus periódicos, pero no tenían una organización propia. Las decisiones estratégicas se hacían en forma de consigna que podría salir de un pleno o bien que aparecía en sus periódicos: «Todos a hacer X a partir de ahora». Pero lógicamente no todo el mundo las seguía.
Este tipo de estrategia se dio durante la creación de la CNT. En aquella época los anarquistas estaban dentro de las sociedades obreras. Aunque querían que ésta central sindical fuese lo más acorde con sus ideas, como es lógico, no presionaron para definirla ideológicamente. Al contrario, la planteaban como un organismo unitario de la clase trabajadora. El anarquismo jugaría el papel de «minoría activa», pero una minoría que se veía a sí misma como un «motor» del movimiento, un garante de que este movimiento iba a hacer bien las cosas.
De manera parecida hoy en día ocurre en muchos movimientos sociales o luchas populares grandes. Por ejemplo en la Z.A.D. contra el aeropuerto de Nantes, hay un sector de militantes influido por las ideas del «Comité Invisible» y similares. Logicamente sus posiciones no son iguales que las del resto del movimiento (campesinos de la zona, otros jóvenes que apoyan, gente de otras ideologías). En su caso se puede decir que conforman una minoría activa que influye en el movimiento en su conjunto.
– Anarcosindicalismo y sindicalismo «puro»
El siguiente estadio del desarrollo político de los movimientos es que si existe una tendencia que predomina y logra la hegemonía, lo normal es que intente equiparar el propio movimiento consigo misma. Esto le ocurrió al anarcosindicalismo.
En este caso el movimiento sindical, la CNT, era a la vez política y social. Esto ocurría por el claro predominio del sector libertario en los sindicatos. Manuel Buenacasa decía que en el Congreso de Sants «las diecinueve veinteavas partes de los delegados eran anarquistas», y aún así habían respetado la naturaleza autónoma del sindicato. Aún así, a partir de entonces se comienza a hablar de «anarcosindicalismo». Se trataba de un «sindicalismo revolucionario» hecho por anarquistas (que habían logrado la hegemonía). El sindicalismo era la potencia, la capacidad para hacer la revolución. El sindicato era la entidad que gestionaría la sociedad socialista, su columna vertebral. De hecho los anarcosindicalistas nunca llegaron a aceptar en serio que los municipios fueran otras unidades administrativas válidas en la sociedad socialista.
Por otro lado, el concepto «sindicalismo puro» viene de aquella tendencia que existió dentro del sindicalismo revolucionario que rechazaba el anarquismo por lo que fuera (les caían mal, no les parecía practicable lo que decían, querían consolidar los sindicatos primero, eran etapistas… lo que fuera). Entonces se generó una «minoría activa» que defendía el sindicalismo «a secas» a capa y espada contra lo que entendían una «anarquización» de la CNT (que entendían como errónea, como veremos ahora). De ahí saldría años más tarde la tendencia «treintista». Otro apunte, que fueran sindicalistas «puros» no quiere decir ni que fueran republicanos ni que fueran socialistas: eran sindicalistas y querían que los sindicatos fuesen independientes y también determinantes tanto para hacer la revolución como para gestionar la sociedad después.
– Movimiento Obrero Anarquista (MOA) o «forismo»
La FORA de Argentina tenía una minoría activa de anarquistas, que en su Quinto congreso lograron que triunfara su visión sobre sus finalidades (comunismo anárquico), sus estrategias (la huelga general y la insurrección obrera) y sus principios (los principios comunes a todo el anarquismo). Poco a poco los sindicatos de esta central sindical fueron pareciéndose cada vez más a grupos anarquistas que hacían sindicalismo en vez de sindicatos que tuvieran principios libertarios. Es decir, que se le dió la vuelta a la idea de sindicato. Esto provocó a su vez que todos los sindicatos que no estaban de acuerdo con ello, rompieran y crearan otra central sindical de carácter más neutro.
Esta manera de hacer las cosas fue teorizada más tarde por Abad de Santillán y López Arango en los años 20 y traía a Europa. En bastantes grupos anarquistas del momento (entre 1915 y 1925) esta idea caló. Por ello también intentaron «anarquizar» la CNT. Pero la desarticulación de los sindicatos en la dictadura de Primo de Rivera impidió que pusieran en práctica sus ideas y en vez de en el sindicalismo estuvieron muy activos en los ateneos y en la cultura o participarían de las conspiraciones contra la Dictadura.
Este tipo de movimiento también se propuso en la USI italiana. Se propuso que se debía fusionar con la Unione Anarchica Italiana, que era la específica. Fue rechazado, pero vemos que este debate también se dió en otros lugares.
En el exilio de la CNT en Francia en los años 50 y 60 esta idea organizativa fue puesta en práctica. Llegó a existir una estructura de CNT en las diversas ciudades y pueblos franceses pero que no tenía ningún tipo de actividad sindical, sino que trataban únicamente de temas políticos (siempre mirando a España) y culturales, ya que si querían hacer sindicalismo lo que tenían que hacer era unirse a los sindicatos franceses. En este caso hablar de CNT (la del exilio) era hablar de una organización anarquista sin lugar a dudas.
En nuestros días lo propone el sector ‘ortodoxo’ de CNT (la de los 80 y 90), y buena parte de la AIT, que entiende que los sindicatos anarcosindicalistas tienen que ser anarquista. De hecho equiparan anarcosindicalismo con anarquismo indistintamente.
No es exclusivo esto al sindicalismo, sino que también en algunos lugares se ha visto plantear un movimiento de vivienda exclusivamente anarquista, y hay otros ejemplos como el anarcofeminismo. Porque, ¿el anarcofeminismo es un feminismo hecho por anarquistas? ¿es un anarquismo que deviene en feminista? ¿una confluencia de ambas ideas? Dependiendo de la respuesta tendremos una estrategia que encaja en este apartado.
La crítica que se le puede hacer, es que si el movimiento social es grande, por lógica será plural política e ideológicamente. Por tanto si los anarquistas quieren montar su movimiento lo que están haciendo es cediéndole el resto del movimiento social a sus rivales políticos.
– Movimientismo
Es una crítica que hacen las organizaciones leninistas a estos movimientos que se niegan a admitir el dualismo organizativo (esto lo veremos más adelante). Es decir, que quieren mantener su movimiento social totalmente autónomo. Pero va más allá, el movimientismo es el movimiento por el movimiento y en ocasiones llega a ser hostil a cualquier organización política que intente marcarle el camino.
Sus peligros son que muchas veces este movimiento no tiene desarrollada su capacidad política y cae en el reformismo o bien es embaucado por otras fuerzas políticas mejor organizadas y lo canalizan por donde quieren. También puede significar sectorializar la lucha y centrarse en lo concreto ya que carece de objetivos a largo plazo más allá de la lucha en sí misma.
El ejemplo típico es el de algunos movimientos estudiantiles, que se agotan en sí mismos y que no consiguen ni relevo generacional ni aprender de los errores y fracasos de otras luchas previas. Muchas asambleas del 15M tuvieron esta manera de entender las cosas.
– Tendencias organizadas
Se trataría de ir un paso más allá de la minoría activa y organizarse «de verdad» a la hora de participar en movimientos amplios.
Por ejemplo en la Primera Internacional había unas organizaciones sindicales (la Federación de la Región Española por ejemplo), que eran mayoritarias y también había sectores políticos como por ejemplo un sector marxista y otro sector bakunista (en realidad había otros sectores socialistas y republicanos como los blanquistas, mazzinianos, carbonarios, proudhonianos, lassalianos, etc.). Todos estos sectores políticos competían entre sí. Y algunos de ellos tenían su propia organización política de manera «disimulada». En el caso de los partidarios de Marx tenían vínculos estrechos desde la Liga de los Comunistas, ya disuelta. Y los partidarios de Bakunin tenían la Alianza por la Democracia Socialista.
En el caso español los bakunistas estarían en la Alianza, a la que se fueron afiliando por juramento (se supone que una vez aceptado su programa). Eran decenas de militantes anarquistas que a su vez eran miembros de la Federación de la Región Española (el sindicato) y de hecho solían tener cargos en ella. En este caso la Alianza permanecía bastante a la sombra, aunque años después era muy obvio y era en ocasiones un punto de los plenos y congresos de los sindicatos.
Este tipo de organización también lo quiso hacer el grupo de marxistas que había en CNT a primeros de los años 20. Entonces crearon a iniciativa de Maurín los Comités Sindicalistas Revolucionarios. Su objeto era crear su tendencia y estructurarla para con el tiempo crear su partido sobre ella. No era un partido al margen del movimiento social, sino que vivía en su interior. En los años 30 ya tenían sus partidos y animaron lo que se llamó sindicatos «autónomos». En realidad eran autónomos de los anarquistas, pero afines al comunismo del BOC y del POUM.
Dualismo organizativo (2 organizaciones, una política y una social)
Se trata de la separación de lo político y lo social en dos organizaciones diferentes. Las dos estarán en relación para complementarse, pero cada una tendrá una vida autónoma.
– Partido-movimiento
La manera típica de entender la lucha de masas es el duo partido-movimiento. El marxismo lo esbozó y el leninismo lo sistematizó. Aún así esta manera de hacer las cosas la puede utilizar cualquier tendencia. Lo más conocido podría ser el ejemplo del socialismo, creando un partido y un sindicato, como fue el PSOE y la UGT. El anarquismo en ocasiones lo utilizó como fue la OARE de la década de 1880s respecto del movimiento sindical (primero FTRE y luego Pactos de Solidaridad).
Es decir, que se pasa de una tendencia organizada en el seno de un movimiento para convertirse en una organización independiente. En el caso de la Alianza por la Democracia Socialista, al disolverse oficialmente para entrar en la AIT, deja de ser una organización independiente para ser una tendencia organizada. Aquí podría haber un debate sobre si de verdad estaba disuelta o aún seguía existiendo. Si estaba disuelta y sus miembros hablaran entre sí, estaríamos ante el ejemplo de una tendencia. Pero si la organización siguiera con vida (guardando las apariencias para poder estar dentro de la AIT), entonces estaríamos ante el ejemplo de partido-movimiento. Tanto da, porque el resultado fue el mismo.
Será el mismo caso de los siguientes ejemplos.
– Plataformismo / especifismo
Algunos anarquistas tras la Revolución rusa hicieron balance. No les gustó nada la actuación del movimiento libertario ruso y achacaron gran parte de los errores a la desorganización crónica de éste que le dio mucha ventaja al bolchevismo justo en el momento clave. Por tanto para evitar que esto se repitiera le proposieron al movimiento libertario una estrategia, la plataforma.
La plataforma consistía en crear una organización anarquista unida por unas estrategias (la lucha de clases), unas tácticas (utilizar el sindicalismo), un objetivo (el comunismo libertario), un programa y una disciplina. Entonces la plataforma no aúna a cualquier anarquista, sino que solo junta a quienes aceptan todo eso.
Como dice el texto enlazado, la plataforma apareció en un momento inoportuno en Francia. En aquellos años el movimiento libertario había abandonado los sindicatos (el movimiento social) y estaba generalmente inclinado hacia la bohemia, el individualismo y la búsqueda de la vida libre. Por tanto cuando aparecieron unos militantes que hablaban de programa y disciplina, les debió sonar a bolchevismo.
Sin embargo no era más que volver a Bakunin (en su época programa se llamaba catecismo revolucionario; se hacía juramento solemne, etc.). El movimiento de Bulgaria se estructuraba siguiendo la plataforma y entre 1944 y 1948 tuvo su oportunidad revolucionaria.
Luego estas ideas las recogió la FAU de Uruguay en los años 50-60-70 y las actualizó. Entre otras cosas también cambió el nombre a especifismo (que tiene su origen en la organización «específica», como la FAU) y le cambió el ámbito de actuación, que ya no era la lucha de clases como motor de la historia, sino que lo ampliaba a todo el «pueblo» o a la «lucha popular» en toda su amplitud, de la cual la lucha de clases era uno de los frentes. De ahí que se diga que la FAU era una organización nacional-popular similar a las organizaciones marxistas y latinoamericanistas de izquierdas que abundaban en aquella época.
– El modelo FAI o la síntesis
El faísmo pretendía tener dentro de la organización libertaria a todo tipo de libertarios. Lo que le importaba era la unidad anarquista y no tanto el programa. Quizá por eso algunos plenos eran tan conflictivos. Con esta forma de actuar realmente seguían lo que en el siglo XIX se llamó «anarquismo sin adjetivos».
Pero a nivel práctico la FAI actuaba de forma bastante seria y quería vincularse a la CNT para que ésta no se conformara con un sindicalismo reformista o bien que acabara en manos del marxismo. Para ello consiguieron convencer a los anarcosindicalistas de los comités de CNT para poder impulsar dos organismos unitarios: el comité de acción revolucionaria y el comité pro-presos. En la República esto se amplió a los Comités de Defensa (que en principio eran solo de CNT, pero en la práctica los formaba gente en la órbita de la FAI). Ambos iban a ser conjuntos CNT-FAI. Este es el inicio de lo que se llamó la «trabazón». Esto es básicamente lo mismo que lo que tenía el PCE con sus sindicatos o el PSOE con la UGT. De hecho en inglés los historiadores libertarios usan la misma palabra tanto para hablar de la trabazón de la FAI como la relación del PCE con sus sindicatos.
Sin embargo, no se puede decir que la FAI en bloque controlase la CNT. Eso no fue así. La FAI nunca fue un bloque. Lo que ocurrió fue que dentro de la FAI había distintos grupos anarquistas con prestigio que tenían grandes redes de grupos afines. Por ejemplo el grupo «Nosotros» tenía grupos afines en media España. Lo mismo con el grupo «Nervio», y así con otros. Cada uno de estos grupos representaba una tendencia política (táctica y estrategia) en el seno de la FAI. Por eso no había unidad política sino que la unidad era simbólica de puertas afuera.
– El «treintismo»
Si bien comenzó siendo una tendencia de la CNT, con el tiempo creó su propia organización política, que fue la Federación Sindicalista Libertaria. Su objetivo era terminar controlando el movimiento obrero e impulsarlo hacia la gestión de la economía. De cierta manera se convirtió en una anti-FAI cuando perdió el control de las secretarías, los comités y de Solidaridad Obrera. Sin embargo no pudieron desarrollar su corriente política más allá de 1934 y en el Congreso de Zaragoza de 1936 la mayoría volvería a CNT. En CNT esta corriente volvería a tener fuerza durante la Guerra civil llegando a determinar gran parte de la estrategia de la Confederación. Desde la postura más revolucionaria en 1937 se acusaba a los comités superiores de CNT de ser «treintistas».
Otro caso distinto sería el de Angel Pestaña, que crearía en 1928 una «unión de militantes», para poder dirigir CNT, aunque no tuvo mucho éxito. Recordemos, una unión de militantes sería una tendencia interna ya que no pretendía crear nada independiente del movimiento sindical. En los años de la República su estrategia derivó en la creación del Partido Sindicalista, que al ser boicoteado por el anarcosindicalismo y las específicas FAI y JJ.LL. (e incluso por la FSL) no pudo llegar lejos.
Casuística
Pasemos a analizar entonces algunos ejemplos de la historia revolucionaria para ver donde encajarían.
– Consejismo
El movimiento de los consejos obreros alemán era una opción de gestión socialista de la sociedad. Se basaba en los consejos obreros como organismos de poder. Su principal fuerza partidaria fue el KAPD alemán, y tuvo varios partidos hermanos en Holanda, Gran Bretaña, etc. En este momento vemos una estrategia de partido-movimiento: el KAPD influye en el movimiento de los consejos. Además el partido impulsó un sindicato, la AAUD, que era una especie de sindicato formado por asambleas de trabajadores que se oponían a los sindicatos socialdemócratas en la defensa de los consejos obreros.
Sin embargo con el tiempo tuvo su escisión. De este partido salió un buen número de gente para formar la AAUD-E que era un movimiento político y social a la vez, en una sola organización. Y por tanto exigía la disolución del partido.
– Autonomía
La autonomía no es fácil de explicar ya que tuvo diferentes facetas según las épocas y los distintos territorios en donde se ponía en práctica.
En principio todo parte de la autonomía obrera o autonomía proletaria (u operaia) de Italia. En este momento existían diversos partidos pequeños (algunos no tan pequeños) que la defendían. Pero la autonomía se daba en las asambleas de trabajadores, de estudiantes, en los barrios, etc. A mediados de los 70 aquella fase fue superada y la autonomía se generalizó en una parte de la población, que comenzó a actuar sin necesidad de consignas de los partidos. Por tanto la mayoría de los partidos de extrema izquierda se terminaron disolviendo en el movimiento autónomo.
En este caso adoptaron en gran medida el movimientismo, ya que el movimiento (o el movimiento de movimientos) se bastaba a sí mismo. El rol de partido lo tomaban las revistas, que se difundían masivamente y era el foro de debate de todo el movimiento. Aunque el movimiento intentó llevar a cabo algun congreso para determinar la estrategia, en realidad tampoco serían representativos ya que la gente actuaría a su manera sin hacer caso de las mayorías.
En América Latina las actuales autonomías toman de referente la Europa de los años 70, pero lo adaptan a su experiencia política propia. Los pueblos indígenas y campesinos la practican. Pero tienen sus congresos indígenas y su estrategia compartida. De alguna manera la existencia de un EZLN ha marcado las pautas a seguir, sin necesidad de estar sometidos a ese movimiento.
En Europa la autonomía se desarrolló con el movimiento de las okupaciones. También entró en los distintos movimientos estudiantiles de distintas épocas. Tuvo fuerza en Alemania y Holanda en los años 80. Y de vez en cuando tiene períodos de expansión, como ahora ocurre en Francia. Oscila entre el movimientismo y el movimiento social autónomo (consciente de sí mismo) pero con tendencias internas basadas en las influencias políticas de cada sector.
– La CNT en sus períodos
Podemos reconstruir las diferentes etapas de CNT según ha predominado una estrategia u otra.
-
desde 1910 a 1918-23 predomina la participación de los anarquistas sin organizarse en cuanto a tendencia propia. Éstos construían el movimiento social y sindical. El anarquismo adopta la idea del sindicalismo revolucionario (→ es decir, que los sindicatos serán los organismos de gestión de la futura sociedad socialista // nada que ver con radicalismos verbales de hoy en día).
-
Período 1918-23. Comienza el anarcosindicalismo. La mayoría de los sindicatos se han «anarquizado» y se reivindican como parte del movimiento libertario. A la vez existe una tendencia interna organizada que encabezan los marxistas (Maurín, Nin, Andrade…)
-
Período 1923-28. Hay bastantes grupos anarquistas que plantean que CNT debería ser un MOA, un movimiento anarquista y no anarcosindicalista. Sin embargo en los debates gana la idea de crear una organización aparte.
-
1927-33. Existencia de la FAI que se postula como organización hermana de la CNT. Se desarrolla la trabazón, y existe un dualismo organización política-movimiento sindical. A la vez existe una tendencia interna de oposición (aunque también querían controlar la CNT a su manera) que es el treintismo. Se expulsa el sector marxista en bloque (PCE en Andalucía y Asturias y BOC en Catalunya).
-
1934-36. El treintismo rompe el movimiento y creará su propia organización, la FSL.
-
1936-39. Se da la paradoja que en el momento clave de la guerra civil la FAI no tiene una postura unitaria. Por tanto se cae en cierto seguidismo respecto la postura de los sindicatos (en donde existe influencia del treintismo). Por tanto es el sindicato el que marcará la dirección estratégica de todo el movimiento libertario. Incluso la FAI se irá amoldando a esta situación, que reconocen como natural.
-
1939-45. Reconstrucción
-
1945-75. En el interior predomina una orientación de CNT como sindicato y nada más. Los grupos anarquistas del interior actúan normalmente al margen de CNT. En el exilio se convierte en la práctica en dos partidos, según las dos posturas mayoritarias en las que estaban divididos los anarquistas. Entienden la CNT como organización anarquista unos y los otros como organización sindicalista revolucionaria que tendría como prioridad la consecución de una República (sería el sector partidario de la colaboración con el resto de fuerzas antifranquistas).
-
1976-79. Se prioriza la creación de un gran sindicato, CNT. Es la organización vehiculadora del movimiento. Dentro existirán diversas tendencias que se enfrentarán.
-
1979-89. Periodo de enfrentamientos en el seno del anarcosindicalismo. El sector posibilista aceptarán los comités de empresa como gestores de los intereses de la plantilla, y el otro sector se niega. De hecho al tampoco tener activas muchas secciones sindicales cae en el forismo, el MOA. Para este sector CNT suele ser igual a una organización anarquista.
-
Con los años una buena parte de CGT ha olvidado que la razón de ser del anarcosindicalismo es que los sindicatos gestionen la economía (quizá culpa de la penosa correlación de fuerzas que tenemos los sectores revolucionarios en general). Mientas que la CNT-AIT tuvo dos tendencias importantes, una la de que los sindicatos eran casi lo mismo que un grupo anarquista. La segunda de intento de volver al anarcosindicalismo, que ha ido ganando terreno en los últimos tiempos.
Todo esto es evidentemente opinable. Escribo bastante a grandes rasgos, pero con la idea de hacer una reflexión sobre la estrategia organizativa concreta de nuestras organizaciones.
– Movimiento popular vasco
En este caso siempre se ha dotado de la figura del partido. En ocasiones varios. El movimiento popular tiene una parte formal conformada por Sortu/Bildu, Ernai y LAB, y por otra parte tiene un gran entorno informal que es la lucha por el Euskera, la lucha ecologista y feminista, su red de gaztetxes sus grupos de música, prensa y radios, etc. No tiene organización estratégica (como fue EKIN) sino un partido de masas que es quien marca el rumbo de todo el movimiento. Este sistema es el que se calca desde otros movimientos de liberación nacional.
Conclusiones
En definitiva, vuelvo a insistir que nunca se debe mitificar una estrategia, porque lo que es adecuado para un contexto puede que no lo sea para otro. Por ello los movimientos revolucionarios deben fomentar el análisis y el estudio de los escenarios y las coyunturas en las que se encuentran para poder determinar el camino hacia sus objetivos.