Los maestros mexicanos organizados en torno a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) llevan tres años de lucha ininterrumpida contra la reforma educativa impulsada por el gobierno mexicano. Una lucha que ha contado con todo el repertorio de acciones del movimiento popular. La presión de manifestaciones, huelgas, barricadas y cortes de autopistas se ha combinado con periodos de negociación y distensión del conflicto. El punto álgido, el boicot a las elecciones en Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas y Veracruz en junio de 2015, con cierre de colegios electorales y destrucción de urnas.
Ahora, después de meses de huelga, la CNTE ha vuelto a las clases para educar a los jóvenes de su pueblo en Chiapas y Oaxaca. Aprovechan para reorganizarse y aumentar su presencia en otros estados: Michoacán, Puebla o Guerrero… y para consensuar una reforma democrática de la Educación en México, mediante un foro que está tendrá lugar en estos últimos días de septiembre.
La lucha de la CNTE se da en un contexto en el que la mayoría de sindicatos han sido derrotados, y la lucha por la educación supone el enfrentamiento de dos modelos políticos para el país: El modelo democrático defendido por la CNTE y el modelo neoliberal que pretende imponer el gobierno. Pese a la violencia del gobierno, que en junio de este año asesinó a 11 personas en los enfrentamientos que tuvieron lugar en Nochixtlán, el pulso no ha acabado. La CNTE vive y la lucha sigue y sigue.
La reforma de Peña Nieto
El presidente Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se reunió en 2012 con los líderes de los principales partidos políticos de la oposición (PAN y PRD) para firmar el Pacto por México, un acuerdo político firmado por las cúpulas de los partidos que asentaba transformaciones estructurales de carácter neoliberal en aspectos como la educación, la economía o la justicia entre otros.
La reforma educativa, desde el principio negociada a espaldas de los sectores afectados, se encuentra con la oposición no sólo de la sección disidente del sindicato de maestros, la CNTE, sino también de amplios sectores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Este sindicato, nacido como una organización corporativa en los años 40 y desde hace años cooptado por el PRI, es el mayor sindicato de latinoamérica (con una afiliación aproximada de millón y medio de trabajadores y trabajadoras). Los maestros entiende la reforma como una declaración de guerra del gobierno contra la educación pública, contra el sindicato y contra ellos mismos como maestros.
La reforma educativa, lejos de transformar los contenidos educativos o de mejorar los métodos pedagógicos, parte de una visión muy limitada y mercantil de la educación y se centra en cuestionar en el trabajo de los maestros. Las medidas se encaminaban a minar la fuerza de los sindicatos magisteriales. Por ejemplo, eliminaba la influencia de los sindicatos de maestros sobre la contratación en las escuelas normales y permitía a cualquier licenciado optar a un puesto de maestro, sin necesidad de aprobar el magisterio. En el centro de la misma destaca una evaluación del educador, una reválida centralista que cuestiona la validez del magisterio para educar.
Este verano, el grupo académico asesor de la CNTE se posicionaba así: “Lejos de propiciar mejores condiciones para el trabajo de los docentes, para el desempeño de los estudiantes o, en síntesis, para lograr un ‘México con educación de calidad’, como plantean los documentos gubernamentales, la política educativa ha generado una enorme incertidumbre laboral, así como un muy desfavorable entorno educativo para la niñez y la juventud”.
La respuesta del gobierno a la oposición que ha despertado su reforma ha sido la de impedir la negociación y militarizar el conflicto. Es importante mencionar que el sexenio de Peña Nieto en el poder ha estado marcado por la violencia, la corrupción y la impunidad en todos los niveles del gobierno, con el caso paradigmático de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa. Paradójicamente, el mismo Peña Nieto, principal valedor de la reforma educativa que pretende cuestionar la validez de los maestros, ha sido acusado de plagiar su tesis doctoral.
En el próximo artículo analizaremos las reivindicaciones populares y cómo se ha desarrollado el conflicto a lo largo de estos tres años.