El huracán Katrina irrumpió en el día a día de Nueva Orleans y a punto estuvo de borrarla del mapa en 2005. Pero el efecto rebote devolvió la fama a esta ciudad del estado de Louisiana. En 2010, David Simon la escogió para mostrar en Treme otra cara de la catástrofe. Un huracán de música, de resistencia, de superación y de solidaridad… pero también de derrotas, problemas y desesperación.
Treme narra la vida de un puñado de habitantes de un barrio de Nueva Orleans que, tiempo después de que el huracán Katrina destruyese parte de la ciudad, tratan de seguir adelante. Encontramos así personajes humanos, que día a día intentan sobreponerse a las dificultades que la realidad les pone por delante. También personajes femeninos fuertes y complejos que no actúan aquí, como ocurre demasiadas veces, de meras comparsas: Jeanette, una chef que intenta reflotar su negocio y su casa. Ladonna, una mujer que lucha contra viento y marea por encontrar a su hermano, desaparecido en la tormenta de la burocracia carcelaria, manteniendo su autonomía. O Toni, una abogada infatigable que lo da todo para tratar de ayudar a su comunidad.
Todo esto nos lo cuenta Treme en pequeños tragos. En escenas cotidianas donde todo avanza sin que parezca ocurrir nada. Donde las actitudes preceden a los hechos como los gestos a las palabras, a veces sumándose, a veces sustituyéndose. Nos lo cuenta con las dosis justas de humor, de desesperación, de sarcasmo, de tristeza.
Y, por supuesto, nos lo cuenta atravesada de parte a parte por la música. Esa música que recorre las venas de todos sus personajes, las venas de Nueva Orleans. Desde los antros oscuros donde brillan los vientos del jazz hasta el rap en las radios, pasando por las bandas en los desfiles y los entierros. Y esa versión de “Shame, shame, shame“, con un DJ Davis lanzado a la sátira política.
Porque otra cosa que no falta en Treme es la apología y la denuncia. Denuncia de la ineptitud del gobierno, auténtico responsable del desastre antes y después del Katrina. Antes por mantener, debido a la apropiación de fondos públicos, un sistema de diques obsoleto e inacabado, según lo describió un equipo de investigación independiente. Después por aprovecharse del desastre para lanzar una ofensiva contra los pobres de la ciudad, retrasando ayudas y manteniendo cerradas casas en perfecto estado en lugar de entregarlas para realojar a los vecinos de los barrios más afectados. Un intento de aburguesar (gentrificar) la ciudad, aunque New Orleans without poor peaple ain’t new orleans.
Apología también de la solidaridad, la acción directa y la resistencia. Solidaridad para devolver sus instrumentos a quien los ha perdido; acción directa para poner las injusticias en el centro del tablero mediático aún a costa de uno mismo, resistencia para soportar que, incluso después del peor desastre, la vida aún pueda seguir entregando reveses.
En definitiva, Treme es una pequeña joya que nos regala David Simon, una más. Treme sigue también algunas líneas de esa gran serie que fue The Wire: la política como negocio, el mundo del periodismo, la acción represiva de la policía. Si algo se puede echar de menos es un mayor compromiso con una cuestión central: el reparto de poder en el estado de Louisiana y su marcado carácter racial. Pese a ello, más que recomendable esta carta de amor a la música, a Nueva Orleans, a la vida detrás del espectáculo, a la lucha.