Por abd
No es novedad la violencia en México, tampoco sus causas son una novedad, lo que sí podría serlo es la rapidez y las coincidencias. Lo primero que se asoma en la lista de coincidencias son las fechas, es sorprendente como las autoridades se empeñan por sumar efemérides al movimiento estudiantil.
A unos meses de que pasara el aniversario de la matanza del jueves de corpus (10 de junio 1971), a unas semanas del aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinap (26 de septiembre del 2014)[i] y a tan solo un mes del aniversario 50 de la matanza de Tlatelolco (2 de octubre 1968), el país vuelve a salir a las calles por la agresión de un grupo de golpeadores atacaron la huelga del Colegio de Ciencias y Humanidades perteneciente a la UNAM.
Múltiples universidades en el resto del país se movilizaron, en algunas se quedó en le momentum, en otras se preparan para crear organizaciones y las organizaciones ya en proceso sin duda se verán fortalecidas. Menos viral pero igual de importante es la represión que sufrieron compañerxs de la Escuela Normal Rural Mactumatzá en Chiapas, en general, las normales rurales se caracterizan por tener una organización fuerte, pero el fallecimiento de un alumno durante la “novatada” ha sido utilizada para criminalizar a los líderes estudiantiles, a esto se respondió con barricadas y el gobierno desató la represión.
La violencia no se limita a la lucha estudiantil. Los últimos años del gobierno de Peña Nieto han difíciles para indígenas y defensores de la naturaleza. Pareciera que quieren limpiar el país antes de que AMLO tome el poder. Esta semana asesinaron a César Vargas Castro del Frente Nacional por la Liberación de los Pueblos y desapareció Sergio Rivera Hernández a manos del gobierno y la minera Autlán.
Mientras escribo este texto (11 de septiembre 2018) se sepultó el cuerpo de Margarito Díaz, activista pacífico y líder espiritual del pueblo wixárika que fungía como presidente fungía como Presidente del Consejo de Vigilancia de la Unión Wixárika de Centros Ceremoniales de los Estados de Jalisco, Durango y Nayarit, A. C.
Solo puedo mencionar los hechos que sobresalen en las redes, ya sea por su importancia o por la construcción de grandes y pequeños medios libres, pero sé y quiero que quien lea este texto sepa que existen decenas si no es que centenas de casos como estos que ocurren a diario en México. La situación sin duda es una tormenta.
Pero con la tormenta viene la organización y tras las declaraciones del presidente electo sobre que el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México sería puesto a consulta pública a pesar del completo rechazo de quienes viven en dichos territorios, la izquierda no electoral se a quitada una importante venda de los ojos y comienzan a crecer las organizaciones, los frentes, las huelgas y los grupos de estudio. A unas horas de publicar este artículo, 15 personas salieron lesionadas en un enfrentamiento entre pobladores de Atenco y golpeadores de la empresa Pinfra.
Tal vez aún no podemos huir de la totalidad de su tormenta, pero poco a poco se alcanza a apreciar que llega la nuestra.
[i] Este hipervínculo lleva a la Plataforma Ayotzinapa, una cartografía de la violencia, proyecto en el que muestra de manera interactiva todos los datos y detalles de aquella noche del 2014