Liza es una plataforma anarquista de la capital madrileña con perspectiva revolucionaria, las mujeres y disidencias que formamos parte de ella creemos que es importante, a colación del 8M, hacer públicas y visibilizar las reflexiones y posicionamientos que tenemos dentro de la organización en torno al género y los feminismos.
Dentro de la Plataforma, se parte de la base de que el capitalismo no puede ser reformado y que está construido desde sus cimientos en una base explotadora, colonial y patriarcal. Se defiende, en su lugar, una organización social igualitaria. Desde la estrategia especifista, para alcanzar esta organización es necesario construir fuerza social desde los movimientos de base, fortaleciendo y expandiendo las luchas actuales y dotarnos de perspectivas y prácticas revolucionarias con el objetivo de adquirir la capacidad de superar al Estado y el capitalismo de manera efectiva. Consideramos que formamos parte de las muchas mujeres militantes y activistas anarquistas que se han enfrentado a las violencias machistas, tanto dentro como fuera de los espacios políticos, y que han sido invisibilizadas a lo largo de la historia, en tanto que anarquistas y en tanto que mujeres y disidencias, borradas por un modelo masculino hegemónico dentro de la sociedad y de los eventos revolucionarios.
Feminismos en Liza
Dentro de este proceso de construcción de nuevos modelos sociales y superación de los poderes capitalistas y estatales, en Liza el feminismo se ve como una base teórica, una práctica y un escenario desde donde construir fuerza social, análisis y práctica revolucionaria.
Como organización, se aboga por un feminismo transinclusivo, de clase, antipunitivista, organizado y revolucionario.
Feminismo Transinclusivo
Como anarquistas, creemos que el feminismo y la lucha antipatriarcal debe ir más allá de la visión de clase, incluyendo estrategias antirracistas y anticoloniales, anticapacitistas y lgtbq, de manera que el sujeto de la lucha social sea aquel que no únicamente esté atravesado por la clase y sea blanco, cis, masculino… sino que se apuesta por acoger y hacer visible que las desposeídas tienen muchos más rostros y muchas más imbricaciones que es urgente traer y tener en cuenta. De igual manera que el sujeto del feminismo no es la mujer cis y blanca de clase media, en Liza se defiende el feminismo transinclusivo porque las personas trans y las disidencias sexuales y de género son sujetos del mismo por estar profundamente atravesadas por la construcción histórica opresiva de las jerarquías, los mandatos del binarismo y la heteronorma y que, a día de hoy, continúan confrontando múltiples violencias como son, entre otras, la violencia física, psicológica, sexual, capacitista, recortes en derechos fundamentales, empobrecimiento, precariedad laboral, acceso universal a vivienda, sanidad y educación, persecución política desde los auges de la extrema derecha y algunos sectores de la izquierda, entre otras.
Feminismo De Clase
Las mujeres no conforman en sí mismas una clase: poco o nada tiene que ver una alta ejecutiva con una mujer migrante empleada doméstica. Por tanto, consideramos que el feminismo no sólo ha de confrontar y superar las violencias patriarcales sino todas las violencias estructurales que se entrecruzan . Sin embargo, de nada sirve un enfoque interseccional que no parta de una perspectiva imbricada junto a la de clase que nos permita caminar hacia la transformación social, creando a su vez una agenda política en la que las problemáticas que afrontan las mujeres y disidencias, que conforman la clase trabajadora y desposeída, pasen a ocupar un primer plano como son la precariedad, la mercantilización de las condiciones de vida, los desahucios, las deportaciones, la persecución policial, la explotación laboral, el aumento del coste de la vida o la persecución y estigmatización de colectivos como las trabajadoras sexuales, las presas o la invisibilización de los trabajos de cuidados y reproductivos no pagados.
La lucha social desde el feminismo es colectiva, la perspectiva de clase también rechaza el modelo individualista que se vende desde el feminismo neoliberal europeo. En un proceso autorreflexivo, nos posicionamos en contra de las ideas feministas liberales que reproducen las lógicas capitalistas, orientándose a alcanzar libertades individuales y reivindicando la emancipación de “la mujer” dentro de una sociedad que sigue siendo desigual. Un ejemplo de esta deriva es la reapropiación de la palabra “empoderamiento”, individualista y sin análisis colectivo, que impulsa a las mujeres a participar y triunfar en el sistema capitalista, sin cuestionar las opresiones que este sistema esconde y perpetúa.
Por ello, se considera desde Liza que el feminismo de clase es esencial para poner en el centro las necesidades de las de abajo.
Feminismo Antipunitivista
El análisis del feminismo antipunitivista se desmarca de aquellos discursos que toman el feminismo como medio para lograr refuerzo de penas y endurecimiento de leyes, pues abogan por el fortalecimiento de aparatos represivos como la policía y las cárceles. Esto aumenta la legitimación y el alcance de la represión a la clase trabajadora en su conjunto y especialmente a los colectivos más empobrecidos y perseguidos por el Estado, como son las personas migrantes y racializadas. El género también opera dentro de las violencias institucionales y, dentro de los aparatos represivos, las mujeres y disidencias (la mayoría de ellas en situación de pobreza e irregularizadas) tienen un contexto de empobrecimiento, marginación y exclusión innegable a consecuencia de las lógicas del sistema carcelario.
En lugar de legitimar al Estado como agente de la transformación social, apostamos por el fortalecimiento del movimiento feminista y la expansión de su ideario a otros movimientos sociales. Este proceso de fortalecimiento lleva implícito la capacidad de presionar al Estado para adquirir victorias concretas, pero nos parece fundamental que dichas reformas no partan de una perspectiva punitiva, sino que constituyan victorias para la clase trabajadora y desposeída en su conjunto, asentando y desarrollando los paradigmas feministas de apoyo mutuo, restauración y justicia comunitaria.
El feminismo antipunitivista también se desmarca de la cultura del castigo dentro de los movimientos, organizaciones y colectivos. No solamente a nivel institucional con el apoyo a las presas y contra la represión policial y penitenciaria; sino que, también, apuesta por las resoluciones de conflictos, la mediación, la comunicación, y, en su defecto, por la autodefensa feminista como recurso dentro de la militancia y de nuestras vidas.
Feminismo Organizado Y Revolucionario
Construir aquí y ahora la sociedad que queremos no es suficiente, ya que los poderes políticos y económicos la atacarán en cuanto nuestro alcance se expanda: queremos que los movimientos sociales se fortalezcan, generen alianzas y adquieran la capacidad de confrontar los ataques del capitalismo y el Estado para poder defender los modelos sociales igualitarios que estamos creando. En tanto que feministas anarquistas y especifistas, configuramos el desarrollo de militantes mediante la participación activa de las organizaciones populares que desarrollen acciones a través de la acción y la democracia directas. Se considera necesaria la presencia en movimientos de tendencia, como el que nos acompaña estos días alrededor del 8 de marzo, y llevada a cabo mediante la militancia dual presente en nuestra organización. Esta táctica permite identificar, señalizar y luchar contra dinámicas de desvío y cooptación que se desarrollan dentro de las asambleas y colectivos feministas; y que tienen como finalidad la institucionalización del movimiento y por tanto su burocraticación, limitando así de forma significativa su potencial y la posibilidad de alcanzar cambios sustantivos.
Citando a las compañeras de Black Rose: “Nuestro feminismo, como anarquistas especifistas, debe estar orientado a la lucha de clases, antirracista, anticapitalista, transinclusivo y con una perspectiva revolucionaria orientada a la ruptura con el Estado.” Feminism and Organized Anarchism (blackrosefed.org)
¿Cómo estamos poniendo en práctica el Feminismo?
Al ser Liza una organización incipiente, aún estamos configurando nuestra acción política y asentando nuestras bases teóricas. Sin embargo, el feminismo constituye una parte troncal en ambos pilares, además de ser una de las bases de nuestros principios éticos y nuestro código militante.
A nivel interno, estamos trabajando en la generación de contenido y formaciones relacionadas con el feminismo (especialmente en la conjugación teórica y práctica de la imbricación de una perspectiva de clase y revolucionaria), el asentamiento de un protocolo frente a violencias machistas y el desarrollo de herramientas de crítica y autocrítica para generar buenas prácticas grupales de comunicación y trabajo militante.
En cuanto a nuestra praxis política, una de nuestras líneas de trabajo está siendo la participación, junto con las compañeras de la asamblea feminista de San Blas-Canillejas y otros colectivos del barrio, en la creación del Sindicato de Barrio de San Blas-Canillejas. Desde el sindicato, se pretende tanto ampliar y fortalecer las redes vecinales como constituir un espacio de encuentro y apoyo entre los colectivos ya existentes dentro del barrio tomando el feminismo como un punto de referencia fundamental.
Comisión de Genero de Liza.