Silvia carrasco, CNT Barcelona y teoría terf: avances y retrocesos de los movimientos anarquista y feminista.

Por Dex
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Estas últimas semanas en la UAB hemos vivido unas jornadas de lucha dirigidas principalmente contra Silvia Carrasco, profesora de antropología de esta universidad. Estos actos, organizados por la OJS pero alimentados con fuerzas de militantes de otros colectivos o simplemente estudiantes no organizados, tienen la finalidad de hacer una campaña para el 8M con un discurso transinclusivo, denunciando tanto el discurso terf reaccionario como personalmente a Silvia Carrasco. Hemos visto conveniente aprovechar el estado actual de las cosas para, desde el anarquismo, orientar nuestro propio discurso respecto a estos sucesos y poder articular una crítica propia. Dicho esto, ¿quién es Silvia Carrasco y por qué como anarquistas nos afecta directamente esta situación?

Sílvia Carrasco es antropóloga, profesora de antropología de la UAB y actualmente la presidenta de Feministes de Catalunya, proveniente de Esquerra Unida y Alternativa de Sabadell. Antigua vicerrectora de la UAB y simpatizante y exmilitante del PSUC. Los discursos de odio y ataques a la clase trabajadora que ha cometido esta agente de la reacción a lo largo de su carrera profesional no son una cosa que pasar por alto y es difícil saber por dónde empezar.

Comencemos por su ejercicio como vicerrectora de la Universitat Autònoma de Barcelona. Ella jugó un papel muy importante en el 2013, cuando las estudiantes de la UAB, organizadas en asambleas de facultad, ocuparon el rectorado como protesta contra el Plan Bolonia. Silvia Carrasco utilizó los poderes que le otorgaba su puesto para identificar a los principales líderes de las asambleas de facultad y los líderes sindicales, ofreciendo así una lista de 27 personas -25 alumnas, un miembro del PAS y un profesor (el entonces secretario general de la CGT)- a los Mossos d’Esquadra. 27 personas que actualmente se enfrentan a penas de hasta 14 años de prisión. Podemos decir que Sílvia Carrasco es en todos los aspectos una enemiga de clase que actualmente imparte clase de antropología de la educación en la UAB, da discursos de odio contra las personas trans en sus lecciones y obliga a leer teoría terf a sus alumnas.

Por lo que a su carrera como terf profesional se refiere, hablemos primero de Feministes de Catalunya, una organización que nació en el seno de la socialdemocracia y se escindió cuando empezó a cuajar el discurso transinclusivo de Podemos. No es difícil adivinar qué discurso llevan por bandera. Esta organización se declara abiertamente feminista radical (radfem) y transexclusiva, es decir, terf. Su discurso se basa en la afirmación del sexo como una realidad material inmutable y por tanto la negación, o mejor dicho abolición, del género. Es decir, una visión total y absolutamente separada del sexo y el género. Dejando de lado este apunte “teórico” sus integrantes se esfuerzan en señalar que las personas trans no existen y que somos un invento de la industria farmacéutica y médica para vender hormonas y mutilar a menores, además de ser depredadores sexuales que odiamos a las mujeres y queremos borrarlas, así como apropiarnos de sus luchas, sus leyes y el presupuesto del Estado en materia de igualdad. Utilizando los medios que Feministes de Catalunya pudo proporcionar, Silvia Carrasco realizó un estudio de investigación llamado Informe Trànsit, que fue el que presentó el pasado 15 de julio en la sede de la CNT Barcelona, bajo protección policial.

El Informe Trànsit es un intento de estudio social convertido en un panfleto discursivo sobre la población atendida por el Servei Trànsit en Cataluña, una unidad del Institut Català de la Salut que se encarga de prestar ayuda y asesoramiento especializado a personas trans. No vamos a hacer un análisis metodológico del informe (aunque se podría) porque lo que nos interesa es la teoría que hay detrás, las intenciones de deshumanizar y negar una realidad utilizando datos médicos reales y sacando conclusiones que no tienen absolutamente ninguna correlación con estos. No es un estudio científico, es pura propaganda terf.

El informe se basa en datos de personas trans que han recibido el asesoramiento de este servicio -desde el sexo asignado al nacer y edad, hasta el número de tratamientos hormonales y/o operaciones quirúrgicas hechas- para acabar concluyendo que el número de personas asignadas mujer al nacer que reciben estos tratamientos ha ido en aumento y que es mayor significativamente (no lo es, es un 51% del total) que el de personas asignadas hombre al nacer. Aunque intenta ser un estudio científico basado en datos y hechos reales la realidad es que no consigue superar la calificación de “propaganda”. En un principio puede parecer que intenta ser objetivo pero la ideología subyacente se muestra sin vacilaciones a través del lenguaje utilizado, tratando a las personas trans como enfermas mentales, la “disforia de género” como un trastorno psiquiátrico a curar y hablando de personas autistas y trans desde un punto de vista patologizador e infantilizante.

En definitiva, este informe está redactado con la intención de crear una falsa base de datos que apoye la idea de que las personas trans tenemos una especie de trastorno mental que nos impide ser “normales” y que esto lo causa el patriarcado. Intenta decir que el hecho de que haya “cada vez más” personas transmasc es porque las niñas no quieren ser mujeres por la opresión que sufren en el sistema patriarcal y el hecho de que haya “cada vez más” personas transfem es porque en realidad son hombres agresores que odian a las mujeres y quieren aprovecharse de sus luchas. Esta ideología, el feminismo transexcluyente, obvia la opresión que sufren millones de personas en nombre de la igualdad y por eso creemos necesario, desde el anarquismo, hacerle una crítica teórica que cubra todas las variables con las que nos encontramos día a día.

Crítica al feminismo transexcluyente.

Uno de los grandes temas que están sobre la mesa en los días clave de la agenda feminista es, entre otros, el sujeto del feminismo. ¿Quién es sujeto de la lucha feminista? Pues bien, partimos del feminismo como lugar también de conflicto donde se encuentran diferentes intereses, diferentes agentes y diferentes posiciones. En él encontramos a distintas individualidades o colectivos como las mujeres migrantes, las mujeres de los barrios y de las periferias, las mujeres empresarias, las mujeres que pertenecen a clases medias y altas, gitanas, payas, las mujeres militantes y de asociaciones, mujeres discas, trans, cis… de la diversidad de participantes y sujetos viene la diversidad de objetivos e intereses en la agenda, de ahí que el feminismo sea un campo donde también se entra en conflicto. Es por eso que lo correcto, además de practicar la escucha y la autocrítica, no es hablar de feminismo en singular, sino de feminismos, en plural. Pues nos encontramos con corrientes del feminismo de diferente índole.

En este apartado comentaremos los feminismos relacionados con la realidad trans, los que excluyen y los que incluyen estas vidas en el contexto del Estado Español. Dentro de las movilizaciones feministas que las incluyen se hace mención a una gran magnitud de violencias recibidas: familiares, racistas, gordofóbicas, capacitistas, tránsfobas, sexuales, infantil, laborales… poniendo en el centro la importancia de acoger y luchar por la dignidad de todas las vidas, pues todas importan. Nos sumamos a la reflexión de las compañeras de Liza 8M, feminismos y anarquismo especifista en Liza. – Regeneración Libertaria (regeneracionlibertaria.org) donde se añade el eje del análisis de clase como eje principal, desde un prisma anticapitalista, apostando por un sujeto de las clases obreras, precarias y desposeídas, que vaya más allá del clásico trabajador obrero y asalariado, es decir, que englobe situaciones más invisibilizadas como las migrantes, irregularizadas, las trans, las presas… cuyas cifras de empobrecimiento, asesinatos y condiciones de vida son tan alarmantes como innegables, pues aquellas que pertenecen a posiciones socioeconómicas altas tienen una serie de privilegios que hace que los ejes de opresiones que sufren sean altamente desproporcionados en relación a los que viven las empobrecidas, marginales y precarias.

En lo que concierne a la otra perspectiva, defendida por las feministas clásicas, aboga por la postura de que el sujeto del feminismo es única y exclusivamente la mujer. ¿Qué mujer? Desde estos planteamientos se asume por mujer la mujer cis, seguramente adulta, posiblemente blanca y mayoritariamente heterosexual, es decir, la concepción de una mujer que nace y no llega a serlo, sino que lo es simplemente por el hecho de asociar una genitalidad a la construcción de su género. Beauvoir, si viviera en este siglo, se tomaría un café con cara de sorprendida, pues su planteamiento ya en 1949 abogaba por que las mujeres no nacen mujeres, sino que llegan a serlo. Ella jamás hubiera imaginado que sus aportaciones tendrían hoy tanta pertinencia. Estas posturas excluyentes son denominadas TERF (trans-exclusionary radical feminist), defendidas por personalidades como la mencionada anteriormente: Silvia Carrasco.

Esta idea de homogeneizar el sujeto del feminismo, como si a todas las mujeres afectara de igual manera los mandatos de género, deja de lado la diferencia de clase social, territorio, experiencias migratorias, edades, orientaciones e identidades dentro del sistema sexo-género. Es evidente la clara subordinación de lo femenino hacia lo masculino, sin embargo, hay un amplio abanico de disidencias de género dentro de las relaciones de subalternidad, y en ellas entran las mujeres trans. Somos muchas las sujetas del feminismo, las afectadas por los mandatos de género y del binarismo. Defender lo contrario implica dejar por el camino vidas disidentes y oprimidas por las violencias machistas.

Al mismo tiempo que criticamos el feminismo transexcluyente nos vemos en la obligación como anarquistas de realizar un análisis del estado actual de nuestros espacios de lucha, porque al igual que la teoría feminista ha ido evolucionando con el paso del tiempo, nuestro análisis coyuntural y la teoría que conforma nuestro movimiento también debe evolucionar. Por eso nos preocupa que se difundan ideas reaccionarias en nuestros espacios (es decir, la presentación del Informe Trànsit en la sede de la CNT Barcelona) y es nuestro deber preguntarnos qué ha llevado a esta situación y qué herramientas tenemos en nuestro poder para orientar la lucha anarquista en el camino de la revolución.

Si miramos atrás en el tiempo, del mismo modo que en el movimiento obrero podemos hablar de cambio de paradigma cuando hablamos de programatismo y abolicionismo, en el feminismo ocurrió un proceso similar. Las teorías de la emancipación de la mujer o la emancipación de la clase trabajadora no abolen las categorías que atraviesan las vidas de estas personas, las mantienen y las glorifican. Es un salto cualitativo en ambos movimientos dejar de ensalzar una realidad opresiva que nos viene impuesta por el modo de producción y reproducción capitalista, pasar de reivindicar la emancipación de la clase trabajadora a hablar de abolición de la sociedad de clases y pasar de reivindicar la emancipación de la mujer a hablar de abolición del género. Creo necesario aclarar que tanto la teoría terf como el feminismo transinclusivo reivindican la abolición del género. La diferencia clave y esencial radica en que la teoría transexcluyente considera que el sexo es una realidad biológica inmutable y busca abolir las relaciones sociales que giran en torno al género, dejando de lado el detalle de que la separación entre el sexo biológico y el género social impuesto no es una realidad tangible sino más bien un invento, y que en realidad estos dos influyen entre sí, entrelazados de distintas maneras formando un complejo sistema que denominamos sexo-género y que es el que pretendemos abolir.

El hecho de que desde movimientos revolucionarios se defiendan ideas que perpetúan la opresión y niegan realidades es una evidencia más de la creatividad del capital para desorganizar y dividir a la clase trabajadora. Si no tenemos una teoría que abarque la totalidad de las luchas y opresiones causadas por las diferentes ramas del capitalismo cometemos el error de dejarnos sujetos revolucionarios fuera de nuestra lucha. No nos podemos permitir equivocarnos, porque eso implica que estaremos del lado de la policía, el estado y el capital. A lo largo de la historia y de las luchas obreras, el sujeto androcéntrico ha dejado de lado las realidades de las mujeres, poner en el centro a las mujeres cis y blancas es relegar a los márgenes y al olvido, de nuevo, a otras muchas compañeras y compañeres que sí son, le pese a quien le pese, sujetas de los feminismos. Como decía Rita Segato: “no podemos ser un feminismo del enemigo”.

Dex .

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