Derrota socialista abre la puerta a la extrema derecha en Portugal

Por liza
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Este año en Portugal se cumplen 50 años de la Revolución de los Claveles (25 de Abril de 1974), revolución que terminó con la Dictadura del Estado Novo construido por António de Oliveira Salazar y dio entrada a elecciones de democracia liberal en el país. Cincuenta años después, la extrema derecha vuelve a entrar con gran peso al Parlamento luso.

Portugal siempre es mirado desde el resto de la Península Ibérica como ese vecino poco relevante y en segunda línea, fijando una barrera cultural de por medio y una invisibilización que a nosotras nos resulta complicado de entender desde las alianzas que podemos establecer las oprimidas con quienes compartimos un mismo territorio geográfico.

El pasado día 10 de marzo se realizaron las elecciones legislativas en Portugal, marcadas por un giro a la derecha con la victoria de la Alianza Democrática (AD), una coalición conformada históricamente entre el Partido Socialdemócrata (PSD), el Partido Popular Monárquico (PPM) y el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP).

A pesar de ello, la victoria de la Alianza Democrática estuvo por debajo de las expectativas, y la situación para la formación de un gobierno en Portugal se vuelve complicada desde el punto de vista matemático. Solo se podrá lograr una mayoría sólida si la Alianza Democrática se une a Chega, un partido de extrema derecha que ganó más de un millón de votos y 48 escaños en el Parlamento. No obstante, Luís Montenegro, líder de la Alianza Democrática, durante la campaña electoral, fue contundente al afirmar que no permitiría que la derecha radical llegara al gobierno portugués con su respaldo.

El panorama reflejado en los resultados electorales es complejo, y los próximos meses serán cruciales para determinar si existe espacio para la creación de un gobierno estable o si el país se verá obligado a convocar nuevas elecciones anticipadas.

La mayor participación en 20 años

Las elecciones vieron la mayor participación en las últimas dos décadas. El domingo, la tasa de abstención se ubicó en el 33,8%. Comparativamente, en las elecciones de 2022, la abstención fue del 48,5%, y en las anteriores en 2019, alcanzó su punto máximo registrado del 51,4%.

El incremento en la participación también ha contribuido a los errores en las encuestas, especialmente en lo que concierne a Chega, el partido que más se benefició de este aumento en la participación.

Es cierto que normalmente el abstencionismo se leía como un problema para la izquierda. Hoy se sabe que la clase trabajadora también puede movilizarse por un voto de castigo al neorreformismo.

André Ventura: De comentador deportivo a líder de la extrema derecha

Chega («Basta» en castellano) es un partido político portugués, nacional conservador y populista de extrema derecha, formado en 2019 por André Ventura.

Antes de la fundación de este partido, André Ventura, antiguo seminarista, era conocido por ser comentador de fútbol, apoyando el Sport Lisboa e Benfica en un programa deportivo de la cadena CMTV(que terminó usando en su favor)y como miembro del PSD. Fue entonces en el año 2017, año en que se presentó como candidato a presidente del Ayuntamiento de Loures por el PSD, y que se hizo famoso cuando en una entrevista acusó a las comunidades gitanas de vivir en un estado de beneficencia siendo “mantenidas por el Estado y sin ganas de trabajar” y cuando durante la pandemia reclamó un “confinamiento específico para la comunidad gitana”. Estas declaraciones le costaron la salida del PSD y de la CMTV, respectivamente, y en 2019 funda el partido Chega. A diferencia de otros partidos de la derecha radical en Portugal que no lograron establecerse como opciones creíbles debido a la escasa cobertura mediática o a una imagen negativa en los medios, Ventura y Chega han recibido una considerable atención de los medios. Ventura estaba acostumbrado a realizar declaraciones controvertidas dadas las tertulias televisivas de fútbol en que participaba ejerciendo de hincha acérrimo del Benfica. Esa estrategia la trasladó a la política haciendo declaraciones como:

  • querer implementar la castración química a pedófilos;
  • mandar de vuelta a su tierra” a una diputada de izquierda nacida en Guinea-Bisáu;
  • la reutilización del lema del dictador portugués António de Oliveira Salazar (Dios, Patria, Familia)1 en su campaña, pero añadiéndole un punto más (Dios, Patria, Trabajo y Familia);
  • ha sido uno de los principales promotores contra «la ideología de género» en las escuelas;
  • defender la privatización de la educación y de la salud (posición que cambió más tarde)
  • ha defendido la transferencia de la Embajada de Israel a Jerusalén;
  • ha convocado la manifestación «Portugal no es racista» después de la muerte racista de Bruno Candé;
  • entre otras;

Han sido varias las polémicas asociadas a esta persona y a este partido. El propio programa del partido, además de no estar disponible desde el principio, ha sufrido muchos cambios, algunos incluso diametralmente opuestos a lo que proponían en 2019, que se ha ido ajustando en línea con lo que los electores decían y pensaban (por ejemplo, la posición sobre la TAP Air Portugal, y sobre inmigración).

El populismo de la extrema derecha en Europa

Desde 2010 se está asistiendo a un aumento exponencial de partidos y movimientos de derechas radicales por toda Europa. Hasta mediados 2019 eran apenas cuatro los países que no tenían la presencia de partidos de la extrema derecha en el parlamento: Portugal, Irlanda, Luxemburgo y Malta. En Octubre de 2019 ese número de países se reduce a tres por la entrada de Chega en el Parlamento. Los países que parecían haber podido contrarrestar el crecimiento de la extrema derecha han terminado teniendo su porción como reacción a la incapacidad reformista.

Algo que se ha analizado extensivamente estos últimos años ha sido cómo el crecimiento de estos partidos y movimientos está muy marcado por sus tácticas narrativas y por retórica «antisistema» pero que en verdad están respaldados por los grandes medios de comunicación y tejido empresarial y alineados perfectamente con los intereses de las élites (que supuestamente combaten).

Este populismo se refleja claramente en la relación entre un comentarista de fútbol, con una típica masculinidad rancia, que reaccionando al progresismo, capitaliza votos a través de cuestiones como el machismo, el racismo, la xenofobia y lo «políticamente incorrecto». Esto solo demuestra una vez más cómo el populismo de derecha está tirando de la desesperación y de la situación precaria en que viven los trabajadores, activando las pasiones más irracionales, más esenciales, que tienen que ver con una masculinidad frágil, con señalar a un chivo expiatorio (sean migrantes, gitanos, refugiados, musulmanes, judíos, etc.) y que, además, esto hizo que la izquierda tradicional haya llevado también el debate a lo más populista, más emocional y como consecuencia, ha simplificado tanto el discurso y el análisis político para obtener votos que esa simplificación le salió en su contra.

La Izquierda Reformista y el Partido Socialista

Los resultados son los más temidos. La izquierda burguesa reformista ha sido completamente aplastada y se encuentra cada vez más debilitada, con una victoria del conservadurismo reaccionario y un enorme crecimiento de la derecha radical.

Estos resultados electorales son una enorme patada en los dientes para la izquierda parlamentaria legalista y reformista, que ha decepcionado a las bases sociales que ha movilizado y ha desviado hacia la esperanza de carácter reformista. Evidentemente la posibilidad de reforma del sistema burgués capitalista es nula y los que creían que lo podían reformar, terminan convirtiéndose en puros gestores del capitalismo. Su propuesta ya no pasa por vencer al capitalismo desde el gobierno sino simplemente hacer un capitalismo más amable.

Hay que entender también que las 1.108.797 personas que han votado a Chega no son estúpidas, son la consecuencia de la desilusión de una izquierda reformista que no ha gobernado para ellos y que han encontrado una alternativa que parece más radical en la extrema derecha. Esto es una derrota de la Izquierda reformista.

El Partido Socialista

Tras casi nueve años al frente del Gobierno (en coalición de izquierdas, primero, y con mayoría absoluta, después), el Partido Socialista (PS) perdió las elecciones y pasó a la oposición. Los socialistas, que en las elecciones de 2022 habían obtenido el 41,3% y 120 diputados, se quedan ahora con el 28,7% y 77 escaños en el Parlamento.

El caso es que hace 9 años Portugal «abría la puerta a la esperanza» con un pacto gubernamental formado por Partido Socialista (PS), Bloco de Esquerda (BE), Partido Comunista Português (PCP) y el Partido Ecológico “Os Verdes” (PEV). Era quizás la mayor coalición gubernamental de progreso, “La Izquierda Progresista”, inédita entre los portugueses, conocida hasta entonces, ya que todavía quedaban unos años para que se formara otra aquí, en el Estado Español. Era también la primera vez que en unas elecciones en Portugal no gobernaba la lista más votada.

Sin embargo, estos últimos años han sido marcados por varios casos de corrupción de los cuales el PS y el PSD son los principales acusados, que afectaron desde los ayuntamientos hasta el Primer Ministro y el Presidente de la República (véase: Caso Tutti Frutti, Caso de TAP, Caso de Litio, Caso de las Gemelas Brasileñas, Operación Influencer, Caso de Pedrógão Grande, el Caso de Isabel dos Santos, el Caso de los Vistos Gold, entre otros). La continua dimisión de ministros, la presencia de muchos lazos familiares en la política, el precio récord de la vivienda y las largas huelgas y protestas de los médicos, cuerpos de seguridad del Estado y de los profesores.

El legado de António Costa

No se pueden analizar estas elecciones sin hablar de António Costa, el Primer Ministro socialista que dirigió el país durante casi una década. Fue el creador de la «Geringonça» (que significa lo que está mal hecho, con una estructura frágil y un funcionamiento precario), tal y como llegó a conocerse a esa coalición de izquierdas que gobernó Portugal hasta 2022 y logró la mayoría absoluta. Esta coalición llegó a un abrupto final el pasado noviembre, cuando Costa dimitió tras una investigación judicial por presunta corrupción, que afectó a ministros del Gobierno.

A pesar de los buenos resultados macroeconómicos, con un crecimiento de la economía del 2,3%, Portugal atraviesa una crisis, los salarios siguen siendo muy bajos, hay una carga muy alta de impuestos sobre quien trabaja y sobre las empresas, y el Servicio Nacional de Salud tiene muchos problemas, con más de 1,7 millones de portugueses sin médico de cabecera.

¿Nuevas elecciones?

En este contexto, no se puede descartar la posibilidad de unas nuevas elecciones. Según el sistema político de Portugal, una vez nombrado por el Presidente de la República, Luís Montenegro tendrá que formar su equipo ejecutivo, lo que probablemente sucederá en abril. Posteriormente, se presentará el programa de gobierno, el cual no requiere la aprobación del Parlamento, y en octubre se deberá presentar un nuevo presupuesto estatal.

Esta última fecha es crucial. En 2021, Marcelo Rebelo de Sousa disolvió la Asamblea de la República y convocó elecciones anticipadas. Si la Alianza Democrática no consigue la mayoría parlamentaria para aprobar el presupuesto y Marcelo Rebelo de Sousa sigue la misma línea, el Gobierno podría colapsar y el país tendría que enfrentarse nuevamente a elecciones anticipadas.

¿Y qué futuro hay para el anarquismo luso y para los movimientos sociales?

La União Libertária Portuguesa (podéis leer su comunicado aquí) propone un enfoque centrado en la construcción del poder popular a través de organizaciones autónomas y descentralizadas, como sindicatos, asambleas de barrio y diversos colectivos. Se enfatiza la prefiguración, es decir, la creación y práctica de relaciones sociales igualitarias y voluntarias que reflejen los valores y objetivos de la sociedad deseada.

Esta construcción del poder popular pasa por entender como se ha dado todo este proceso para que las anarquistas sean capaces de articular un proyecto revolucionario asentado en las demandas reales de la clase trabajadora y que a su vez, sean capaces de organizarse e intervenir en los movimientos sociales y en los movimientos de lucha para delatar y combatir a los agentes del neorreformismo y los burócratas que cooptan y desvían las luchas sociales.

Hay que quitar todas las esperanzas en la posibilidad de reforma del capitalismo.

Mucha fuerza a las compañeras anarquistas de Portugal!

Estamos juntas na construção da utopia.
Por una sociedad que supere al capitalismo basada en la justicia social, la autogestión, la libertad y el internacionalismo!

1 – Este lema también era conocido en la sociedad portuguesa por el Portugal de los 3 F’s: Fado, Fútbol y Fátima.

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Liza es una plataforma revolucionaria de socialistas anarquistas ubicada en la ciudad de Madrid.