Que no cunda el pánico, ¡organízate!

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Segundo episodio trumpista de la decadencia imperialista estadounidense.

La historia sucede primero como tragedia; y después como farsa.

Queremos compartir a continuación las valoraciones políticas elaboradas desde nuestra organización hermana Black Rose Anarchist Federation en los Estados Unidos. Antes de ello queríamos también hacer una breve introducción propia sobre la victoria de Donald Trump frente a Kamala Harris en las elecciones estadounidenses. En este segundo mandato trumpista intermitente como Presidente de los Estados Unidos se dan una serie de sucesos que nos llevan a afirmar que en un cuatrienio el contexto internacional ha tendido a agudizar la crisis del imperialismo gringo. La Guerra en Ucrania, el Genocidio en Palestina o las tensiones con China en Taiwán, son escenarios que no estaban abiertos en el primer periodo de Donal Trump. También en América Latina, espacio tan habitual de injerencia de los Estados Unidos, ha habido movimientos del tablero como la presidencia de Gustavo Petro en Colombia, la crisis migratoria en Centroamérica hacia México, o el aumento del contrapoder narcotraficante en territorios como Ecuador. Es decir, Donald Trump no se encuentra el mismo panorama político de hace cuatro años, sino una profundización de la decadencia imperialista global.

El regreso de Trump al poder bien pueda impactar, debido a que su marcha dejó un estruendoso ruido con el asalto al Capitolio de una extrema derecha que tuvo en el propio Trump su mejor baluarte para consolidar esa rancia tendencia anti-woke y conspiracionista. Sin embargo, tanto las campañas políticas como las elecciones estadounidenses no dejan de ser elementos con una enorme performatividad, y a Europa nos llegan alertas sobredimensionadas desde algunos voceros izquierdistas nada revolucionarios sobre el relato de Donald Trump. Evidentemente entrañan un peligro porque le fascina meter bulla efectista para jalear a la ultraderecha y discursos políticamente incorrectos, es por eso que la lucha debe ser desde la base del poder popular. Su función como Presidente de los Estados Unidos, sin embargo, no dista en absoluto de la función imperialista que cumpliría exactamente idéntica Kamala Harris, la gran derrotada del Partido Demócrata. Son ambos líderes las dos caras del imperialismo estadounidense.

Si bien la estrategia anticapitalista a desarrollar desde organizaciones revolucionarias es la misma, las tácticas particularmente tienen matices distintos respecto de la una o del otro. Con Trump como Presidente estadounidense se consolida la impunidad de la extrema derecha, y es necesario organizarse para presentarle batalla en todos los niveles políticos. La lucha anticapitalista, el feminismo de clase y la perspectiva antirracista son el verdadero cordón de seguridad frente al fascismo, tanto en Estados Unidos como en Europa. Replicamos el lema de nuestros compañeros anarquistas: Don’t panic! Organize!

A través de este enlace puedes acceder al artículo en inglés.

Que no cunda el pánico, ¡organízate!

Cómo afrontar el momento del segundo mandato de Trump

Donald Trump ha vuelto a ascender a la Presidencia. ¿Qué debemos esperar de un segundo mandato de Trump y cómo debemos responder?

1. No hay más remedio que luchar

La “elección” de estas elecciones, como todas, no nos presentó ninguna opción: un programa de reacción abierta y el otro genocidio de cara amable. Aun así, una victoria de Trump estaba lejos de ser inevitable.

Ante la oportunidad de revisar su plataforma, el Partido Demócrata cambió a un sustituto por otro sin ningún cambio significativo en su posición. Esto fue más evidente en la voluntad de Biden y, más tarde, de Harris de sacrificar los votos de la población musulmana y árabe al negarse incluso a ralentizar -por no hablar de detener- la facilitación estadounidense de las guerras genocidas de Israel en Gaza y el Líbano.

Pero también prevalecieron otros factores, como la incapacidad de los demócratas de articular algo parecido a un plan para abordar las crisis agravadas en torno a los precios abusivos, el coste de la vida, la vivienda, la autonomía corporal o la atención sanitaria.

Ahora es imposible argumentar que Trump es una aberración. Es tan estadounidense como la tarta de manzana, un producto del sistema de dominación que estructura nuestra sociedad. Si queremos enfrentarnos a una segunda administración Trump, también debemos enfrentarnos a este sistema de dominación, una tarea que requerirá organización, valentía y compromiso.

Así que aquí estamos. Si bien es posible que sientas miedo, ira y desesperación ahora mismo, no es momento de retroceder. Es el momento de dar un paso adelante.

2. Salir a la calle

Las manifestaciones y protestas masivas desempeñan un papel importante a la hora de levantar el ánimo, crear un sentimiento de propósito compartido y mostrar públicamente el poder potencial de los movimientos organizados. Son especialmente importantes en los momentos inmediatamente posteriores a una crisis o a un gran acontecimiento, como el que estamos viviendo ahora.

Pero las manifestaciones no serán suficientes. Durante décadas hemos visto sus límites. Aunque son simbólicamente poderosas, no consiguen crear la influencia necesaria para cambiar drásticamente el curso de los acontecimientos. Para crear esta influencia tenemos que…

3. Organizarnos

Llevemos la energía de las calles de vuelta a casa organizándonos y construyendo poder en las instituciones sociales. Esto puede significar organizar un sindicato en el trabajo, un sindicato de inquilinas en tu bloque de pisos, una asamblea en tu barrio o una organización estudiantil en el centro de estudios.

En los lugares donde ya existen estas organizaciones, nuestra tarea consiste en desarrollar la capacidad de las bases para liderar desde abajo y convertirlas en organizaciones de lucha eficaces.

No nos malinterpretes, ninguna de estas cosas es sencilla o fácil de hacer, ¡esa es la cuestión!

Si queremos crear un apalancamiento material real que pueda hacer frente al momento, luchar contra lo peor de lo que Trump ha planeado, defendernos y, en última instancia, transformar la sociedad de abajo hacia arriba, tenemos que construir organizaciones duraderas que puedan ejercer el poder popular en los lugares donde trabajamos, vivimos o estudiamos. Tenemos que organizarnos para poder…

4. Hacer crecer nuestros movimientos

Como vimos con el primer mandato de Trump, millones de personas buscarán lugares donde canalizar su frustración –muchas estarán abiertas a desarrollar una crítica sistémica del capitalismo y el Estado. Debemos estar preparadas para recibirlas con los brazos abiertos, paciencia y amabilidad.

Rechazando tanto el paternalismo como la falta de estructuras, nuestros movimientos tienen que ser lugares que eduquen y doten a la gente de las herramientas necesarias para luchar eficazmente, a la vez que mantienen estructuras verdaderamente democráticas y de abajo arriba.

No estamos construyendo clubes exclusivos de activistas, sino movimientos de masas combativos que puedan luchar y ganar. Los movimientos sociales y las organizaciones que son verdaderamente acogedores, democráticos y dirigidos por las bases tienen el potencial de…

Protestas cerraron aeropuertos en todo EE.UU. durante la “Muslim Travel Ban” de Trump en 2017.

5. Tener impacto

Los días de acción refuerzan el hecho de que no estamos solas en nuestra indignación. Pero los líderes de las protestas rara vez dirigen esa ira legítima contra las personas e instituciones que desempeñan un papel crucial en el apoyo o la aplicación de políticas represivas.

Durante el primer mandato de Trump, los movimientos sociales aprendieron a concentrar la presión colectiva. Por ejemplo, los cierres masivos de aeropuertos y las fiestas de bienvenida a inmigrantes frustraron su primer intento de prohibir la entrada a población musulmana. Más tarde, miles de personas acamparon frente a las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para exigir el fin de las despiadadas políticas de separación de niñes en jaulas.

Para contrarrestar las políticas represivas de la administración entrante, debemos identificar objetivos estratégicos y obligarles a contar con nuestra fuerza colectiva.

Sin embargo, mientras que las marchas de protesta o incluso las acciones prolongadas pueden perturbar el funcionamiento normal de la sociedad durante un breve período, la organización en los lugares de lucha cotidianos -nuestros lugares de trabajo, barrios y escuelas- puede crear perturbaciones más profundas y prolongadas que realmente tienen impacto. Vimos ejemplos de esto también durante el primer mandato de Trump, donde se experimentó con modelos de asambleas vecinales que tuvieron éxito en la protección de las migrantes al interrumpir la actividad del ICE.

Una vez que hayamos construido la organización y el poder, tenemos que ejercerlo a través del trabajo, el alquiler y las huelgas estudiantiles, así como otras tácticas de confrontación de masas y enfoques que pueden interrumpir los negocios y la política como de costumbre.

Sin embargo, como dijimos al principio, Trump es un síntoma de un sistema de dominación más amplio. Para combatir y, en última instancia, acabar con ese sistema, necesitamos una estrategia a largo plazo para…

6. Consolidar el Poder Popular

Para afrontar este momento, nuestras tareas más inmediatas son construir organización y ejercer el poder mediante tácticas disruptivas. Pero no podemos detenernos allí.

Las interrupciones organizadas nos dan una muestra de nuestro poder real: hacemos que este mundo funcione, y también podemos hacer que se detenga. Pero, ¿cómo sería controlar democráticamente dónde vivimos, trabajamos o estudiamos… para siempre?

A esto lo llamamos poder popular, la capacidad de los movimientos sociales combativos para dar a la gente la influencia necesaria para empezar a ejercer el control sobre sus propias instituciones cotidianas. Construir la organización y el poder para hacer frente a nuestro momento actual es un paso hacia este mayor poder popular.

Militantes de Black Rose / Rosa Negra en una manifestación de apoyo a la liberación de Palestina.

7. Encontrar un hogar político

Si bien las organizaciones arraigadas en los lugares cotidianos de lucha son la primera línea de cualquier movimiento social de masas eficaz, también reconocemos la importancia de tener un lugar donde desarrollar perspectivas políticas, estrategias y tácticas que se extiendan más allá de este momento y hacia un horizonte revolucionario.

Black Rose / Rosa Negra es nuestro hogar político. Elaboramos estrategias conjuntamente para poder actuar juntas, empujando todas en la misma dirección hacia nuestro objetivo final de revolución social y socialismo libertario.

Black Rose/Rosa Negra’s External Education Committee (EEC)

[CAT]

Segon episodi trumpista de la decadència imperialista estatunidenca.

La història succeeix primer com a tragèdia; i després com a farsa.

Volem compartir a continuació les valoracions polítiques elaborades des de la nostra organització germana Black Rose Anarchist Federation als Estats Units. Abans d’això volíem també fer una breu introducció pròpia sobre la victòria de Donald Trump enfront de Kamala Harris en les eleccions estatunidenques. En aquest segon mandat trumpista intermitent com a president dels Estats Units, es produeixen una sèrie de successos que ens porten a afirmar que en un quadrienni el context internacional ha tendit a aguditzar la crisi de l’imperialisme gringo. La Guerra a Ucraïna, el Genocidi a Palestina o les tensions amb la Xina a Taiwan, són escenaris que no estaven oberts en el primer període de Donald Trump. També a Amèrica Llatina, espai tan habitual d’ingerència dels Estats Units, hi ha hagut moviments del tauler com la presidència de Gustavo Petro a Colòmbia, la crisi migratòria a Centreamèrica cap a Mèxic, o l’augment del contrapoder narcotraficant en territoris com l’Equador. És a dir, Donald Trump no es troba el mateix panorama polític de fa quatre anys, sinó un aprofundiment de la decadència imperialista global.

El retorn de Trump en poder bé pugui impactar, pel fet que la seva marxa va deixar un fragorós soroll amb l’assalt al Capitoli d’una extrema dreta que va tenir en el mateix Trump el seu millor baluard per a consolidar aquesta rància tendència antiwoke i conspiracionista. No obstant això, tant les campanyes polítiques com les eleccions estatunidenques no deixen de ser elements amb una enorme performativitat, i a Europa ens arriben alertes sobredimensionades des d’alguns portaveus esquerrans gens revolucionaris sobre el relat de Donald Trump. Evidentment, comporten un perill perquè li fascina fer gatzara efectista per a ovacionar a la ultradreta i discursos políticament incorrectes, és per això que la lluita ha de ser des de la base del poder popular. La seva funció com a president dels Estats Units, no obstant això, no dista en absolut de la funció imperialista que compliria exactament idèntica Kamala Harris, la gran derrotada del Partit Demòcrata. Són tots dos líders les dues cares de l’imperialisme estatunidenc.

Si bé l’estratègia anticapitalista a desenvolupar des d’organitzacions revolucionàries és la mateixa, les tàctiques particularment tenen matisos diferents respecte de l’una o de l’altre. Amb Trump com a president estatunidenc es consolida la impunitat de l’extrema dreta, i és necessari organitzar-se per a presentar-li batalla en tots els nivells polítics. La lluita anticapitalista, el feminisme de classe i la perspectiva antiracista són el veritable cordó de seguretat enfront del feixisme, tant als Estats Units com a Europa. Repliquem el lema de les nostres companyes anarquistes: Don’t panic! Organize!

A través d’aquest enllaç pots accedir a l’article en anglès.

Que no s’estengui el pànic, organitza’t!

Com afrontar el moment del segon mandat de Trump

Donald Trump ha tornat a ascendir a la Presidència. Què hem d’esperar d’un segon mandat de Trump i com hem de respondre?

1. No hi ha més remei que lluitar

L’“elecció” d’aquestes eleccions, com totes, no ens va presentar cap opció: un programa de reacció oberta i l’altre genocidi de cara amable. Així i tot, una victòria de Trump estava lluny de ser inevitable.

Davant l’oportunitat de revisar la seva plataforma, el Partit Demòcrata va canviar a un substitut per un altre sense cap canvi significatiu en la seva posició. Això va ser més evident en la voluntat de Biden i, més tard, de Harris de sacrificar els vots de la població musulmana i àrab en negar-se fins i tot a alentir -per no parlar de detenir- la facilitació estatunidenca de les guerres genocides d’Israel a Gaza i al Líban.

Però també van prevaler altres factors, com la incapacitat dels demòcrates d’articular alguna cosa semblant a un pla per a abordar les crisis agreujades entorn dels preus abusius, el cost de la vida, l’habitatge, l’autonomia corporal o l’atenció sanitària.

Ara és impossible argumentar que Trump és una aberració. És tan estatunidenc com el pastís de poma, un producte del sistema de dominació que estructura la nostra societat. Si volem enfrontar-nos a una segona administració Trump, també hem d’enfrontar-nos a aquest sistema de dominació, una tasca que requerirà organització, valentia i compromís.

Així que aquí estem. Si bé és possible que sentis por, ira i desesperació ara mateix, no és moment de retrocedir. És el moment de fer un pas endavant.

2. Sortir al carrer

Les manifestacions i protestes massives exerceixen un paper important a l’hora d’aixecar l’ànim, crear un sentiment de propòsit compartit i mostrar públicament el poder potencial dels moviments organitzats. Són especialment importants en els moments immediatament posteriors a una crisi o a un gran esdeveniment, com el que estem vivint ara.

Però les manifestacions no seran suficients. Durant dècades hem vist els seus límits. Encara que són simbòlicament poderoses, no aconsegueixen crear la influència necessària per a canviar dràsticament el curs dels esdeveniments. Per a crear aquesta influència hem de…

3. Organitzar-nos

Portem l’energia dels carrers de tornada a casa organitzant-nos i construint poder en les institucions socials. Això pot significar organitzar un sindicat a la feina, un sindicat de llogateres al teu bloc de pisos, una assemblea al teu barri o una organització estudiantil al centre d’estudis.

Als llocs on ja existeixen aquestes organitzacions, la nostra tasca consisteix a desenvolupar la capacitat de les bases per a liderar des de baix i convertir-les en organitzacions de lluita eficaces.

No ens malinterpretis, cap d’aquestes coses és senzilla o fàcil de fer, aquesta és la qüestió!

Si volem crear un palanquejament material real que pugui fer front al moment, lluitar contra el pitjor del que Trump ha planejat, defensar-nos i, en última instància, transformar la societat de baix cap amunt, hem de construir organitzacions duradores que puguin exercir el poder popular en els llocs on treballem, vivim o estudiem. Hem d’organitzar-nos per a poder…

4. Fer créixer els nostres moviments

Com vam veure amb el primer mandat de Trump, milions de persones buscaran llocs on canalitzar la seva frustració –moltes estaran obertes a desenvolupar una crítica sistèmica del capitalisme i l’Estat. Hem d’estar preparades per a rebre-les amb els braços oberts, paciència i amabilitat.

Rebutjant tant el paternalisme com la falta d’estructures, els nostres moviments han de ser llocs que eduquin i dotin a la gent de les eines necessàries per a lluitar eficaçment, alhora que mantenen estructures veritablement democràtiques i de baix a dalt.

No estem construint clubs exclusius d’activistes, sinó moviments de masses combatius que puguin lluitar i guanyar. Els moviments socials i les organitzacions que són veritablement acollidors, democràtics i dirigits per les bases tenen el potencial de…

Protestes van tancar aeroports arreu dels EUA durant la “Muslim Travel Ban” de Trump en 2017.

5. Tenir impacte

Els dies d’acció reforcen el fet que no estem soles en la nostra indignació. Però els líders de les protestes rares vegades dirigeixen aquesta ira legítima contra les persones i institucions que exerceixen un paper crucial en el suport o l’aplicació de polítiques repressives.

Durant el primer mandat de Trump, els moviments socials van aprendre a concentrar la pressió col·lectiva. Per exemple, els tancaments massius d’aeroports i les festes de benvinguda a immigrants van frustrar el seu primer intent de prohibir l’entrada a població musulmana. Més tard, milers de persones van acampar davant de les instal·lacions del Servei d’Immigració i Control de Duanes (ICE, per les seves sigles en anglès) per a exigir la fi de les despietades polítiques de separació d’infants en gàbies.

Per a contrarestar les polítiques repressives de l’administració entrant, hem d’identificar objectius estratègics i obligar-los a comptar amb la nostra força col·lectiva.

No obstant això, mentre que les marxes de protesta o fins i tot les accions prolongades poden pertorbar el funcionament normal de la societat durant un breu període, l’organització en els llocs de lluita quotidians -els nostres llocs de treball, barris i escoles- pot crear pertorbacions més profundes i prolongades que realment tenen impacte. Vam veure exemples d’això també durant el primer mandat de Trump, on es va experimentar amb models d’assemblees veïnals que van tenir èxit en la protecció de les migrants en interrompre l’activitat de l’ICE.

Un cop hàgim construït l’organització i el poder, hem d’exercir-lo a través del treball, el lloguer i les vagues estudiantils, així com altres tàctiques de confrontació de masses i enfocaments que poden interrompre els negocis i la política com de costum.

No obstant això, com dèiem al principi, Trump és un símptoma d’un sistema de dominació més ampli. Per a combatre i, en última instància, acabar amb aquest sistema, necessitem una estratègia a llarg termini per a…

6. Consolidar el Poder Popular

Per a afrontar aquest moment, les nostres tasques més immediates són construir organització i exercir el poder mitjançant tàctiques disruptives. Però no podem detenir-nos allà.
Les interrupcions organitzades ens donen una mostra del nostre poder real: fem que aquest món funcioni, i també podem fer que es detingui. Però, com seria controlar democràticament on vivim, treballem o estudiem… per sempre?

Això li diem poder popular, la capacitat dels moviments socials combatius per a donar a la gent la influència necessària per a començar a exercir el control sobre les seves pròpies institucions quotidianes. Construir l’organització i el poder per a fer front al nostre moment actual és un pas cap a aquest major poder popular.

Militants de Black Rose / Rosa Negra en una manifestació de suport a l’alliberament de Palestina.

7. Trobar una llar política

Si bé les organitzacions arrelades en els llocs quotidians de lluita són la primera línia de qualsevol moviment social de masses eficaç, també reconeixem la importància de tenir un lloc on desenvolupar perspectives polítiques, estratègies i tàctiques que s’estenguin més enllà d’aquest moment i cap a un horitzó revolucionari.

Black Rose / Rosa Negra és la nostra llar política. Elaborem estratègies conjuntament per a poder actuar juntes, empenyent totes en la mateixa direcció cap al nostre objectiu final de revolució social i socialisme llibertari.

Black Rose/Rosa Negra’s External Education Committee (EEC)

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