
En el siguiente texto os presentamos un proyecto de transformación de la educación desde una perspectiva feminista e interseccional realizado en Catalunya, donde que desarrolla un grupo de familias, trabajadoras de la educación y personas implicadas en diferentes luchas sociales. Dicho proyecto surge en un contexto de oposición a los recortes en educación y las desigualdades arraigadas en el sistema educativo catalán. La idea era, y es, fomentar comunidades educativas donde las voces de todas sean escuchadas en un entorno de colaboración y aprendizaje mutuo y donde se ponga en valor el trabajo y las aportaciones de las mujeres y de todas las identidades disidentes. Para ello se realiza una serie de encuentros y jornadas que agrupan a educadoras, familias y alumnado en el marco de la lucha feminista y de la diversidad, buscando siempre el empoderamiento de las involucradas.
En las Escoles Feministes participa militancia de Embat (Organització Llibertaria de Catalunya), haciendo de este espacio un proyecto central de su ámbito educativo de inserción social. Estas Escoles Feministes organizan diversos encuentros a lo largo del año, para poder perfilar e interconectar agentes de la comunidad educativa.
Los encuentros mencionados se consolidan como espacios donde compartir experiencias y reflexionar sobre la educación desde un enfoque feminista y de diversidad. Estamos hablando de jornadas de, entre 200-400 personas, en los que se desarrollan talleres, charlas y debates que permiten a las participantes conectar con otras experiencias de lucha por la equidad y la transformación social. Las jornadas han evolucionado y se han adaptado a las circunstancias, incluyendo la interrupción causada por la pandemia de COVID-19, que obligó a la organización a repensar su formato y dinámicas de trabajo.
Uno de los pilares fundamentales del proyecto, y objetivo principal, es el de generar un cambio significativo en el sistema educativo, mediante la creación de un ambiente en el cual se escuchen las voces de quienes ocupan las aulas: alumnado y docentes. A través de un enfoque cooperativo, las participantes promueven que las iniciativas surjan desde la base y no desde imposiciones institucionales, asegurando así que las experiencias compartidas reflejen verdaderamente las necesidades y deseos de la comunidad educativa.
La voz del alumnado
Además, se pone de manifiesto la influencia de la interseccionalidad en la enseñanza feminista, abordando cómo se busca integrar esta perspectiva en las diferentes actividades educativas. El proyecto se esfuerza por ser un punto de encuentro inclusivo, donde todas las personas, con toda su diversidad, puedan participar y relacionarse en el aprendizaje colectivo. En este sentido, la voz del alumnado es esencial, y se les anima a involucrarse en el proceso educativo, contribuyendo con sus ideas y sentires, de modo que se conviertan no solo en receptores de conocimiento, sino en agentes activos del cambio.
La articulación de un proyecto así es interesante, dado que incluye una estructura de comisiones de estudiantes que se pretende que a actúen como facilitadoras del trabajo colaborativo entre distintos centros educativos. Se busca que la vivencia de situaciones comunes en diferentes contextos fomente la solidaridad y la colaboración entre el estudiantado, que puedan definir conjuntamente acciones que busquen reivindicar sus derechos en el ámbito educativo.
Desde nuestra perspectiva, es clave que estos encuentros permitan que la juventud adquiera herramientas para su autoorganización, creando redes comunes y fortaleciendo la lucha contra las violencias y el acoso que sufren en sus centros de enseñanza.
También hay que destacar la importancia de las experiencias compartidas entre profesionales de la educación, quienes se agrupan para discutir sus inquietudes y desafíos. Este intercambio permite a las docentes identificar sus necesidades y los cambios que desean implementar en sus aulas, fortaleciendo así el tejido de apoyo mutuo. La organización del evento enfatiza la idea de que ninguna está sola en su lucha; un aspecto crucial en un contexto educativo en el que muchas veces el desafío puede hacernos sentir abrumadas.
Empoderamiento
Desde una perspectiva de empoderamiento, se invita a los y las participantes a reflexionar sobre su propio proceso de enseñanza-aprendizaje y a considerar las maneras en que pueden contribuir a la construcción de una educación equitativa, justa, solidaria, transformadora y rebelde. Esto no solo se refiere al acceso a contenido educativo, sino también a la creación de un ambiente emocional y social seguro para todas las estudiantes. La relación entre las Escoles Feministes y los entes institucionales se aborda con cautela, dado que el objetivo es evitar que se conviertan en meros promotores de agendas externas que puedan diluir el compromiso educativo y los valores fundamentales del proyecto.
Insistimos en que, si bien hay disposición por parte de algunas instituciones para colaborar, el foco principal debe ser el bienestar de las comunidades educativas y la emergencia de sus voces, sin dejarse influir por cuestiones burocráticas o intereses ajenos. Esta perspectiva reafirma el compromiso de que el trabajo debe ser desde la base, asegurándose de que las iniciativas educativas surjan de la experiencia colectiva y real de quienes participan. En este sentido, aparece como un objetivo primordial el promover un enfoque de educación que potencie la interseccionalidad y el cambio social a partir de la vivencia cotidiana en entornos educativos.
El proyecto también contempla una mirada hacia el futuro con la posibilidad de replicarse en otros contextos, lo que podría favorecer la creación de una red que vincule a distintas comunidades interesadas en la educación feminista. Con ello, se manifiesta un deseo de que estas experiencias educativas en contextos específicos puedan servir de inspiración a otros lugares y se conviertan en una referencia dentro del ámbito educativo feminista.
Desde Embat queremos que resuene un eco de esperanza y solidaridad, enfatizando que aunque el camino es arduo, la unión y el trabajo colectivo han demostrado ser la clave para enfrentar las adversidades. Las Escoles Feministes representa como una esperanza viva dentro del panorama educativo, donde la comunidad se planta como un espacio de lucha y también de celebración de los logros alcanzados. El empoderamiento y la creación de redes entre profesionales, familias y estudiantado son fuerzas cruciales para un cambio real hacia una educación inclusiva, equitativa y transformadora, lo cual es vital para el desarrollo de las generaciones presentes y futuras.
Conclusión
En conclusión, queremos que quede claro que, la educación feminista es una estrategia poderosa que busca transformar la estructura educativa para hacerla más inclusiva, participativa y libre de violencias. El proyecto resalta la importancia de la colaboración, el intercambio de experiencias y la necesidad de mantener un compromiso constante con la justicia social. Se busca que cada persona involucrada, desde educadoras hasta estudiantes y familias, puedan contribuir a la construcción de un futuro que abrace la diversidad, la equidad y la justicia social, en un espacio donde todo el mundo tenga un papel relevante y se sienta escuchado. Sin duda, estos son espacios necesarios para poder construir un sistema educativo capaz de atender las necesidades de todos los agentes involucrados, siendo un desafío constante que requiere del esfuerzo y la dedicación de todas.
Si estás interesada en saber más puedes seguir el proyecto:
• https://www.escolesfeministes.org
• https://www.instagram.com/escoles.feministes/
