En los últimos días la policía fascista de Atenas ha detenido a más de un centenar de compañeres anarquistas que defendieron con admirable dignidad las okupas de Villa Amalias y Skaramanga. La primera, con más de dos décadas de servicio libertario, construyendo tejido social en el barrio, ofreciendo cultura libre y crítica, sirviendo como punto de encuentro para las personas libertarias de todo el mundo, fue doblemente asediada por los matones a sueldo del Estado griego.
Villa Amalias tras ser asaltada por la policía volvió a ser re-okupada con heroica valentía aprovechando que las fuerzas represoras del Estado se “entretenían” con una sustancial masa de anarquistas que protestaban y resistían en las afueras. Pero me temo que no duró demasiado, ni durará, pues si el Estado griego quiere ahora tirar abajo Villa Amalias usando su policía fascista—el adjetivo no es gratuito, todes sabemos las conexiones de la policía ateniense con el partido nazi Amanecer Dorado—es porque está asustado. Nos tienen miedo.
Y esto significa que lo estamos haciendo bien. Que la resistencia al capitalismo y al Estado opresor está funcionando. De otra forma no hubieran esperado veintidós años para cerrar Villa Amalias, pues los negocios y especulaciones con el inmueble que okupa siempre han estado ahí, presentes bajo la sombra de los avaros capitalistas.
Saben que es el movimiento anarquista en toda Grecia el que planta cara a los nazis que el Estado usa para suprimir las voces que se alzan en contra de sus medidas de ajuste económico. Saben que son libertarias y libertarios los que salen a la calle, sin miedo y con decisión, a parar los pies a los matones fascistas que apalean inmigrantes y homosexuales. Saben que somos nosotres, y no lxs comunistas que mucho hablan pero poco hacen en Grecia, quienes salimos a las calles a decir “¡ya basta!”, a defender la libertad del género humano en nuestros intentos de recuperar una dignidad que nos fue arrebatada largo tiempo atrás.
La lucha de les compañeres de Atenas y de toda Grecia es también nuestra lucha. La solidaridad es una de nuestras armas más poderosas, pero no nos confundamos: es solidaridad sincera, porque identificamos su lucha con nuestra lucha, porque identificamos su resistencia con nuestra propia resistencia. El Estado es el Estado sea griego o español. Sus fuerzas represoras son las mismas allá donde vayamos.
Si atacan con tanta fuerza les fascistas es porque lo estamos haciendo bien; porque estamos diciendo las cosas claras dejando sobre la mesa nuestras exigencias, que no pueden ser otras que globales, internacionalistas, y anticapitalistas. Sacarán a las personas de Villa Amalias a base de palos y violencia. Pero no conseguirán jamás sacar la justa rabia de nuestros corazones libertarios.
¡Arriba les que luchan!