(N del T: El sitio web libertario de habla inglesa Libcom.org publicó, entre 2006 y 2009, un conjunto de cinco textos introductorios a distintas teorías político-sociales pertenecientes a la esfera del socialismo libertario: comunismo anarquista, anarcosindicalismo, comunismo de consejos, situacionismo y sindicalismo. Iré publicando, empezando por el primero, la traducción al castellano de cada uno de estos textos, de valor introductorio y formativo.)
El anarcosindicalismo es una de las mayores formas del anarquismo social. La idea detrás del anarcosindicalismo es combinar los métodos económicos del sindicalismo con las políticas revolucionarias del anarquismo. Esto lleva a los anarcosindicalismos a involucrarse desde en pequeños grupos de propaganda hasta en sindicatos revolucionarios masivos, siempre organizados de acuerdo a los principios anarquistas, en unas bases descentralizadas y federadas.
El anarcosindicalismo se desarrolló a partir del sindicalismo revolucionario, sin embargo, mientras que los sindicalistas revolucionarios rechazaron cualquier política en el sindicato (en la Carta de Amiens de 1906), los anarcosindicalistas insistieron en que toda organización de trabajadores debe poseer políticas explícitamente revolucionarias para no caer con el tiempo en el reformismo y la colaboración con la clase dirigente. Tras el apoyo de la central sindicalista revolucionaria CGT a la Primera Guerra Mundial, contra el principio anarquista de solidaridad proletaria internacional, la CNT española votó en 1924 adoptar el comunismo libertario (anarquismo) como meta explícita.
Mientras los anarcosindicalistas abogaban por tácticas similares a las de los sindicalistas, sus políticas revolucionarias no buscaban reclutar a todos los trabajadores en “Un Gran Sindicato”. En lugar de ello, intentaban organizar a los obreros no-anarcosindicalistas abogando por asambleas masivas, comités de fábrica y consejos obreros que unieran a todos los trabajadores. En sus comentarios sobre la Revolución Rusa, el anarcosindicalista ruso GP maximov escribió que:
Es una característica notable de la revolución que a pesar de la más bien pequeña influencia de los anarquistas en las masas antes de su estallido, estas siguieron desde su origen el curso anarquista de la completa descentralización; el cuerpo revolucionario inmediatamente fue empujado por el curso de una revolución que era anarconsindicalista en su carácter esencial. Estos eran del tipo que se prestan como instrumentos adecuados para la rápida realización del ideal anarquista – Sóviets, comités fabriles, comités campesinos y comités vecinales, etc.
En su fundación en 1922, la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) se comprometió al “establecimiento de comunidades económicas y organos administrativos dirigidos por los trabajadores en el campo y las fábricas, formando un sistema de consejos libres sin subordinación a ninguna autoridad o partido político, sin excepción.” En tiempos más recientes, a final de los 80 se vió a la CNT organizar asambleas masivas en el lugar de trabajo y en la comidad durante las luchas del astillero de Puerto Real.
Otro importante elemento del anarcosindicalismo es que no limita su actividad al lugar de trabajo, siguiendo tácticas como la huelga de alquileres y la organización de los desempleados como medios de promover las demandas de la clase trabajadora fuera del lugar de trabajo, junto con la más típicamente sindicalista acción directa de huelgas, ocupaciones y sabotaje por los trabajadores en el lugar de producción.
El objetivo del sindicato anarcosindicalista no solo ganar mejores condiciones. También debe servir como la “escuela elemental del socialismo” (Rudolf Rocker, Anarquismo y Anarcosindicalismo). En este sentido, los sindicatos anarcosindicalistas tienen por objetivo “crear un nuevo mundo sobre la cáscara del viejo” y toman muy en serio la observación de Bakunin de que las organizaciones obreras debían crear “no solo ideas sino también hechos para el futuro” en el periodo pre-revolucionario. la organización del sindicato debe preparar a los obreros para la democracia directa, la autogestión y la ayuda mutua necesarias si la sociedad futura se alcanza.
Los anarcosindicalistas, como todos los comunistas libertarios, “están convencidos de que un orden económico socialista no puede ser creado por decreetos y estatutos de un gobierno, sino solo por… la asunción de la gestión de todas las plantas por los propios productores” (Rocker, ibid.). Los partidos políticos no son solo innecesarios para el cambio social, sino que elr ealidadlo detienen. Estos partidos (incluso los que declaran representar a los trabajadores) sofocan la actividad de la propia clase obrera tratando de negociar con el gobierno o de liderar a la clase obrera hacia la victoria.
Los anarcosndicalistas consideran que los trabajadores deben tomar la acción directa para conseguir mejores condiciones en el trabajo y ganar demandas políticas y sociales (aunque siempre con la revolución y el control obrero como objetivo final). Un ejemplo de esto sería la CNT española (Confederación Nacional del Trabajo) en huelga por la liberación de los presos políticos a comienzos del siglo XX, y los obreros británicos de la construcción haciendo lo mismo en los 70. Otras huelgas políticas recientes incluyen las huelgas contra la Segunda Guerra de Iraq en Italia, España y Alemania.
Entre 1905 y 1939, el anarcosindicalismo se ganó una posición muy destacada en los movimientos obreros de Francia, Italia y España (la CNT jugó el papel dirigente en la Revolución y Guerra Civil Española de 1936-39) así como en Latinoamérica donde el anarquismo fue la fuerza predominante en el movimiento obrero en algunos países (como Argentina, Brasil y, en cierta medida, Perú). Hoy, a pesar de no ser una fuerza tan poderosa como fue una vez, sigue jugando un rol significante en las luchas obreras en algunas zonas de Europa Occidental.