El 27 de enero del 2015, las milicias kurdas declaraban oficialmente la liberación de Kobanê tras algo más de cuatro meses de intensos combates contra el ISIS. Kobanê fue liberada y poco a poco volvía a la ciudad la población civil, aunque la ciudad prácticamente quedó en ruinas y con numerosas minas dejadas atrás por los yihadistas del Estado Islámico por todo tipo de lugares de la ciudad. A partir de esta victoria histórica, la situación se tornó favorable a las YPG/YPJ que rápidamente liberaron los pueblos de alrededor en la operación de liberación del cantón de Kobanê y en la paralela operación Comandante Rubar Qamishlo desde el cantón de Cizîrê por el oeste de éste.
Pronto toda la campiña sur de Kobanê fue siendo progresivamente liberada, así como por el este. Se iba avanzando en todas las direcciones. De esta manera, igualmente fueron siendo liberadas sucesivamente ciudades muy importantes que se encontraban en manos del Daesh –ISIS en árabe–, como son Tel Abyad (Gire Spi), Til Temir o Til Berak, o la más reciente Sarrin, que terminó liberada completamente el pasado 27 de julio. También fueron limpiados de presencia del ISIS y asegurados el monte Kezwan (Abdul Aziz), la estratégica región de Alya o muchos pueblos asirios ocupados por los terroristas. También fueron liberados antiguos lugares de la población árabe como Mabrouka, Dahma y las poblaciones cercanas.
Cientos de aldeas, pueblos, campos y granjas han sido liberadas, y con ellas cientos de personas que tenían que padecer el intento de califato del Estado Islámico. Asimismo, miles de miembros del ISIS han caído en combate bajo el fuego de las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG).
El ISIS se ha topado sin duda con un enemigo que no se podía imaginar que le fuera a oponer semejante resistencia en el campo de batalla. En todo este año, no ha pasado un solo día en el que las YPG/YPJ no hayan tenido que enfrentarse a los ataques del Estado Islámico en los cantones de Kobane y/o Jazira (Cizire), repeliendo efectivamente todas las oleadas. Como se puede observar en este mapa de Siria que refleja las ganancias (verde) y pérdidas (rojo) territoriales del Daesh en el país en el último mes de junio, es en la zona de Rojava donde han perdido más terreno sin lugar a dudas (al norte).
Como resultado de la exitosa campaña kurda contra el Estado Islámico, éste intentó levantar de nuevo la moral de sus miembros lanzando una gran ofensiva sobre la ciudad de Hasakah, al sur de Qamishlo –la ciudad más grande del cantón de Cizire–, donde coexisten fuerzas de las YPG y las YPJ (pues en la ciudad hay un número considerable de barrios y población kurda) y fuerzas del régimen de Al Assad –entre las cuales hubo enfrentamientos armados por presiones de los militares del régimen sirio en las zonas kurdas–. Para ello enviaron una ingente cantidad de yihadistas provenientes de Iraq, Homs, Jarabulus, Minbij, Raqqa y el resto de áreas bajo su ocupación en un intento desesperado por tratar de cambiar el rumbo de la guerra en Siria. De la misma manera se lanzaron ofensivas sobre el Monte Kezwan, la región de Alya y las ciudades de Ein Issa y Sarrin, resultando en la resistencia y victoria a día de hoy de las autodefensas populares kurdas.
No está siendo un camino fácil. En los 65 días de la operación Comandante Rubar Qamishlo, concluida hace unas semanas, 118 milicianes de las YPG/YPJ cayeron en combate frente a los terroristas del Estado Islámico.
No obstante, y a pesar de las bajas, se han conseguido avances enormemente significativos y la liberación de una parte muy importante del territorio del norte de Siria. En una de las operaciones de liberación, la de la ciudad de Tel Abyad, se produjo un singular acontecimiento: el asedio y asalto a la ciudad se dio por el oeste por parte de las fuerzas del cantón de Kobane, mientras que por el este les milicianes del cantón de Cizire hacían lo propio, resultando en que, el pasado 23 de junio, ambas fuerzas se encontraron al sur de la ciudad, uniendo oficialmente ambos cantones y llevando con ello a cabo un hito de importancia mayor en el desarrollo de la guerra, pues la conexión entre los cantones de Kobane y Cizire permite ya un fluido paso de recursos, así como de personas e información, que antes no era posible, y siendo el cantón de Cizire el que produce mayor cantidad de provisiones de toda Rojava, mientras que Kobane es sin lugar a dudas el cantón más afectado y devastado por las fuerzas terroristas del Estado Islámico, esto está permitiendo ya un respiro y mejora de las condiciones de vida de la población residente en el cantón de Kobane, pero también de la de Cizire, por supuesto.
En la siguiente infografía se puede ver las fuerzas que combaten en el bando de Rojava en la campaña por la toma de Tel Abyad:
La toma de Tel Abyad y la unión de estos dos cantones supuso además un duro golpe para el Daesh, puesto que les cortaba una importante vía de suministro desde la frontera turca hacia Raqqa, cuartel general del Daesh. Unos días más tarde de estos acontecimientos, se producen en Túnez, Francia, Kuwait y en otras ciudades más una serie de atentados yihadistas, en el que se incluye uno realizado en Kobanê causando más de 200 muertes civiles, ataque que fue perpetrado por terroristas del Daesh que cruzaron la frontera desde Turquía hasta la ciudad.
En los primeros días de julio, Turquia declaraba en los medios sobre crear una zona de seguridad en Siria para evitar que el Daesh alcance sus fronteras. Para ello, iniciaría diálogos con Irán para llevarlo a cabo. En principio solo era una posibilidad, y con ese pretexto, pretendian impedir una posible unión de los tres cantones de Rojava. Efrin es el cantón más occidental y hay actualmente una separación de unos 100 km con respecto al cantón de Kobanê, cuyo frente se estabilizó en el río Éufrates, como se puede observar en el siguiente mapa donde se reflejan los distintos territorios controlados por los actores en este conflicto en Siria.
El 20 de julio, unas activistas de la Federación de Asociaciones de Juventudes Socialistas (SGDF) llegaron a la localidad de Suruç cerca de la frontera con Siria para partir hacia Kobanê y ayudar a su reconstrucción. Antes de cruzar la frontera, hubo una rueda de prensa que tuvo lugar en el jardín del Centro Cultural Amara y en mitad de ésta, se produjo un atentado suicida-bomba que acabó con la vida de 32 jóvenes activistas e hirió a otras 100. Sobre esta masacre no se tuvo claro quiénes fueron los autores del atentado, algunas apuntan al Daesh, otras, a agentes del gobierno turco. Unos días más tarde, Turquía instrumentalizaría esta masacre para lanzar unas operaciones militares contra el movimiento kurdo tanto dentro del Estado como en Siria, quebrantando de nuevo el proceso de paz del que llevaba la iniciativa el PKK. A nivel mediático, Erdogan anunciaba una ofensiva contra el Daesh tanto en operaciones policiales dentro del territorio turco como entrar en Siria para atacar posiciones yihadistas, a lo que también puso sus bases aéreas a disposición de la OTAN y la coalición contra el ISIS liderada por EEUU. Poco después, se descubrió que fue una represalia contra el movimiento kurdo y la izquierda turca, pues la gran mayoría de las detenidas eran kurdas y marxistas. A su vez, el Ejército turco bombardeó unas bases del PKK en Iraq, a lo que el PKK respondió con ataques a comisarías turcas, dejando claro que se acabaron los diálogos para la paz con el gobierno. Estos ataques al PKK recibieron la aprobación de Obama puesto que este partido todavía sigue en la lista de organizaciones terroristas. En ningún medio se menciona la complicidad entre el Daesh y Erdogan, algo que sabíamos desde que el Estado Islámico inició una ofensiva contra Kobanè. Turquía no dio ningún giro radical a su política de relaciones con el Daesh: ofreciendo apoyo logístico, comprando el petróleo de contrabando a la vez que atendía en hospitales clandestinos a militantes yihadistas heridos en combate.
Turquia utilizaba al Estado Islámico como marioneta en su política genocida contra la etnia kurda y su movimiento, creyendo que este grupo terrorista podría acabar con el movimiento kurdo en Siria, por eso les daba ayudas de todo tipo, con el fin de que los yihadistas hiciesen el trabajo sucio de liquidar al pueblo de Rojava. No obstante, al ver tantas pérdidas ante las YPG/YPJ principalmente, el gobierno de Ankara encontró ahora la situación perfecta para intervenir directamente.
A partir de entonces, Turquía pasa a ser otro actor en el conflicto e Irán parece que no intervendrá. La excusa del cordón de seguridad fue planeado para que el cantón más occidental, Efrin, no pudiera conectarse con el resto de Rojava, ya que eso supondría una gran victoria para el Movimiento de Liberación Kurdo a la vez que cortaría los suministros e intercambios con el Daesh en la frontera turca. Mientras, continúan los bombardeos a las bases del PKK en Iraq y comienza a haber choques con las YPG e YPJ en los alrededores del río Eufrates.
Sin duda, el escenario que se plantea actualmente para Rojava y el Movimiento de Liberación Kurdo no es para nada halagüeño: miles de detenciones contra militantes en Turquía, asesinato indiscriminado de activistas en las manifestaciones en la calle, bombardeo continuado de las bases, campamentos y pueblos del PKK en Iraq, y un deseo para nada oculto del Gobierno filoyihadista de Erdogan de acabar con toda rebelión asociada al Kurdistán. El hecho de que las YPG/YPJ sean aliados formales de EEUU en la lucha internacional contra el Estado Islámico les brinda cierta protección que, por ahora, les está sirviendo para no ser un objetivo más de los cazas turcos, pero, a fin de cuentas y como los y las kurdas bien saben, ellos/as no son más que un instrumento de los EEUU (al igual que ellos y ellas utilizan a los EEUU como un instrumento), y esto no va a durar eternamente. El quid de la cuestión reside en si nuestras compañeras y compañeros revolucionarios kurdos van a ser capaces de forjar alianzas inteligentemente y dar los pasos necesarios para seguir prolongando su experimento autogestionario, feminista y ecológico, o si no lo serán. Hasta ahora la práctica nos ha demostrado que sí. Esperemos que así siga siendo.
Lus y Luisle