Descanse en paz la hija de la tierra,
aquella que fue asesinada por las balas con el símbolo del dólar.
Descanse en paz la voz de la sombra amanecida,
aquella que recorre como un rayo fulminante la codicia de los ricos.
Descansa en paz mientras tu sangre indígena se vierte sobre nosotros.
ETIQUETADO:
Berta Cáceres, Indigenismo, Poesía