Reflexiones sobre el autoempleo cooperativo, la estrategia política ecosocial y la imposibilidad de transformar el sistema desde las instituciones.
A modo de síntesis y siendo conscientes de la sociedad en la que vivimos, decir que desde mi punto de vista, existen dos problemas fundamentales:
1) ver en la política profesionalizada, y por lo tanto en los partidos políticos, la única vía posible para transformar la sociedad, NO siendo conscientes de todas las situaciones negativas y de contra-cambio que se desarrollan en dichas estructuras de poder.Son dos fundamentalmente las problemáticas que rodean a este lobby:
1a) en primer lugar podríamos hablar del problema que significa que “tus lentejas” dependan de la política profesionalizada.
1b) en segundo lugar y en relación con lo primero, dicha situación de dependencia provoca que el programa de cambio en materia económica que “pretendes aplicar en el papel”, se vea frustrado en la práctica por las presiones a las que te somete el régimen con todas sus herramientas, tanto legales como mediáticas.
Llegados a este punto, es cuando el cargo público se encuentra ante dos opciones, o bien dimitir por sus convicciones de cambio y transformación económica, o por el contrario, adaptarse y dejar que el sistema le asimile como parte de su estructura y engranaje, ya que no olvidemos y como decía al principio, ”sus lentejas”, ahora dependen de la política profesionalizada (obviamente hablo de aquell@s que dicen presentarse con el anhelo de superar el sistema capitalista).
2) la ausencia de autoempleo y redes de consumo y producción, al igual, que la dificultad de acceder a servicios básicos autogestionados en materia de educación o sanidad en los diferentes pueblos, ciudades y comarcas.
Dicha situación, nos deja a merced de su sistema en todas las esferas o escalas sociales, tanto en la socio-política como en la socio-económica. Por otro lado y a modo de reflexión, es preocupante aunque comprensible, debido a la ausencia de redes alternativas a la institución estatal, que muchos de los proyectos de economía social se encuentren bajo el paraguas de las subvenciones y proyectos que ofrecen los “supuestos ayuntamientos del cambio”.
Lo relatado en el párrafo anterior provoca que estos ayuntamientos con una mano sigan alimentando a el sistema consumista- ya que no pueden acabar con el capitalismo en su ciudad desde las instituciones, como mucho anhelar o intentar aplicar un sistema mixto de corte keynesiano- y con la otra mano, dando dinero a la economía social como fuente de experimentación, nunca, como motor primario de la producción de bienes y servicios; dicha apuesta conllevaría caminar hacia el decrecimiento, y de esto, no están por la labor ni Podemos, ni la ya casi extinta Izquierda Unida.
Con este panorama solo nos queda organizarnos y organizarnos, el sindicalismo combativo y de clase debe y tiene que entender que no sirve sólo con defender a las clases populares en los centros de trabajo- centros de trabajo que se rigen por las reglas de consumo y producción del sistema capital-productivista-, por tal motivo, es imperativo y urgente crear una red de trabajo cooperativo, red de redes, que tenga como objetivo principal sacar a las mayorías sociales de las actuales relaciones y condiciones laborales.
Desengrasar y descapitalizar al sistema Estado-Banca desde la independencia económica , esa debe ser nuestra principal pretensión en este siglo XXI. Dicha labor que para nada es sencilla, no se soluciona tomando únicamente los medios de producción , si no que por el contrario, se solucionaría desde mi punto vista, repensando el sistema productivo, rompiendo con el productivismo y construyendo una sociedad ecosocial y libertaria que tenga en cuenta los límites del planeta, al igual, que las desigualdades que se dan en el consumo y aprovechamiento de los recursos naturales entre los pueblos del mundo, llegados a este punto, es más que evidente que el único camino posible lo representa una revolución integral que camine hacia el decrecimiento. Para ello lanzo la siguiente reflexión:
¿Sí repensáramos la estrategia e intentáramos ir por delante del Estado-Banca en la creación de un contra-poder que generará trabajo y saliera de su cadena de consumo y producción, no estaríamos en ese momento en situación de afirmar, que hemos ejecutado un golpe certero a la hidra capitalista que nos somete?
Dicha pregunta es un elemento que necesitamos trabajar en los movimientos sociales aprendiendo de los errores y creando una coyuntura donde la estrategia se enfoque a desenmascarar su violencia, represión y falta de ética, y a la vez, construyendo un escenario en todos los pueblos y comarcas donde las cooperativas, los grupos de consumo y las redes ecosociales tengan la capacidad de gestionar la sociedad desde la horizontalidad y la política desprofesionalizada, si somos capaces de llegar a este punto no debemos tener duda alguna, de que en ese preciso momento , estaremos rompiendo gran parte de la dominación y el control que ejerce sobre nosotros/as el Estado y el capital.
Este texto es un manifiesto y una llamada a la acción, más que una reflexión que anhele morir en el papel o vivir únicamente en la palabra y no en el hecho, por ello, con estas líneas pretendo que comience un proceso de dialogo y de unión de las desunidas, donde aquellas libertarias, ecologistas y feministas insumisas nos replanteemos ,que aunque a día de hoy, seamos todo eso en nuestra vida privada e incluso en nuestras organizaciones, una vez fuera de estos ámbitos, no somos más que carnaza laboral que o trabaja para el capital o para el propio Estado en sus diversas esferas de control (administrativos, técnicas, electricistas etc..)-solo un pequeño porcentaje de la población consigue vivir de un proyecto de autoempleo y autogestión, proyectos, que en la mayoría de los casos se encuentran desprovistos de redes de apoyo mutuo-.
El diagnóstico es claro y severo, sin la creación de autoempleo cooperativo no hay futuro posible, y en esa reflexión deberíamos de trabajar todas las organizaciones y personas que queremos caminar hacia la creación de una sociedad sin Estado ni Banca. La cura para dicha enfermedad diagnosticada es clara, volver a entender el sindicalismo como lo entendía la CNT en los años 30 del pasado siglo, donde dicha organización creo una estructura en diferentes ámbitos de la vida que generaban una alternativa de servicios y empleo al aparato estatal, dicha cura debe ir acompaña de dos elementos fundamentales en el siglo XXI ,en primer lugar, la lucha contra el heteropatriarcado ,y en segundo lugar y como elemento irrenunciable, la defensa del territorio. Por ello, la ecología social y el feminismo son dos ingredientes básicos de esa fórmula que se liga con las ideas libertarias.
“Nuestra propuesta de cambio político, social y económico es claramente pacífica, feminista y eco-autosustentable con los ecosistemas y los seres vivos que en ellos habitan,será por lo tanto el Estado y la banca, quienes tendrán que decidir como luchan contra un nuevo orden social que nosotras hemos decidido proponer desde la no violencia y la estrategia política”
“Las libertarias no estamos en contra de la creación de una organización que promueva, genere y organice el trabajo, consumo o los servicios sociales, si no que por el contrario, estamos en contra de las formas coactivas, verticales y represivas de organización”