Autor original: Florence Bateson
Traducción por: Verónica Larraz
Vídeo por: El Cosaco
Artículo original: Gendered alternatives: the role of women in peace and security in Rojava
Aunque las normas tradicionales de género pueden reforzarse durante los conflictos armados (los hombres adoptan roles de lucha y las mujeres el papel de los cuidados) es en ese momento cuando las mujeres se ven obligadas a asumir roles que no les son asignados estereotípicamente y por tanto, cuando se puede crear un cambio en la dinámica de género. Para las mujeres, un conflicto puede ser por tanto un lugar de subyugación o de nuevas posibilidades, que presenta obstáculos y oportunidades.
Comúnmente, las mujeres en conflictos son retratadas como mujeres sin poder, viudas, cuidadoras, pacificadoras, y refugiadas. A estas mujeres involucradas activamente en la lucha o bien son juzgadas cómo mujeres que desafían las normas culturales o bien son a menudo mitificadas como valientes –pero atípicos – guerreros. Estos retratos menosprecian las contribuciones estructurales que las mujeres realizan durante los conflictos y en los esfuerzos de paz y reconstrucción. Este proyecto de investigación contribuye al creciente volumen de publicaciones y políticas que focalizan en la influencia de las mujeres durante los conflictos.
La región a estudiar es Rojava. Rojava significa “Oeste” en kurdo, y se refiere a las áreas autoadministradas del norte de Siria. Desde 2014 ha habido un enorme influjo de atención periodística en la región, especialmente debido a las luchadoras kurdas de las YPJ[1] (Unidades femeninas de protección) que están luchando contra Daesh (EI[2]). Esta investigación surgió del deseo de entender a las mujeres de Rojava más allá de lo presentado en los medios. Mucha literatura sobre Rojava era o bien increíblemente crítica o bien sucumbía en elogios, comprobándose que existe muy poca evidencia empírica sobre la realidad de las mujeres que viven allí.
Con respecto a las políticas, existe una narrativa común de los estados occidentales para apoyar a mujeres en zonas de conflicto, sin embargo en Rojava hay un conocimiento limitado sobre lo que los roles de las mujeres suponen, y por ello, cómo las políticas deben adaptarse mejor a sus necesidades. Además, hay una tensión entre, por un lado, la demanda de varios actores políticos, ONGs y grupos activistas que apoyan a las mujeres en Rojava y, por otro lado, la duda entre los responsables políticos holandeses e internacionales de comprometerse con iniciativas lideradas por mujeres debido a la preocupación por sus intereses políticos, y la fiabilidad y la inclusión de estas iniciativas. Esta tensión está ligada con un problema más importante que los responsables políticos enfrentan hoy en día, en concreto, si pueden comprometerse con actores no estatales que gobiernan de facto ciertas áreas, y cómo pueden hacerlo. Como explicaremos, Rojava desafía las ideas predominantes centradas en el Estado, el sistema de autoadministración en marcha llega a criticar activamente el modelo de estado por alimentar la opresión y la mentalidad patriarcal. La ayuda al desarrollo se realiza normalmente entre Estados, y a menudo se ignora que en muchos países frágiles y afectados por conflictos, los actores no estatales juegan un papel crucial en la gobernanza local, los servicios sociales y la seguridad. Estas son las bases sobre las cuales hemos construido esta investigación.
Rojava, Syria
Primero, es necesario explicar brevemente qué es y dónde está Rojava. Rojava es una región multiétnica y multireligiosa en el norte de Siria, gobernada de facto por la Autoadministración – un sistema implementado por el mayor partido político kurdo, el Partido de Unión Democrática (PYD[3]). Al inicio de la revolución siria, muchas de las fuerzas de al-Assad se retiraron del norte para focalizar su atención militar en las partes más necesitadas del país. Esto permitió al PYD, quienes ya estaban organizados, tomar el control de gran parte de la región. Implementaron un sistema de gobierno de abajo hacia arriba, basado en los escritos de Abdullah Ocalan, el líder del PKK kurdo encarcelado. El PKK está registrado como organización terrorista por Turquía, la OTAN, y muchos países occidentales. Es importante dentro del sistema de autoadministración, el papel fundamental que las mujeres deben desempeñar en la gobernanza local, ofreciendo seguridad y servicios sociales.
Históricamente, en Siria (como en otros países de alrededor), el pueblo kurdo ha sido discriminado en favor de sus vecinos árabes. Por eso, cuando tuvieron la oportunidad de recuperar su cultura, su lengua y su patrimonio, gran parte de la población kurda en Rojava aprovechó su recién descubierta libertad. Como resultado, desde 2013, las escuelas han introducido la enseñanza en lengua kurda, se celebran las festividades kurdas públicamente, y se han abolido las leyes basadas en la Sharia. A pesar de que esto es un desarrollo positivo para la población kurda, la autoadministración ha sido acusada de discriminación contra otras etnias, y aquellos con afiliaciones políticas diferentes.
Metodología
Investigadores de la Universidad de Utrecht junto con un grupo de investigadores locales realizaron más de cien entrevistas basadas en un enfoque de investigación cualitativo, en el cantón Cizîrê de Rojava. En el Kurdistán iraquí, y en Holanda con civiles árabes, kurdos y cristianos, oficiales de diferentes partidos kurdos, personal humanitario, y responsables políticos. Esta investigación pretendía explorar tres cuestiones: primero, cuales son las amenazas a las que se enfrentan las mujeres en Rojava; Segundo, cuáles son los roles multifacéticos que las mujeres juegan en los ámbitos de la gobernanza, los servicios sociales, y la seguridad; y tercero, cómo las actuales políticas holandesas e internacionales pueden adaptarse para satisfacer de forma más adecuada las necesidades de las mujeres. (A continuación) Se presentan, de forma breve, las conclusiones.
Conclusiones
En primer lugar, este informe demuestra que las mujeres en el cantón Cizîrê de Rojava se enfrentan a varias amenazas. Las amenazas identificadas como más importantes por los entrevistados son la violencia física debida a la guerra constante, y a una carencia de recursos debido a la debilidad de la economía. La violencia sexual y de género (VSG) y una falta de asistencia sanitaria han sido vistas también como amenazas importantes, y en menor grado están las inquietudes relacionadas con la educación, la etnicidad, la afiliación política y las normas sociales así como las tradiciones. Es vital que los responsables políticos entiendan adecuadamente las amenazas existentes en contextos de conflicto para que puedan abordarlas de forma efectiva.
En segundo lugar, a pesar de que la continua Guerra en Siria se ha registrado como una de las amenazas más importantes para la seguridad física de nuestros encuestados, como se ha mencionado anteriormente, también supone nuevas oportunidades. Esta investigación ha estudiado por lo tanto, las percepciones de estos nuevos modos de gobernanza y las iniciativas dirigidas por mujeres. Se descubrió que las mujeres son visibles y activas en la gobernanza local, en los servicios sociales y en la seguridad. En general, es bien acogida entre la sociedad, incluso entre etnias. Las organizaciones que abordan la VSG son bien conocidas por la población entrevistada, pero al mismo tiempo estas organizaciones han denunciado su falta de recursos. En términos de gobernanza local, las cuotas de género oficiales se han implementado asegurando al menos una participación del 40% por parte de ambos sexos. Es más hay un requisito de co-liderazgo que significa que en todos los niveles de gobernanza debe haber un hombre y una mujer en posiciones de liderazgo. También se han introducido nuevas leyes a favor de los derechos de las mujeres que prohíben la poligamia, viendo al hombre y a la mujer como iguales ante la justicia, y permitiendo a la mujer pedir el divorcio. Todo esto es recibido positivamente en la sociedad pero hay una preocupación sobre el frecuente posicionamiento de mujeres en posiciones gubernamentales para cubrir dichas cuotas las cuales en muchas ocasiones no están cualificadas para ello. Con vistas a la seguridad, las personas encuestadas generalmente elogian la participación de las mujeres en la provisión de servicios de seguridad en Asayiş (policía local[4]) y YPJ. Algunas personas encuestadas mencionan explícitamente que las mujeres se hayan en mejores condiciones para proteger a las mujeres, otras encuestadas han afirmados que tanto hombres como mujeres pueden realizar dicha labor. La mayoría de los miembros de la sección femenina de Asayiş que fueron entrevistadas afirman que las normas sociales ocultaban la participación de las mujeres en la Asayiş. En relación con el YPJ algunas personas encuestadas rechazan la idea de que la mujeres luchen en primera línea, mientras que otras recalcan la valentía de las mujeres en el YPJ y enfatizaron que ellas podían también luchar. En general, las mujeres en el cantón de Cizîrê de Rojava participan activamente en los ámbitos de la gobernanza local, los servicios sociales y la seguridad, y está ampliamente aceptado, pero hay restricciones culturales y roles de género tradicionales que prevalecen.
En tercer lugar, para las ONGs internacionales es difícil implicarse en Rojava por una serie de razones. En concreto, se identificaron como principales las dificultades para cruzar la frontera, la seguridad, la transferencia de fondos, y las políticas internacionales. Uno de los problemas dominantes es la supuesta vinculación de la Autoadministración con el PKK y el régimen de Al-Assad, lo que complica todavía más las posibilidades de apoyo a las iniciativas lideradas por mujeres en Rojava.
“Enfoques locales”
A pesar de que existe una enorme atención hacia los “enfoques locales” y a abordar el “nivel local”, a menudo no queda claro qué población local debería ser incluida, y qué población local debería ser excluida de dichos esfuerzos. Es más, los marcos de actuación enfatizan cómo los actores armados no estatales pueden causar amenazas a la seguridad de la población local, pero se olvidan de que en algunos casos actores armados no estatales tienen la capacidad de gobernar, organizar la vida social y satisfacer algunas (aunque no todas) necesidades de las poblaciones locales. Una conclusión importante de los responsables políticos que hacen frente a las amenazas a la seguridad de civiles – incluidas las mujeres – en países frágiles y afectados por conflictos, es la necesidad de adaptar los marcos normativos, los enfoques, y las intervenciones específicas en formas de gobernanza tanto de los estados como de entes no estatales.
Aparte de ampliar la lente del gobierno más allá del Estado, este informe también ha mostrado cómo las consideraciones estratégicas y geopolíticas de los actores externos pueden superar las necesidades de seguridad de las poblaciones locales. El desarrollo, así como las intervenciones de seguridad en países frágiles y afectados por conflictos, son generalmente mediadas por un complejo grupo de relaciones entre donantes y gobiernos nacionales, regionales, actores armados no estatales, élites locales y otros. El caso de Rojava muestra cómo los cambiantes límites de la intervención externa en países frágiles y afectados por conflictos pueden tener consecuencias perversas para las mujeres, la infancia y otros grupos vulnerables en los conflictos armados.
[1] YPJ por sus siglas en kurdo (Yekîneyên Parastina Jin)
[2] EI – Estado Islámico
[3] Por sus siglas en kurdo (Partiya Yekîtiya Demokrat).
[4] El texto original cita “local police” (policía local), sin embargo, en el siguiente artículo: https://roarmag.org/essays/janet-biehl-report-rojava/ se menciona que “The Asayis reject the label police, since police serve the state whereas they serve society.” (las Asayis rechazan la etiqueta de policía, ya que la policía sirve al estado, y ellas sirven a la sociedad).